Del abuelo y la maestra a la búsqueda en Google y en YouTube

Los niños ya no escuchan a sus abuelos para que les relaten sus experiencias, enseñanzas y recomendaciones como antaño, Youtube los ha reemplazado. Miles de usuarios de esta red se ganan todos los días la confianza de chicos hiperconectados, a espaldas de sus padres y sin posibilidad de validación, porque los menores dan crédito 100% a lo que escuchan y ven en la plataforma, sin dudar.

Los abuelos son los transmisores de nuestra historia familiar y también del valioso legado del pasado. Sin embargo, están siendo reemplazados por tutoriales, los dispositivos móviles y el uso exagerado de la tecnología. Esta es la primera generación de padres que están criando y educando a sus hijos pandemials en un mundo totalmente desconocido, dado que la tecnología aceleró el proceso de transformación digital como nunca antes y presenta nuevas amenazas y peligros vinculados con el abuso de la tecnología a edades muy tempranas.

Observamos a menores jugando con un celular o una tablet en un restaurant, colectivo, shopping y hasta en las plazas. El “trastorno del videojuego " ha sido incluido en 2018 por la OMS en la Clasificación Internacional de Enfermedades en la sección de trastornos de adicción. Se refiere a las consecuencias adictivas en el comportamiento que tienen las nuevas tecnologías en las personas y que se han convertido en una realidad clínica que debe ser tratada como cualquier otra adicción.

La sobreexposición a las pantallas provoca consecuencias como: dificultades de atención, mal rendimiento escolar, sobrepeso, trastornos del sueño, ansiedad y depresión. En este sentido, desde el mes de septiembre los menores de 18 años en China solo podrán jugar a videojuegos online durante una hora por día y únicamente viernes, sábados y domingos. Es la nueva medida del gobierno para hacer frente a la “adicción a los videojuegos”.

Es imposible proyectar cuál será el daño a futuro de este cambio tan radical en la crianza de nuestros hijos. Solemos pensar que es mejor hacer más cosas en menos tiempo. Pero en realidad, hacer varias cosas a la vez reduce el rendimiento debido a que nuestro cerebro tiene que apagar y encender ciertas partes para diferentes tipos de trabajo. Cambiar de tarea puede costarnos hasta un 40% de nuestro tiempo productivo.

Hacer contacto visual facilita la atención y la conexión compartidas. La conversación es la plataforma donde las mentes se encuentran para crear e intercambiar ideas, perfeccionar normas y forjar vínculos. Estamos aprendiendo a buscar información de manera eficiente y rápida. La tecnología nos permite ser más creativos y acceder a múltiples fuentes de información, simultáneamente. Pero todo esto tiene un costo. El aprendizaje requiere atención. Sin él, todos los demás aspectos del aprendizaje, como el razonamiento, la memoria, la resolución de problemas y la creatividad, están en riesgo.

Además, el “efecto Google”, que consiste en que nuestros cerebros no recuerdan un dato porque sabemos dónde podemos encontrarlo fácilmente, podría estar también socavando nuestra capacidad de atención. Esa competencia constante por nuestra atención significa que no nos sumergimos profundamente en una tarea a la vez y según hemos relevado, las personas pasan un promedio de cuatro a seis minutos en sus dispositivos antes de cambiar de sitio web, red social o app. Casualmente estas rutinas cíclicas, que adoptamos como ritos por lo menos 2,5 veces por día, están presentes y colaboran con la oportunidad de la comisión de un delito o un fraude.

La interacción a través de las pantallas hace menos probable la eficiencia en la comunicación entre las personas, el desarrollo de conversaciones creativas y de procesos de desarrollos de nuevas ideas. El intercambio de opiniones en forma omnidireccional es un escollo sumamente difícil de sortear, las propuestas en el futuro inmediato están repletas de innovaciones atractivas y seductoras: realidad aumentada, hologramas, etc. Solo falta algo, es necesario instrumentar capacidades de “curaduría” y por sobre todo mantener la habilidad de aprender a pensar.

Fornite, Roblox o Maincraft, son solo videojuegos. Priorizar el juego por sobre cualquier otra actividad en lugar de patear una pelota en la plaza, lo convierte en un problema. Youtube y Google, podrían irónicamente intentar reemplazar al abuelo y a la maestra. No lo permitamos.

CEO de BTR Consulting, especialista en ciberseguridad, riesgo tecnológico y negocios