En Colombia el ajiaco es un plato típico de Bogotá que se prepara con tres clases de papa. Destaca la papa criolla, más pequeña y amarilla, aunque todas se entreveran entre hilachas de pollo, carne, choclo, crema, alcaparras y palta. El ajiaco de pollo es una sopa que se cuece a fuego lento en una gran olla de la que emana un vapor que enamora. Un ajiaco bogotano es uno de esos platos que recomponen el cuerpo y el alma al instante. Puro sabor, fácil de preparar, aunque jamás hayas pisado tierras colombianas. Hacer esta sopa suculenta y poderosa te invita a viajar con los sabores. El ajiaco lleva guasca, una hierba muy perfumada, que no es fácil de conseguir en nuestro país. Con esta adaptación, podés hacerla aunque no encuentres todos los ingredientes de la receta original.
Poner a hervir el pollo y el cuadril en un litro y medio de agua. Espumar y agregar la cebolla, el laurel, comino, tomillo, sal y pimienta. Hervir a fuego bajo y tapado durante 40 minutos.
Retirar la carne y reservar el caldo. Quitar la piel y los huesos del pollo y cortarlo en tiritas finas. Hacer lo mismo con el cuadril.
Poner las papas a hervir en el caldo reservado hasta que estén bien blandas, retirando la cebolla y el laurel.
Cuando estén hechas, deshacerlas con una cuchara de madera y agrega el choclo, el pollo y la carne. Guisar a fuego suave durante 15 minutos. Servir en cazuelas individuales colocando en cada una dos cucharadas de crema y una cucharadita de alcaparras. Decorar con rodajas de palta.
La clave al cocinar el ajiaco bogotano es hacerlo a fuego lento, para que todos los ingredientes atrapen el sabor tradicional del ajiaco.
Al momento de servir el ajiaco de pollo se le puede agregar crema de leche, más palta cortada o arroz blanco.