Cita imperdible del calendario solidario y social, el tout Buenos Aires daba la bienvenida a la primavera con disfraces y guiños arty
A pesar de que la pandemia dejó en suspenso hasta nuevo aviso las fiestas, las grandes galas, y las reuniones sociales multitudinarias, hay eventos que permanecen intactos en la memoria y en el corazón de muchos.
Es el caso de la comida anual de recaudación organizada por Amigos del Bellas Artes, la organización que celebra 90 años de compromiso con el Museo Nacional de Bellas Artes. Un fin noble que contribuye a nuestra cultura, sumado a altas dosis de diversión y creatividad: la fórmula perfecta para posicionarla como una cita ob
ligada en el calendario social porteño.
“Las comidas anuales de recaudación, que se desarrollaron desde 2004 a 2019 con la participación de destacadas personalidades y figuras del mundo empresarial y de la cultura, artistas y galeristas, se convirtieron en una fuente de recursos muy importante para el apoyo financiero del museo”, dice Julio César Crivelli, presidente de Amigos del Bellas Artes, y da cuenta del prestigio del charity por el que pasaron artistas como Guillermo Roux, Nicolás García Uriburu, Marta Minujín, Luis Benedit, Pablo Siquier o Vicente Grondona, por citar algunos.
La primera de sus quince ediciones fue “La Noche del Mantón”, celebrada en homenaje al cuadro Los mantones de Manila, de Fernando Fader.
Después siguieron temáticas, como “Turner, la fiesta de la Luz”, “Mirá Miró” o “Da Vinci” (fue la última), que anticipaban la inauguración de una gran muestra y así se determinaba el dress-code.
Avisados con anticipación, los amigos de siempre revolvían sus guardarropas, compraban con antelación durante sus viajes e incluso contrataban algún profesional para que los ayudara.
Entonces, un año se llenaba de personajes renacentistas, otro había gente decorada con lucecitas o metida dentro de un cuadro y otra, estaba copada por personajes de ficción, como sucedió en 2015, cuando celebraron la apertura de su cine con “Una Noche Fuera de Series. Aquella vez, la mesa de Julieta Kemble, Puli Demaría y Javier Iturrioz, entre otros, contrataron una maquilladora del Colón para que los ayudara, y estaban tan impactantes que resultaron ganadores del desfile con que a mitad de la noche se premia a los mejor lookeados.
Cada año, una sorpresa. Y las locas locas fiestas del Bellas Artes dejan su huella.
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