Después de la inédita repercusión, el periodista y conductor cuenta por qué decidió revelar en un podcast los entretelones de su paso por la Rock & Pop bajo el ala de su mentor radial, con el que, asegura, aún sueña tras una experiencia traumática
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Gustavo Olmedo no quemó literalmente un móvil policial, pero sí provocó más de un incendio con el último episodio de su podcast Quemar un patrullero. En “Por qué sucede? Porque sucede… Roll the Bones!”, subido el 25 de febrero, el periodista relata en detalle su paso de conductor de Vorterix a director artístico de la FM Rock & Pop, designado por Mario Pergolini, al que señala por querer destruir la radio y utilizarlo como chivo expiatorio en una compleja situación laboral, marcada por los despidos y la incertidumbre. Con su descargo, en un sorprendente tono confesional y lleno de revelaciones con nombre y apellido, el programa número 61 de Quemar, de más de dos horas de duración, generó revuelo, polémica y repercusiones como el protagonista, asegura, jamás imaginó. “Siento que para Mario fue mucho más fácil exponerme a mi”, dice Olmedo, que en su monólogo admite sufrir de insomnio y ansiedad por lo vivido en aquellos años.
¿Te quedó algo afuera del podcast o ya dijiste todo lo que querías?
Todavía no lo sé. Cuando terminé de grabar lo que fue un monólogo de dos horas y pico no es que me sentí como “uy, qué liviano que estoy, porque también fue algo que removió muchas cosas que estaban ahí guardadas. Si uno guarda tanto a veces las cosas se pudren. Quería ver qué pasaba con eso. Dudé en un momento en postearlo y después lo hice. Por supuesto que cuando salió me acordé de algunas cosas que no conté. Nada del relato estaba guionado, estas cosas fueron muy vividas.
¿Qué te llevó a hacer pública esta historia?
El formato podcast tiene ventajas y desventajas. Una ventaja es que no tiene una duración determinada, podés decir lo que se te da la gana. En mi caso, no tengo un guion armado de antemano. En este episodio, quiero aclarar que el relato es sobre mi experiencia en esos años, de 2012 a 2016. No es como me siento hoy. Por supuesto que esa historia me pesa y por eso la conté. Tengo insomnio, no por esos eventos que cuento en el podcast sino desde antes, y tengo sueños recurrentes con la radio y las personas con las que trabajé en el medio. La sensación que tengo en esos sueños es de incertidumbre y aparece gente con la que compartí emisoras: Matías Martin, BB Sanzo, El Árabe (Damián Ramil) y Mario Pergolini aparecen recurrentemente en esos sueños.
¿Cuánto se escuchó el episodio?
Este episodio cuadruplicó en solo una semana las escuchas acumuladas del episodio más escuchado en toda la historia del podcast. Esta semana estuvimos muy arriba en las tendencias de Spotify. Sé que es un fenómeno y que se viralizó, supongo que pasará y, después, todo se va a acomodar. Quemar un patrullero es un podcast bastante escuchado, teniendo en cuenta que hablo de música, ayahuasca, Moby Dick, astrología, Castaneda o Hermética, para el mercado argentino, que es muy chico.
¿Cuando estabas por grabar el episodio, pensaste en las repercusiones?
Cuando pensé en hacerlo, me di cuenta que no tenía mucho sentido todo esto si no decía de quién se trataba cuando hablaba de algunas personas. Hay nombres que no doy porque no vienen al caso y porque no son los vínculos reales con los cuales me relacioné. Pero si voy a contar mi experiencia en Vorterix y no digo “Mario” no tiene mucho sentido, aparte todos saben que trabajé con él. Es algo que se sabe a grandes rasgos, pero no se conocían los detalles. Honestamente, no sabía ni pensaba las repercusiones que todo esto iba a tener o no en la gente que me conoce. Fue un ejercicio más personal. En más de una oportunidad a lo largo de estos años me dio vueltas por la cabeza lo de decir “algo”. También porque algunas personas han dicho cosas sobre mí frente a determinados hechos y yo nunca dije nada. Siempre pensé que esas cosas eran de reuniones y no había que discutirlas públicamente. Ahora me doy cuenta que, de alguna manera, al no decir nada, no estaba dando mi versión de los hechos.
¿Cómo te sentiste con las respuestas de tus pares y del público en redes sociales?
Hace una semana que se subió el episodio y no paro de responder mensajes. El 99% son alucinantes, de distinto tipo de personas. La enorme mayoría fue positiva. Personas que me escuchan y personas que no. Gente con la que trabajé, gente con la que compartí radio y que compartió el contenido. La repercusión me superó.
Los tweets de Diego Della Sala estarían fuera de ese 99%
Diego es uno de los que peor han hablado de mí en los últimos años y yo nunca dije nada. Si ahora abro esta puerta y “no digo nada” estoy volviendo a hacer lo que hice en ese momento, y por ende abrí todo esto. La verdad que nunca uso twitter, obviamente me puse a leer las repercusiones y hubo dos tweets de gente con la que trabajé que hicieron referencia directa a mí, Diego Della Sala y Martín Tapa. Primero pensé en no contestar, pero después dijo “¿por qué no?”. Y puse lo que yo considero que sucedió. Diego dice que algo sucedió de una manera y yo digo que no fue así. Diego dice que lo eché, pero yo digo que no. Yo le ofrecí un laburo que a él no le gustó y decidió irse. Entiendo que el ofrecimiento no era mejor que el que él tenía en ese momento. Pero el ofrecimiento estuvo. Él no lo aceptó y se fue. No le dije “loco, te tenés que ir”, eso nunca pasó, con Vernaci tampoco. La única decisión que tuve que tomar es la que cuento en el podcast, con Santi Palazzo y su programa de reggae “La de Dios”. Lamento la forma en la que me conduje, yo no me senté a hablar con él y de eso me arrepiento.
¿Qué pensás de lo que dijo la Negra Vernaci después del podcast?
La verdad es que no sé qué dijo. Ella dice que la eché y yo digo que, cuando llegué a la radio, ya la habían echado.
¿Y con Pergolini, tuviste contacto a partir de todo esto?
No. Todo lo que sé de Mario es lo que me comenta la gente, lo que leo en las redes sociales. La verdad es que no me voy a poner a escuchar a Mario, hace mil años que no lo hago y no me voy a poner a escucharlo ahora. pero lo que conté ya lo dije en el podcast.
¿Sentiste como que te sacaste un peso de encima?
Uno de los principales motivos por lo que hice el episodio es lo que cuento en el podcast: los sueños. Cuento que hablaba con una amiga y le decía que seguía soñando con la radio. Al principio, me daba angustia. Cuando se empezó a repetir y a cansarme, ya me daba bronca. Ella me dijo entonces que quizás era la bronca que tenía por todo lo acumulado después de tantos años. Esa fue una de las principales motivaciones para empezar a pensar en hacer esto. No te podría decir ahora sí cerré una puerta y abrí otra. Jamás imaginé que todo lo que pasó iba a suceder, sería muy simplista decir “listo, con esto ya me saqué todo de encima”, como si esto que conté fuera lo único que me sucedió en la vida. Esto es un capítulo más, pero fue una semana muy intensa, me dejó agotado energéticamente. La gente me pregunta si estoy durmiendo mejor y la respuesta es… por supuesto que ¡No! (risas).
Antes tenía una “zanahoria” que me llevaba para adelante, eso no me hizo ser inescrupuloso, pero tenía hambre, objetivos, sueños. Ahora no tengo tan claro cuál es el objetivo. Lo que tengo claro es que quiero estar tranquilo.
Toda la vida, me describieron como alguien frío, como un robot insensible. Nunca me vi así, pero la mayoría de la gente parece que sí. La mayoría de las respuestas sobre el podcast hablan de eso, haciendo chistes y comentarios. Quizás tenía algunas trabas en ese aspecto, siempre traté de mostrarme profesional. Si pudiera viajar al pasado y escuchar lo que grabé en el podcast me moriría. Exponerse da miedo y a mi no me gusta exponerme.
¿Volverías a tener un puesto “de escritorio” en un medio?
¿Cómo explicarle a alguien que no tiene hijas cómo es tener hijas? Todo lo que te digan no va a servir hasta que pases por esa situación. En este caso es lo mismo. Yo no sabía cómo era trabajar en algo así, yo veía la radio solo desde mi lado, del micrófono. Pero ese otro lado me resultó muy atractivo en ese momento en que quería expandirme, aunque no sabía cómo era de manera concreta y real. A muchos les parecerá ingenuo de mi parte. Yo trabajaba con Mario, que me convocó a trabajar en “equipo”, no pensaba que eso iba a cambiar. Pensé en Mario como un “escudo protector” porque íbamos a trabajar en equipo con las dos radios, a armar la mejor estrategia. Por eso, antes de ir a Rock & Pop, le dije: “Mirá que vamos a trabajar bien, porque para trabajar mal me quedo en Vorterix, que estoy perfecto”.
Cuando llegué la radio no era la Rock & Pop que yo había conocido. La radio había sufrido dos golpes duros. El primero fue la salida de Quique Prosen y el segundo, la salida de Mario. Cuando yo llego me encuentro con gente muy asustada, con miedo a que la echen. Ya la habían echado a Vernaci. Yo nunca tuve que echar a nadie. La verdad que no pude desarrollar un gran laburo artístico y creativo en la Rock & Pop, que era lo que yo quería, no estaban dadas las condiciones en ningún aspecto, ni anímicas, ni laborales, ni económicas y tampoco sindicales. El laburo de dirección artística me gusta. Ahora, si tengo que decidir sobre el futuro de la gente no quiero volver a estar en esa circunstancia. Me gusta el laburo artístico y creativo, pero si tengo que tomar la decisión de dejar a gente sin laburo, esa parte no la aceptaría. Hay muchos que les cuesta mucho creer que lo que yo digo es así y a mi cuesta creer lo que cuenta Vernaci. No es que yo fuera a destruir la radio. Ella tenía mucha más experiencia que yo. Es una figura muchísimo más importante que yo y tenía una relación con Mario y con el medio mucho más longeva que la mía.
Me tocó ser una especie de “chivo expiatorio”. Siento que para Mario era mucho más fácil exponerme a mí y a todos le resultó más fácil que quede así. Eso es lo que siento.