Los beneficios son múltiples; es necesario tomar conciencia de los músculos de la cara, de los gestos, y empezar a accionar aquellos que se quieren activar y relajar los que están en tensión
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Tener la mirada más abierta, los ojos que brillan, la piel radiante y luminosa son solo algunos de los efectos visibles del yoga facial que fue ganando adeptos a un ritmo creciente en los últimos años. Los beneficios son múltiples y aún más profundos, relacionados con el bienestar desde adentro hacia afuera. Con la disciplina, la intención, los hábitos saludables, la respiración consciente. Con la belleza natural y en armonía. Y con la posibilidad de acompañar el paso del tiempo en nuestra mejor versión, en vez de batallar contra él.
“El yoga es el arte de la autoobservación de la mente, del cuerpo, y de la cara, con más de cincuenta músculos”, dice María Eugenia Montefalcone, Coach en Bienestar del Instituto integral de Nutrición de Nueva York y profesora internacional de Yoga certificada por el gobierno de la India. La especialista asegura que el yoga facial implica “tomar conciencia de los músculos de la cara, de nuestros gestos, y empezar a accionar aquellos que queremos activar y relajar los que están en tensión o sobre utilizados”,
Durante mucho tiempo se le dio importancia únicamente al ejercicio para el cuerpo pero se dejaba de lado la cara. Sin embargo, un estudio publicado en 2018 en JAMA Dermatology y realizado por la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago sostiene que las mujeres de mediana edad se veían aproximadamente tres años más jóvenes después de unos meses de ejercitar su cara.
“Con el paso del tiempo, los músculos van perdiendo posición y volumen. Es lo que más nos envejece. No es tanto la arruga fina, las patas de gallo, las arrugas en la frente sino esa sensación de que se hace un surco nasogeniano, la pérdida de volumen, el contorno de la quijada, que no haya una separación tan marcada como en la juventud entre la cara y el cuello. Entonces, lo que hacemos con face yoga es entrenar los músculos para ganar volumen y recuperar su posición. Y así las arrugas finas se suavizan”, detalla Cyntia Patetta, a cargo de Facial yoga en You Spa.
Asegura que al igual que con los ejercicios del cuerpo, se lleva más circulación sanguínea a la cara, por lo que a las células les llegan más oxígeno y nutrientes. De esta manera también se estimula el sistema linfático, el colágeno y el desecho celular.
“Después de una sesión de yoga facial y automasaje vas a encontrar una piel luminosa desinflamada. En lo que más se enfoca esta disciplina es en la intención que uno le pone al hacerlo que ayuda a tomar conciencia del rostro. Se logran beneficios mucho más reales, duraderos y naturales: una belleza genuina y saludable”, alienta Berenice Delupi, experta en técnica facial japonesa.
Para Patricia maestra de yoga que con 60 años se acaba de jubilar: “No hay nada que te pueda rejuvenecer tanto el rostro como el yoga facial. Es maravilloso porque te cambia el rictus”, dice. Desde Carlos Paz, donde vive, asegura que después de haber gastado mucho en cremas sin demasiados resultados, con el yoga facial logró recuperar frescura, volvieron las facciones a su lugar y recuperó mejillas.
Alicia, que está por cumplir 47, hace yoga facial desde hace seis meses y ya percibe algunos cambios: ve que su piel que antes era opaca y tenía los poros muy abiertos hoy es luminosa y los poros prácticamente ni se notan.
Una de las ventajas de esta disciplina es que no tiene contraindicaciones. “Lo único es que si alguien tiene botox en la frente y poca sensibilidad, tal vez no va a poder hacer los ejercicios. El yoga facial predica la opuesto. Con el botox, lo que estás haciendo es que esa zona se inmovilice, se paralice, relajándola mientras que con el yoga facial lo que estás haciendo es activarla para que ese músculo cobre fuerza”, detalla Cyntia.
Hay algunos ejercicios que sirven para todos. Montefalcone elige para los eventos digitales de cientos de personas fortalecer los párpados, suavizar el entrecejo y el masetero. “Hay músculos que llamo gestos culturales. Por ejemplo, el gesto del entrecejo de estar haciendo fuerza para mirar el celular o para leer algo a contraluz es muy cultural, entonces ahí hay un ejercicio para relajarlo y sirve para todos”.
La decoradora Lucila Rodríguez Iturrieta, de 44 años, nota la piel mejor y ya por adquirir un hábito nuevo se siente mejor ella también. “Hago yoga hace mucho. Nunca se me había ocurrido masajear cejas, entrecejo, labios, cuello, y conocer un poco más de la anatomía facial. Me sorprendió ver que es tan importante”, concluye.
Ejercicios
María Eugenia Montefalcone, Cyntia Patetta y Berenice Delupi, brindan una serie de actividades para poner en práctica esta disciplina.
1) Activar los párpados
El objetivo es ampliar la mirada y que se vea más fresca
Usar los dos primeros dedos de las dos manos para bloquear el movimiento de la ceja y de la frente. Abrir los ojos con mirada de alerta y entrecerrar los ojos con mirada sospechosa. Hacer tres rondas de diez repeticiones. Terminar y volver a hacerlo sin el uso de las manos para bloquear el músculo de la ceja y los músculos de la frente. Hacer lo mismo, idealmente con un espejo en frente para identificar cuándo se está subiendo el músculo de la ceja o de la frente. Porque la idea es activar bien el músculo superior del párpado.
2) Suavizar el surco nasogeniano
Es la línea de expresión desde la nariz hasta la comisura de los labios.
Hacerlo desde afuera hacia adentro, usar la punta de la lengua. Hay que dibujar diez círculos hacia la derecha y diez círculos haca la izquierda, estirando desde adentro de la boca hacia afuera el surco nasogeniano. Hacer tres rondas de diez repeticiones para un lado y diez repeticiones para el otro lado.
3) Ojos de gato
Este ejercicio tonifica y tensa los lados de la cara (músculos temporales). Trabaja sobre el tercio superior del rostro, suavizando las arrugas alrededor de los ojos, elevando los párpados y contribuyendo a eliminar la linfa estancada en la parte inferior de los ojos ayudando a disminuir la hinchazón.
Poner las palmas de las manos en los músculos temporales (lados de la cara). Los dedos quedan relajados sobre la cabeza. La base de las palmas de las manos tiene que estar al lado de la parte externa de los ojos (nunca sobre ellos) y cubriendo la cola de las cejas. Presionar hacia el músculo y luego en diagonal hacia atrás y arriba. (Estos movimientos crearán la apariencia de ojos de gato) Ahora cerrar los ojos y presionar con intensidad, cuidando no generar arrugas en la frente ni en el ceño. El cuello, hombros y otros músculos faciales deben estar relajados durante el ejercicio mientras se respira profundo.
4) Lifting total
Este ejercicio rejuvenece, eleva y tonifica los músculos de la cara y el cuello. Suaviza y revitaliza notablemente la piel de la cara, el cuello y el escote, generando una apariencia radiante. El mejor momento para hacer Lifting Total es por la mañana, porque aumenta la energía, despierta y aclara la mente.
Respirar hondo y hacer con la boca una “O” larga y fina. Sostener esta pose por unos segundos, respirar y sentir cómo se estiran los músculos.
Poner el labio inferior y superior hacia adentro, sobre los dientes y sostener la pose.
Ahora, elevar las mejillas como cuando se sonríe. Tener cuidado de no generar arrugas alrededor de los ojos, apoyar las manos y cubrirlas.
5) Papada y retención líquido
Ejercitar el Músculo Platisma, orbicular de los labios entre otros, para evitar la retención de líquidos, previniendo y revirtiendo la papada. Colocar las manos sobre el pecho, elevar el mentón, cuidando de no presionar cervicales. Mantener esta posición, realizar el gesto de un beso bien pronunciado hacia adelante, alternando contracción y relajación, durante diez repeticiones. Luego, relajar el cuello y repetir el ejercicio completo nuevamente. La mirada permanece relajada.
6) Mejillas
Trabajar el Óvalo Facial definiendo y evitando mejillas de Bulldog. Tonificar el músculo macetero, cigomáticos, orbicular de los labios, entre otros. Realizar con los labios el gesto de la vocal O, introducir el dedo pulgar en la boca y succionar. Realizar diez repeticiones, durante tres series.
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