Retiro: le robaron a un turista francés, fue a hacer la denuncia, sufrió un infarto y murió tras caer al piso

Un nuevo caso de inseguridad, en la zona donde están las terminales de trenes y la de ómnibus en el barrio de Retiro, tuvo como protagonistas a turistas. Uno de ellos murió luego de descompensarse, producto de un infarto agudo de miocardio, y caer pesadamente al piso dentro de la Comisaría Vecinal 1A.

Según pudo saber LA NACION, la víctima es un ciudadano francés de 77 años, identificado como André René Meteir, que, junto a su esposa, de 81 años, se trasladaba hacia la terminal de ómnibus para viajar a las Cataratas del Iguazú. En ese recorrido fueron abordados por al menos un delincuente que les robó la mochila.

La esposa del hombre dijo a los policías que minutos antes estaban caminando y habían sufrido el robo de una mochila en uno de los andenes de la terminal de micros de Retiro, donde se hallaban porque tenían previsto el viaje a Misiones.

Tras el robo, la pareja fue hasta la comisaría situada en Avenida de los Inmigrantes 2250. Una vez dentro de la sede policial, el turista se desvaneció y golpeo bruscamente la cabeza contra el suelo, explicaron fuentes oficiales.

“En el interior de la oficina de guardia de la Comisaría Vecinal 1A de la Policía de la Ciudad ingresó esta tarde a las 16 un hombre descompensado que luego cayó al suelo”, explicaron las fuentes policiales y sumaron: “Al arribar una unidad del Sistema de Atención Médico de Emergencia (SAME), el médico constató que la persona había fallecido”. Horas más tarde se detalló que el diagnóstico que llevó al desvanecimiento fue un infarto agudo de miocardio.

Ante el trágico final, la mujer entró en estado de shock y es asistida por el cuerpo único de psicólogos de la Policía de la Ciudad. Según indicaron fuentes del caso, la pareja tiene una hija que vive en la ciudad de Buenos Aires, que se acercó hasta la comisaría tras ser informada sobre el trágico hecho. Además, el personal policial solicitó un intérprete para que oficie de traductor entre la mujer y los psicólogos. En tanto, se notificó del hecho a la embajada francesa.

Interviene en la causa, la Fiscalía Correccional y Criminal N°46, a cargo Adrián Guillermo Peres, que dispuso iniciar actuaciones bajo la carátula de “averiguación de causales de muerte”.

Después de las 19, según explicaron a LA NACION, el cuerpo del turista fue trasladado a la morgue para la autopsia dispuesta por la Justicia, mientras que la esposa e hija de Meteir permanecían en la dependencia policial situada a pocos metros de donde ocurrió el robo.

El robo que derivó en la muerte del turista francés se registró en la estación de ómnibus que linda con el Barrio 31, una de las zonas con mayores niveles de violencia en la ciudad. Pese a que ese barrio tiene en sus alrededores numerosos lugares de intenso tránsito de personas, en su interior quedan bolsones delictivos que influyen en la seguridad pública del área.

En las inmediaciones de la exvilla 31 están no solo la estación de micros de larga distancia y tres cabeceras ferroviarias, sino que también está separada por solo un centenar de metros de los tribunales de Comodoro Py y los despachos judiciales de avenida de los Inmigrantes, además de ubicarse a pasos nomás del edificio Centinela, sede de la Gendarmería.

En el Barrio 31 buscó refugió el 30 de agosto pasado el sospechoso del mortal robo al ingeniero Mariano Barbieri, acuchillado en Plaza Sicilia, en Palermo. Las cámaras de seguridad establecieron que Isaías José Suárez, finalmente acusado por ese crimen, caminó hasta el asentamiento de Retiro luego del homicidio.

Más allá de esperar el resultado de la autopsia para definir la causa de la muerte, los investigadores buscan avanzar sobre el hecho que desencadenó el fallecimiento del turista francés dentro de una comisaría, por lo que analizan las imágenes del sistema de videovigilancia de la estación de ómnibus en procura de pistas sobre el autor del robo.

El crimen del turista inglés en Puerto Madero

Otro impactante caso de un turista víctima de la inseguridad se registró el 14 de diciembre de 2019, cuando una banda “marcó” al turista inglés Matthew Gibbard y a su familia en el sector de arribos del aeropuerto de Ezeiza y comenzó a seguir, a bordo de dos autos y una moto, a la combi que los trasladaba.

Tras llegar al Faena Art Hotel, situado en Martha Salotti al 400, en Puerto Madero, y cuando Gibbard y su hijastro estaban descendiendo del vehículo, el venezolano Ángel Eduardo “Cachete” Lozano Azuaje se les acercó exhibiéndoles un arma y les exigió que entregaran sus valijas y relojes.

Por lo que quedó grabado por cámaras de seguridad, allí comenzó un forcejeo con ambas víctimas, que culminó con Lozano Azuaje efectuando disparos.

Gibbard recibió dos tiros en su espalda que le causaron la muerte, mientras que a su hijastro, Stefan Zone, le dispararon en la pierna izquierda, lo que le produjo una fractura expuesta lateral del fémur.

El principal imputado, Lozano Azuaje, declaró en el inicio del juicio. Dijo desconocer los hechos de los que se lo acusa y explicó que si huyó a Salta fue porque le llegaron “rumores” de que “agentes de inmigración” iban a ir al lugar y él no había ingresado de forma legal.

En diciembre pasado, el ciudadano venezolano fue condenado a prisión perpetua como autor material del crimen de Gibbard. Mientras, otros nueve integrantes de la banda, dedicada a asaltar a extranjeros a los que seguían desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, recibieron penas en suspenso o efectivas de entre dos años y medio y cuatro años de cárcel.

Dos episodios delictivos que tuvieron como blanco a turistas también provocaron un fuerte impacto público. El 8 de diciembre de 2017, el norteamericano Frank Joseph Wolek, que ahora tiene 59 años, recibió al menos diez puñaladas en el corazón. Estuvo al borde de la muerte. Le salvaron la vida los médicos del hospital Cosme Argerich que lo atendieron apenas fue trasladado de urgencia luego del ataque registrado en la zona de Caminito, en el barrio de La Boca.

Dos delincuentes buscaron en ese momento apropiarse de la cámara fotográfica de Wolek y escaparon tras apuñalar al turista. Uno de los ladrones fue perseguido entonces por un policía bonaerense que se encontraba de civil, ya que estaba en viaje desde su casa al puesto de trabajo que tenía en la unidad local de Avellaneda. El suboficial Luis Chocobar siguió durante varias cuadras al hombre que en sus manos sostenía aún el cuchillo con el que había apuñalado al norteamericano. En un momento, Chocobar disparó.

Tres años, cinco meses y 20 días después de haber matado a balazos a Juan Pablo Kukoc, el delincuente de 18 años que acuchilló a Wolek, el policía Chocobar fue condenado a la pena de dos años de prisión en suspenso. El Tribunal Oral de Menores porteño N°2 lo encontró culpable del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego cometido con exceso en el cumplimiento de un deber.

En enero de 2019 se había registrado otro sangriento robo a un turista que tuvo fuerte repercusión pública. A Christoffer Persson y a su novia, María, les faltaban dos cuadras para llegar al hotel en el que planeaban pasar el Año Nuevo. Unas horas antes habían llegado a Buenos Aires luego de recorrer Colonia y Bariloche. En la esquina de Tacuarí y Venezuela fueron atacados por un ladrón que descendió de un automóvil. A punta de pistola buscó quedarse con el celular del turista y disparó en una de sus piernas, A raíz de la gravedad de la herida tuvieron que amputarle la pierna derecha por debajo de la rodilla.

El recuerdo del fotógrafo francés asesinado en 2012

En la misma zona, cerca de las 8.30 del 8 de febrero de 2012, frente al Monumento a los Caídos en Malvinas, el turista y fotógrafo francés Laurent Schwebel fue atacado cuando tomaba una foto y murió tras recibir dos puñaladas. Schwebel tenía 52 años y domicilio en Illkirch, Graffenstaden, Francia.

Tras la agresión, el delincuente intentó huir, pero fue alcanzado por la policía, quedó detenido y luego condenado a prisión perpetua.

Jefes policiales y varios testigos habían declarado que, aquel caso, el turista fue abordado por un asaltante que comenzó a forcejear para sacarle el bolso con la cámara.