Análisis-protestas kenia y fallido golpe de estado en bolivia muestran riesgos de dificultades económicas
Por Libby George, Karin Strohecker y Aaron Ross
Londres/nairobi, 27 jun (reuters) - las mortales protestas en kenia que frustraron los aumentos de impuestos y un golpe de estado fallido en medio de pobres perspectivas económicas en bolivia esta semana son recordatorios violentos de los peligros que plantean las economías tambaleantes y las duras medidas de austeridad.
El presidente de Bolivia y ex ministro de Economía, Luis Arce, resistió el golpe el miércoles, pero enfrenta una continua escasez de dólares y crecientes costos de endeudamiento que llevaron la calificación crediticia del país a "basura".
El presidente de Kenia, William Ruto, quien dio marcha atrás con una medida de aumento de impuestos, ahora debe encontrar otro camino para hacer más manejable la deuda de su país de unos 80.000 millones de dólares.
En todo el mundo, los países de bajos ingresos se vieron arrastrados a crisis económicas y, en algunos casos, al incumplimiento de la deuda, después de que la pandemia de COVID-19 de 2020 diezmara partes de la economía global.
Ahora, la crisis está repercutiendo en Kenia, Bolivia y otros países de ingresos medios que sufren la peor parte del aumento de la inflación y los rápidos aumentos de las tasas de interés globales que siguieron a la pandemia.
Los costos de endeudamiento se dispararon y la guerra de Rusia en Ucrania exacerbó el aumento de los precios del combustible y los alimentos.
"Hay muchos gobiernos en todo el mundo que enfrentan el dolor, el dolor fiscal retrasado, de los aumentos de las tasas de interés que hemos visto en los últimos años", dijo Charlie Robertson, jefe de estrategia macro de FIM Partners, que invierte en deuda de mercados emergentes.
"No es una sorpresa que el país pudiera llegar a un punto de quiebre", afirmó.
Al menos 23 personas murieron en Kenia mientras las protestas pasaron de condenas en las redes sociales a los aumentos de impuestos a manifestaciones masivas que exigían una reforma política.
"No se trata sólo de los impuestos", dijo Mary Ngigi, una trabajadora de 37 años de una empresa textil en Kenia, sobre el motivo de su protesta. "Cuando vas a los hospitales, no hay medicinas. Cuando vas a las escuelas, no hay infraestructura", agregó.
La ira se propaga
La agitación se está propagando. En Nigeria, los trabajadores que protestaban por el aumento de los costos del combustible y los alimentos provocaron un corte de energía en todo el país, y los líderes enfrentan costos crecientes de los subsidios a pesar de que los precios de la gasolina se triplicaron el año pasado.
Angola también está tratando de recortar los subsidios, mientras que Egipto está bajo presión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para una serie de recortes de gastos y reformas que podrían causar más penurias a los ciudadanos que se tambalean por una inflación récord superior al 30%.
La firma de inteligencia de riesgos Verisk Maplecroft advirtió que más recortes de subsidios o aumentos de impuestos podrían desencadenar disturbios.
Argentina se vio sacudida por enormes huelgas generales en mayo contra dolorosas medidas de austeridad y reformas planificadas por el presidente libertario Javier Milei, cuya campaña de reducción de costos alentó a los inversores pero golpeó a la economía real.
Los crecientes costos de endeudamiento significan que el servicio de la deuda devora una porción cada vez mayor de los ingresos. Esto ejerce presión sobre los países, incluido Kenia, para que aumenten los impuestos y reduzcan el gasto.
En 2023, una cifra récord de 54 países en desarrollo, equivalente al 38% del total, asignaron el 10% o más de los ingresos gubernamentales al pago de intereses, y casi la mitad de ellos está en África, según un informe de la agencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Los bancos multilaterales y las firmas de riesgo político han advertido sobre una bomba de tiempo.
Si bien los esfuerzos de alivio de la deuda se habían centrado en las naciones más pobres con problemas de solvencia, y con razón según el Banco Mundial, no se ha hecho lo suficiente para los países de ingresos medios bajos que enfrentarían presiones temporales de liquidez en el futuro cercano.
"Si no se toman medidas, en 2024 se producirá un nuevo aumento de la vulnerabilidad de la deuda, lo que podría provocar retrocesos en los resultados del desarrollo", advirtió el director gerente senior del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg.
(Reporte adicional de George Obulutsa en Nairobi; Editado en español por Lucila Sigal)