Ataques con explosivos y disparos dejan siete heridos en el suroeste de Colombia
BOGOTÁ (AP) — Al menos dos policías, tres soldados y dos civiles resultaron heridos el miércoles en dos ataques con explosivos ocurridos en los departamentos de Valle del Cauca y Cauca, al suroeste de Colombia, donde se registraron además daños materiales por otros dos ataques con disparos contra la policía, informaron autoridades locales.
En la mañana, una motocicleta cargada con explosivos detonó en la zona céntrica de Jamundí, parte del área metropolitana de la ciudad de Cali, dejando heridos a dos policías y dos civiles, señaló a la prensa la alcaldesa del municipio, Paola Castillo.
Un civil fue atendido en el centro médico de Jamundí y los demás heridos fueron remitidos a la Clínica Fundación Valle del Lili, ubicada en Cali. La institución detalló en un comunicado que el civil fue remitido a un quirófano mientras que los dos agentes se encuentran estables tras ser heridos con esquirlas.
El civil, de 57 años, fue diagnosticado con una “fractura expuesta de fémur”, múltiples heridas por esquirlas y quemaduras de segundo grado en la cara, cuello, tórax y abdomen.
En paralelo se registraron disparos y hostigamientos contra la subestación de policía de Potrerito, en la zona rural de Jamundí, sin que se reportaran víctimas.
En el vecino departamento de Cauca se registró en la madrugada del miércoles otro ataque con disparos contra la policía de Cajibío que tampoco dejó víctimas, informó en la misma red social el gobernador Octavio Guzmán.
“Gracias a que nuestra fuerza pública ha sido reforzada en número de unidades y se contó el apoyo aéreo rápido, se logró contener el accionar de estos grupos delincuenciales”, indicó el mandatario local.
Más tarde, tres militares resultaron heridos al ser atacados con granadas lanzadas a través de drones en una zona rural de Argelia, un convulso municipio del departamento de Cauca, según confirmó el Ejército, sin señalar un presunto responsable.
El Ministerio de Defensa señaló como presunta responsable de los ataques en Jamundí y Cajibío a una facción de la disidencia Estado Mayor Central conformada por quienes no firmaron el acuerdo de paz de 2016 entre el Estado y la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El presidente Gustavo Petro ordenó al Ejército continuar con la ofensiva contra la disidencia, la cual calificó como una “fuerza hostil al pueblo”.
El gobierno ofreció una recompensa de hasta 25.000 dólares a quien proporcione información que ayude a dar con la captura de los responsables de los ataques.
Jamundí se ha convertido en un blanco de ataques en las últimas semanas. El más reciente fue un automóvil con explosivos que detonó el viernes sin causar víctimas.
Ubicado en el departamento de Valle del Cauca es una zona estratégica para los grupos armados ilegales dado que tiene sembradíos de hoja de coca —materia prima de la cocaína— y comunica con el puerto de Buenaventura y otros convulsos municipios como Buenos Aires y Suárez. La estatal Defensoría del Pueblo alertó en febrero sobre el peligro para la población por la presencia de grupos armados en la región.
Aunque el gobierno colombiano adelanta negociaciones de paz con la disidencia EMC, existe una división interna entre quienes dialogan y quienes siguen combatiendo a la fuerza pública al suroeste del país, una región donde no opera desde marzo el cese al fuego bilateral a raíz de un ataque del grupo armado a la población civil.
Tras una reunión extraordinaria de seguridad, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, descartó posibilidad alguna de reanudar el cese al fuego con el grupo ilegal, al que acusó de buscar afectar a la población civil y de distraer la atención de la fuerza pública para que cese o disminuya la ofensiva en su contra.
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