Brasil debe "reaccionar" para frenar amenaza de desertificación, dice ministra

La ministra brasileña de Ambiente, Marina Silva, alertó el lunes sobre el aumento de la desertificación en Brasil a causa del calentamiento y llamó a "reaccionar" para ponerle freno, en un contexto de agudización de las sequías.

La ministra habló durante un evento junto al secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), Ibrahim Thiaw, en la localidad de Petrolina (Pernambuco, noreste), en la Caatinga.

En esa región, que cubre buena parte del noreste del país y cuenta con un clima, flora y fauna únicos en el mundo, "zonas que eran semiáridas se están volviendo áridas y se están extendiendo a causa del cambio climático", dijo Silva.

"¿Es para que nos pongamos tristes? No, es para reaccionar?", urgió.

Investigadores detectaron recientemente la primera región árida de Brasil y proyectaron la expansión de tierras semiáridas en gran parte del territorio, dijo ONU Brasil en un comunicado.

Unos 38 millones de brasileños podrían sufrir los efectos de la desertificación y la sequía, que amenaza 1,4 millones de kilómetros cuadrados de territorio, un área mayor que Perú.

El estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, apenas comienza a reponerse de las peores inundaciones de su historia, que dejaron 172 muertos, medio millón de desalojados y pérdidas millonarias.

Silva advirtió la semana pasada que tanto esa región como la Caatinga, la Amazonía y el Pantanal enfrentarán una "severa" sequía este año.

Como consecuencia, la selva amazónica y el mayor humedal tropical del mundo van a sufrir nuevos incendios, señaló.

Brasil registró un récord de incendios forestales de enero a abril, con más de 17.000 identificados, según cifras oficiales.

El país se sumó a la Alianza Internacional para la Resiliencia a la Sequía (IDRA), una coalición global lanzada en la COP27 sobre cambio climático para enfrentar la desertificación y la sequía, uno de los peligros naturales más letales y costosos.

Tras el regreso del presidente Luiz Inácio Lula da Silva al poder en enero de 2023, Marina Silva, una reconocida activista ambiental, se ha enfocado en revertir las políticas del exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), especialmente con la meta de alcanzar la deforestación cero en 2030.

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