Ergonomía emocional: lo útil y querible
Con ese concepto, el inglés Richard Seymour mostró en Buenos Aires desarrollos de su estudio-laboratorio, pensados a futuro
"No sé si les gustará mucho o nada lo que yo hago, pero ciertamente será lo que los rodeará en unos años", bromea Richard Seymour, uno de los dos directores del famoso estudio de diseño estratégico inglés SeymourPowell, en la jornada Mejor con Diseño, que hace un tiempo organizaron PuroDiseño Argentino y la embajada de Gran Bretaña en esa sede diplomática.
Seymour cursó los estudios superiores en la Royal College of Art de Londres hace más de treinta años, y no sólo está comprometido con el presente del diseño, sino que trabaja en nuevos desarrollos de producción masiva para gigantes como Nokia, Ford, Yamaha, Casio, Jaguar y BMW, según explicó a una audiencia integrada por diseñadores destacados, jóvenes emprendedores, empresarios, estudiantes y periodistas. Muchos de los productos que diseñan hoy en este estudio-laboratorio europeo saldrán al mercado sólo en cinco o incluso diez años. "Nosotros no adivinamos el futuro, lo inventamos", precisa Seymour.
Para explicarlo, muestra varios ejemplos: un teléfono celular extrachato (de los que actualmente inundan el mercado) que fue diseñado por SeymourPowell para Nokia hace siete años. También, la primera pava eléctrica desmontable de la base que en 1987 revolucionó el mercado -en las tradicionales se debía desenchufar la jarra para usarla- y, finalmente, una motocicleta eléctrica con la apariencia de una bicicleta que, se anticipó, saldrá a la venta exactamente el 21 de octubre de 2007.
El desarrollo tecnológico es uno de sus mayores desafíos (y también su mejor aliado) a la hora de diseñar nuevos objetos. Según adelanta, en los próximos años la tecnología celular dejará de estar prisionera de los teléfonos para ocupar un lugar central en las comunicaciones interpersonales. Nuevamente lo explica cuando muestra sus prototipos: un reloj pulsera desarrollado para Casio, que al ser frotado envía instantáneamente una vibración a otro reloj (deberán comprarse juntos) que funcionará como una caricia, un mensaje electrónico del tipo estoy pensando en vos. Esta será la nueva generación del famoso Baby-G, que cautivó a los adolescentes de todo el mundo hace cuatro años. Otro claro ejemplo del diseño aplicado al desarrollo de la tecnología celular es una pantalla de cristal de unos pocos centímetros de lado que, con la ayuda de un lápiz óptico, permitirá a los usuarios mandar notas rápidas a computadoras personales, palms, automóviles, teléfonos y todo objeto que esté en la Red. Seymour llama a este dispositivo Post-it digital.
Qué quiere la gente
"Nuestro estudio basa su filosofía en hacer más simple la vida de la gente, su relación con los objetos. Enriquecer esa relación -explica- es encontrar la verdad de lo que la gente quiere y no la de los fabricantes." De esta postura nació en el estudio el concepto de ergonomía emocional. "Si a uno le preguntan cuál es el objeto que más le gusta de los que tiene, seguramente será aquel con un valor emocional o afectivo especial. Para trabajar con innovación real es muy necesario indagar y observar cuidadosamente el comportamiento y la relación que se establece entre un determinado objeto y las personas."
Un caso muy curioso es el de las tapas de seguridad de los medicamentos. "Si bien son absolutamente seguras para los chicos, son muy difíciles de abrir para la gente mayor. Allí hace falta innovación." Con la metodología de trabajo de observación directa, SeymourPowell diseñó una línea de canillas cónicas para personas con problemas de artrosis y el BioForm, sistema de corpiños armados con soportes laterales semirrígidos para talles especiales.
Otro caso de ergonomía emocional es el de las nuevas manijas de los autos Jaguar. El diseño de estos vehículos está destinado a gente joven; sin embargo, los compran generalmente personas de más de 60 años. "Entonces nos propusimos mejorar la maniobrabilidad de algunos elementos, como las manijas de las puertas. Si bien mantienen un diseño exterior muy joven, están pensadas para hacer la menor fuerza posible, y para no tener que buscar los lentes cuando hay que utilizar los mandos levantavidrios o de ajuste de espejos. Todo se hace con la misma mano y los cambios de posición son pausados, no violentos." En un último intento por desmitificar las ideas geniales, explica: "El único secreto para trabajar en diseño a futuro es saber combinar el potencial tecnológico, la realidad de los mercados y los deseos de la gente".
Proyectar con las leyes del mercado
Una de las preguntas de la audiencia a Seymour fue si el alto costo del diseño necesariamente se traslada al precio final de los productos: "El desarrollo de nuevas ideas requiere muchas veces de inmensos presupuestos, pero esto no tiene por qué trasladarse a los precios. Por ejemplo, desarrollamos un novedoso envase para caramelos con dosificador para la firma Trebor, que le llevó al estudio muchos meses de investigación, ensayo y error. Aparte del diseño absolutamente innovador, trabajamos la manera de fabricar el blister en una sola pieza para abaratar el costo final, y para que fuera totalmente reciclable; en total, se invirtieron 750.000 dólares, pero la suma se amortizó en las primeras 27 horas de ventas. Esto superó mis expectativas, ya que le había hablado al cliente de un plazo de dos semanas. Conocer las leyes del mercado es entender que la rentabilidad en el corto plazo es lo más importante, sin anular la posibilidad de invertir en innovación". Seymour también destacó el diseño de autor local durante los últimos tres años: "Tienen muchos diseñadores que producen sus propios inventos para luego salir a venderlos. Ese es el germen de la innovación bien entendida".
lanacionar