Dario Franceschini: "El lector y el elector quieren cosas diferentes"
De visita, el ministro de Cultura de Italia habla de lo difícil que es ser político y escritor
Político y abogado, por un lado. Y escritor, por otro. El ministro de Cultura de Italia, Dario Franceschini, que visita por estos días el país, habló con LA NACION sobre sus dos pasiones: la política y la escritura. Autor de cuatro novelas -una de ellas traducida al francés y ganadora de un premio en ese país- y dos libros sobre política, Franceschini es miembro del jurado del premio Strega, uno de los certámenes literarios más prestigiosos de Italia, y fue uno de los encargados de despedir a Umberto Eco en su reciente funeral. Además de haber compartido distintas "batallas" para "defender principios y valores" durante el gobierno de Berlusconi, Eco y Franceschini compartieron en una época el mismo sello editorial (Bompiani). "Él como gigante y yo como el último escritor", dijo el ministro ayer, en el Museo de Arte Decorativo.
-¿Cómo recibe que algunos en Italia vinculen sus obras con el realismo mágico?
-Me han hablado de realismo mágico italiano y me hizo muy feliz, porque cuando leía a García Márquez y otros autores latinoamericanos pensaba que había algo que ligaba mi tierra natal, la llanura de Ferrara, con poner en un mismo plano realidad y fantasía, como hace el realismo mágico. También me puso muy contento cuando leí que García Márquez, cuando era joven y desconocido, vino a Italia a conocer a Sabatini, un gran director. Es decir que algo de la amistad entre ellos llega al realismo mágico.
En su última novela describe oficios "inmateriales" de un personaje. ¿Cómo describiría el oficio de ser escritor y ministro?
-Es complicado, dificilísimo...
-¿Tienen algo en común?
-Poco. Haciendo política es necesario ocuparse de cosas reales, concretas, cotidianas, urgentes. Escribiendo, por el contrario, es todo libre; se puede ir a otro tiempo, vivir otras vidas, ser otra persona. Sobre todo es complicado porque el lector y el elector quieren cosas completamente distintas. A los lectores les huele mal una novela escrita por un político. Y un elector quiere que el político sea bien concreto y no esté perdiendo tiempo escribiendo novelas.
¿Sigue escribiendo?
-Me frené porque este rol es muy lindo y apasionante. Tengo tres o cuatros novelas comenzadas que terminaré cuando finalice el gobierno.
-En el funeral de Eco usted recordó cuando él, en el encuentro internacional de ministros de Cultura el año pasado, dijo que el rol de esos ministros es...
-[Franceschini completa la frase] es tener abierto el canal de diálogo y de conocimiento recíproco, porque muchas guerras sucedieron simplemente porque las personas no se conocían bastante. "Ustedes -nos dijo- tienen la tarea de hacer conocer las culturas entre sí." El terrorismo internacional destruye sitios arqueológicos de importancia absoluta para la humanidad porque son símbolo de culturas o religiones diversas. Verdaderamente es necesario que exista un gran espacio de confrontación, de diálogo, de conocimiento, porque de otra forma volvemos a una etapa que parecía superada para siempre. Es terrible que al inicio de un nuevo milenio se vuelva a desencuentros que pueden derivar en esto.
Usted implementó una reforma en la conducción de los museos, por ejemplo en la designación de los directores, que ahora pueden no ser italianos. ¿Qué otras características tiene esa política?
-Es la primera vez que un país hace una selección como la que hicimos para 20 directores de los más grandes museos italianos, y que son también de los museos más importantes del mundo. Siete de ellos no son italianos, y todos los nuevos directores tienen experiencia de gestión de museos. Es decir, no son sólo estudiosos de historia del arte o de arqueología, sino que tienen también competencia en la conducción de un museo. Ponen juntos el conocimiento científico y la capacidad gerencial.
-¿Cómo se hizo esa selección ?
-La hizo una comisión internacional integrada por el presidente de la Bienal de Venecia, el director de la National Gallery y el director del Arqueológico de Berlín. Participaron 1400 candidatos para 20 puestos.
También dio autonomía a los museos
-Sí. En Italia tenemos 420 museos y sitios culturales abiertos al público que antes eran gestionados como oficinas del Estado. Con la reforma se les dio autonomía. Ahora tienen presupuesto, un estatuto y una autonomía contable y administrativa. Ahora haremos una nueva selección para otros diez directores de museos autónomos.
-¿De su encuentro con su par argentino, Pablo Avelluto, surgió alguna propuesta nueva?
Hicimos una declaración conjunta y hay muchas actividades programadas para 2016. También hemos trabajado sobre una idea muy linda: vincular los 700 años de la muerte de Dante Alighieri, que se cumplen en 2021, a la relación entre Borges y Dante Alighieri. De esto puede salir algo muy interesante.