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ROMA.– Cuando alguien le pregunta si está en los últimos años de su carrera, Fernando Redondo reacciona y habla como lo haría un chico. "¿Por qué? A mí me gusta jugar al fútbol. Quiero jugar al fútbol siempre." Es raro que de su seriedad surja un chiste como respuesta. Confunde. Pero su frase, pronunciada con voz firme, ya le sirvió para imponer su personalidad.
En un principio parece que hablar con él no será fácil. Tiene todas las características de una estrella europea. Tras dos semanas de contacto telefónico con Victorio Mentana, jefe de prensa de Milan, el encuentro es antes del cotejo con Roma. "Los días de partido para mí son muy complicados, ¿te puedo llamar mañana a las 3?", dice, amablemente.
Un día después, el teléfono suena a las 15.40 y tras su pedido de disculpas por la demora, comienza a hablar de su nueva meta en el fútbol italiano. Un desafío que le llega a los 33 años y después de dos temporadas y media de inactividad por lesiones en las rodillas. "Llegué a Milan hace tres años, pero recién ahora puedo decir que estoy empezando a descubrir el fútbol italiano desde adentro", dice.
–¿Lo sentís muy diferente al español?
–Se nota, se nota. Por ejemplo, he jugado partidos en el San Siro en los que hay equipos que vienen a cerrarse atrás de una manera descarada. Cero de vergüenza por el espectáculo. En España, especialmente en los últimos años, cualquier equipo chico tiene intenciones de jugar, de apostar.
–¿Y a Milan cómo lo ves respecto de otros equipos?
–Milan tiene grandes jugadores para jugar bien al fútbol y tuvimos algunos partidos brillantes en el comienzo del torneo, pero después fuimos disminuyendo. El equipo está tratando de encontrar la identidad y podemos crecer.
–En tu carrera no te había tocado casi nunca ser suplente, pero ahora eso se está dando frecuentemente. ¿Cómo te sentís ante esa situación?
–Para mí es algo absolutamente nuevo. No estoy en la mejor condición. Pero no me puedo quejar. Dentro de todo, la adaptación fue buena, porque no tengo que perder de vista que estuve dos años y medio parado.
–¿Entonces?
–Lo mejor es tener paciencia y pensar en volver poco a poco a mi mejor forma física. Lógicamente, eso se logra con continuidad. Tengo la esperanza de hacer la próxima pretemporada con el equipo y que eso me permita llegar mejor.
–¿Cómo fue eso de no querer cobrar el sueldo?
–Fue cuando llevaba un año con la lesión. Veía que no mejoraba, que no había manera. Hice de todo, pero seguía sin jugar ni un partido con la camiseta de Milan y eso me tenía muy mal. Creía que era lo único que podía hacer en ese momento y le pedí a los dirigentes que aceptaran mi decisión.
–¿Fuiste caminando a Luján por tu lesión?
–No. No fui por eso. Fui varias veces a Luján. La primera vez que lo hice tenía 18 años. Soy creyente, pero lo mío no tiene que ver con ir a misa. Es a mi manera.
La selección argentina es un tema siempre presente en la vida de Fernando Redondo.
–¿Viste los partidos del Mundial?
–Estaba en la Argentina y los viví como un hincha más. La gente esperaba mucho más de la selección, y, como a todos, me dio pena.
–¿Te queda algo por decir sobre las veces que te negaste a jugar en la selección?
–Simplemente que me hubiese encantado no tener tantas idas y venidas. Pero uno toma decisiones, y en ese aspecto estoy tranquilo. Cuando uno elige, pone en la balanza los pros, los contras y las consecuencias. Todas las decisiones que tomé fueron después de analizar. Si hoy hay algo que me faltó en mi carrera deportiva, es la selección. Me quedó como una espina, por no poder ganar un Mundial con la Argentina, por no tener más continuidad.
–Ahora que estás bien, si Bielsa te vuelve a llamar, ¿aceptarías?
–Primero, que no estoy en buena forma, y segundo, que no. Sería muy hipócrita pensar en la selección. Ponerme bien me va a llevar mucho esfuerzo. Ahora, mis expectativas concretas son tratar de mostrar en Milan lo mejor de mí. Es mi único objetivo.
ROMA (De un enviado especial).– Antes de la lesión que lo dejó más de dos años sin jugar, el último partido de Fernando Redondo fue la final de la Liga de Campeones de 2000, cuando Real Madrid venció a Valencia por 3 a 0. Ese mismo año fue elegido como el mejor jugador del certamen. Hoy, aunque pocas veces aparece como titular, otra vez se encuentra en instancias decisivas del torneo europeo (Milan jugará las semifinales frente a Inter). "Es una competición muy atractiva –dice entusiasmado–. Están los mejores de Europa, equipos históricos con los que no se juega seguido. Siempre a estadio lleno, con un ambiente increíble. Tuve la gran suerte de ganarla dos veces (en 1998 y 2000). Es un torneo muy especial para mí", comenta.
Para Redondo, Real Madrid es el favorito: "Es el mejor equipo de Europa, y no lo digo sólo porque sea el último campeón. Es el principal candidato a llegar a la final". Sobre su relación con el equipo español dice: "Es una etapa terminada. La cerré de la mejor manera y me quedo con eso. No tengo nada pendiente".
–¿Real ya te encontró un reemplazante?
–No se puede hacer comparaciones porque los jugadores son distintos y creo que en la zona media Del Bosque le dio personalidad al equipo, con jugadores en ofensiva que se desempeñan muy bien. Y es el gran candidato para llegar a la final.
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