Microsoft lanza al mercado una tableta que actúa como PC
La compañía apuesta fuerte en el segmento de productos de hardware
Durante décadas, Microsoft ha subsistido gracias a sus dos gallinas de los huevos de oro. Windows y Office. Las ocasionales incursiones de la compañía en el hardware por lo general no terminaron bien: Zune, Kin Phone, Spot Watch. La Surface Pro de Microsoft es una tableta con elementos que la convierten en una PC, capaz de utilizar cualquiera de los cuatro millones de programas de Windows.
Pero la nueva tableta Surface Pro, que salió a la venta ayer, parece tener más cosas en su favor que cualquier hardware de Microsoft desde la Xbox.
Todo el mundo sabe lo que es una tableta. Es una placa negra con una pantalla táctil, como un iPad o una tableta Android. No usa software de Windows o Mac real, sino aplicaciones mucho más simples. No es una verdadera computadora.
Pero con la Surface Pro (US$ 900 para el modelo de 64 gigabytes, US$ 1000 por una máquina de 128-giga), Microsoft pregunta: ¿y por qué no?
La Surface Pro se ve como una tableta. Puede funcionar como una tableta. Puede sostenerla con una mano y dibujar en ella con la otra. Incluso viene con un lápiz plástico que funciona muy bien.
Pero dentro de la Pro hay una PC Windows completa, con el mismo chip de Intel que se encuentra en muchas laptops de alta gama e incluso dos ventiladores para refrigerarla (son silenciosos). Como resultado de ello, la Pro puede usar cualquiera de los cuatro millones de programas de Windows, como iTunes, Photoshop, Quicken y, por supuesto, Word, Excel y PowerPoint.
La Surface Pro es hermosa. Está revestida de metal negro mate, moldeado en los bordes como un helicóptero Stealth. Sus conectores inmediatamente sugieren sus capacidades post-iPad, como una ranura para tarjeta de memoria que permite expandir la capacidad de almacenado. La pantalla es brillante y hermosa, con resolución de alta definición de 1080p (1080 por 1820), pero cuando conecta la tableta a una TV o un monitor de escritorio, puede dar una imagen aún más definida (2550 por 1440). En la tableta hay una entrada de USB 3.0, y una segunda ingeniosamente incorporada al cable de electricidad, de modo que puede cargar su celular mientras trabaja. O puede conectar cualquier cosa que conectaría a una PC: disco externo, pendrive, teclado, mouse, parlantes, cámara y demás. ¿Entiende? Es una PC, no una iPad.
Como si buscara reafirmar eso con fuerza, Microsoft ha agregado a la Surface Pro dos extras inusuales que completan la transformación de tableta a PC en dos segundos.
En primer lugar, la tableta tiene un soporte. Es una delgada aleta de metal que desaparece por completo cuando está cerrada, pero sostiene la tableta en un buen ángulo cuando trabaja o mira una película.
Segundo, puede comprar la ya famosa tapa-teclado de Microsoft. Hay dos modelos en realidad. Uno tiene el grosor de un cartón fino. Se puede tipear -lentamente-, pero lo que uno toca son dibujos de teclas, no teclas de verdad. Se llama Touch Cover (US$ 100 con la compra de la Surface).
El otro teclado, el Type Cover (US$ 130) es más grueso -un cuarto de pulgada-, tiene teclas realmente con recorrido, y tiene un trackpad (la superficie táctil que reemplaza el mouse en las laptops, n. del t.) Realmente se puede tipear con esto.
Ambos teclados se unen a la tableta con un poderoso clic magnético. Para el uso como tableta se puede volcar ambos teclados a la parte posterior; se deshabilitan solos para que no sigan escribiendo si se presionan por error.
Y si quiere jugarse con todo por la idea de la PC instantánea, también debe comprarse el mouse Wedge Touch. Es una cuña diminuta inalámbrica de US$ 40, no mucho más grande que la pila AA que usa, con botones súper definidos y una superficie táctil en su parte superior que reemplaza a la ruedita de scroll.
La Surface Pro no es para cualquiera, no es todo lo que parecía al principio y no es todo lo que podría ser. Aún así, hay mucho que admirar en el logro de Microsoft. La Surface Pro es una idea importante, casi una nueva categoría, y va a ser la máquina indicada para mucha gente.
Traducción de Gabriel Zadunaisky
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