Exitosa articulación en la educación bonaerense
Una valiosa experiencia confirma que los desafíos en materia educativa presuponen apostar a una construcción colectiva
La interconexión es uno de los rasgos distintivos de nuestro mundo actual. Cualquier forma de aislamiento cotiza en baja y la comunidad global celebra, o padece, los frutos compartidos de una manera inimaginable hasta hace poco tiempo.
Desde estas columnas impulsamos permanentemente iniciativas que promueven mejoras de nuestro sistema educativo. Entendemos que las herramientas de las que hoy disponemos ofrecen enormes ventajas a la hora de potenciar mejores resultados.
Así lo entendió la provincia de Buenos Aires donde, desde la Dirección General de Cultura y Educación, conducida por Gabriel Sánchez Zinny, se propuso hace ya dos años armar una Red de Escuelas de Aprendizaje, bajo la dirección de Agustina Blanco, con el fin de fortalecer los procesos de mejora escolar y las capacidades y motivaciones de los educadores con repercusión en los educandos. Cuando funcionarios apasionados por construir un país con más y mejor educación comprometen su esfuerzo, los ciudadanos debemos celebrarlo. La convocatoria a participar voluntariamente de esta innovadora iniciativa cosechó más de 2700 postulaciones, lo cual refleja la avidez, la voluntad y el interés de una profesión caracterizada por la pasión y el entusiasmo que muchas veces yacen sepultados por infinidad de razones ante la falta de propuestas de nuevas formas de enseñar.
Ajustándose a criterios de vulnerabilidad socioeducativa y equidad territorial se seleccionaron entre las postulantes las 2000 escuelas bonaerenses de gestión estatal, urbanas y rurales, pertenecientes a 71 distritos, entre conurbano e interior, que conformaron la red. Más de 2000 directores y casi 12.000 docentes recibieron distintas instancias de capacitación simultánea en 25 lugares de la provincia, lo que ha permitido promover una mejora en el clima a partir de vínculos positivos.
"Gestión y conducción pedagógica" fue el postítulo recibido por el 90% de los directores participantes tras 200 horas de formación en tan arduo como motivante desafío. Mediante el acceso a la posibilidad de compartir experiencias y buenas prácticas sentaron las bases para desplegar una tarea tan refrescante como innovadora. También sacaron provecho de la tecnología celular para recibir recursos y estrategias de implementación en las aulas.
Sin apartarse del diseño curricular, los chicos se volvieron protagonistas del aprendizaje: pudieron elegir los temas sobre los que trabajar, movidos por el propio interés y contando con la ayuda de los docentes, que los llevaron a concretar 2500 proyectos interdisciplinarios.
Durante el año próximo podremos acceder a la publicación de los resultados, que ya se vislumbran por demás destacados. Por ejemplo, en las pruebas Aprender 2018 de nivelprimario, comparadas con 2016, se evidenciaron notables mejoras en Prácticas del Lenguaje en aquellas escuelas integrantes de la Red.
Más allá de cambios cuantitativos positivos absolutamente mensurables, la riqueza y calidad de la experiencia surge de los relatos y testimonios recogidos por un libro de reciente aparición editado por la Dirección a cargo del proyecto. De una manera ágil y clara, que aborda distintos nodos temáticos, se resumieron las aristas más destacadas de la participación de docentes y alumnos.
La palabra "desafío" surge como un común denominador para la gran mayoría ante la posibilidad de potenciar cambios y superar prejuicios y preconceptos arraigados fuertemente en los educadores, muchas veces cansados de toparse siempre con "más de lo mismo" en su carrera. Se destacan también los sentimientos de reconocimiento a la propia labor que el proyecto capta como plataforma de despegue para la transformación y se valora la potencialidad del trabajo en equipo y el orgullo de ser parte. Es así que el 98% de quienes participaron de la experiencia registran cambios positivos en su escuela y la recomiendan a colegas, con lo cual confirman que en la dinámica de retroalimentación y replicabilidad de todo lo aprehendido radica el mayor acierto.
Resulta sumamente estimulante conocer estas novedosas propuestas que tan buena acogida y resultados vienen teniendo. La educación del siglo XXI nos desafía y la gran mayoría del maravilloso capital docente de nuestra nación está ávido de subirse a los cambios y a la transformación que urge instrumentar. Desde los más diversos perfiles y condiciones, la referida Red supo potenciar la pluralidad, al promover la complementariedad. Se trata sin duda de un significativo ejemplo de cómo una tan inteligente articulación de actores sirve para consolidar un proyecto diferente de país. Animarse colectivamente a introducir los cambios necesarios es imperativo. Nos hacemos eco de las palabras del filósofo colombiano Bernardo de Toro: "Solo con educación no se hacen grandes cambios, pero ningún gran cambio se hace sin educación".
LA NACION