Derechos humanos: otro informe demoledor de Bachelet sobre Venezuela
CARACAS.- El romance se prolongó sólo unas pocas horas. La actualización del informe de Michelle Bachelet sobre Venezuela supuso hoy el punto y final a los cantos de sirena lanzados desde el chavismo a la Alta Comisionada de Derechos Humanos para contrarrestar las demoledoras conclusiones de la Misión de Verificación de Hechos, también de Naciones Unidas. "Jaque mate", tal y como resumió Humberto Prado, comisionado en la materia de la presidencia encargada.
"Me preocupan los altos números de muertes de jóvenes en barrios marginados como resultado de operativos de seguridad. Basado en un análisis de fuentes abiertas, mi oficina registró 711 muertes de junio a agosto, llegando a más de 2000 muertes desde enero de 2020", certificó la expresidenta chilena.
Las ejecuciones extrasumariales conforman también el espinazo del informe de la Misión Internacional, junto a las torturas, las violaciones sexuales, las detenciones arbitrarias y las desapariciones forzosas. Buena parte de estos homicidios están protagonizados por la Fuerzas Especiales de la Policía (FAES), que cuentan con el respaldo político y logístico de Nicolás Maduro . La ONU considera a estos escuadrones los "batallones de exterminio" de la revolución bolivariana.
Bachelet desveló que su equipo continúa documentando la represión contra la protesta pacífica bajo el estado de alarma, incluyendo detenciones y dos muertes de manifestantes. Como si trataran de darle la razón, fuerzas policiales y militares embistieron con fiereza durante las últimas 72 horas contra ciudadanos de varios municipios de Yaracuy, al oeste del país. Los cortes de luz, el desabastecimiento de combustible y gas y la sed de un país donde falla el 90% del servicio de agua provocó que las protestas corrieran de municipio en municipio, incluso se extendieran en seis estados más durante las últimas horas.
El gobernador chavista del estado acusó a los manifestantes, que han repetido parecidas consignas de "¡No más dictadura!" y "¡El pueblo, unido, jamás será vencido!", de ser unos "delincuentes armados". Juan Guaidó , presidente encargado, alentó las protestas: "¡Es nuestro derecho, es nuestro futuro!".
Ajena a la pequeña rebelión de la Venezuela profunda, Bachelet desgranó los abusos cometidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y por el Consejo Nacional Electoral (CNE), "nombrado de forma no consensuada", contra la oposición: "Obstruyen la libertad de selección de candidatos de siete partidos políticos", "modifican la selección de candidatos indígenas", además de realizar cambios del sistema electoral y de la composición de la Asamblea Nacional "sin un proceso inclusivo de consulta".
Las actualizaciones de Bachelet se suman a la onda expansiva provocada por la Misión de la ONU. "Ratifican la gravedad y magnitud de las violaciones de derechos humanos en Venezuela", sentenció la ong Provea, presente estos días en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
El propio Maduro cortejó a Bachelet en la horas previas, cuando afirmó públicamente que "me recomendaron estrechar lazos con la Oficina de la Alta Comisionada y eso haré". Previamente el canciller Jorge Arreaza escenificó una falsa cercanía con Bachelet en un intento de desacreditar a los tres miembros de la Misión de la ONU, además de presentar al mundo un informe titulado "La verdad de Venezuela", convertido en papel mojado pocas horas después.
"Señora Bachelet, usted como siempre haciendo el recado y agrediendo el derecho de los venezolanos a una elección libre y sin injerencias", se quejó Jorge Rodríguez, candidato chavista al Parlamento y "mano izquierda" de Maduro.
La bofetada de realidad de Bachelet llega cuando en Caracas ya negocian los dos enviados desde Bruselas por Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea (UE). Se trata del último intento europeo para retrasar varios meses las elecciones parlamentarias programadas para diciembre y sumar nuevas condiciones democráticas. Los funcionarios europeos se entrevistaron con Guaidó, presidente reconocido por la UE, cuyo equipo recibió con sorpresa un viaje del que no fueron informados previamente.
Esta incursión coincide además con el relevo de Jesús Silva, embajador de España en Caracas, que confirma el giro político emprendido por el gobierno de Pedro Sánchez respecto a Venezuela. Ya el jueves pasado el representante español en la Comisión de Derechos Humanos dejó constancia de los nuevos aires que se respiran en Madrid, donde gobiernan en coalición el Partido Socialista y Podemos, histórico aliado de la revolución. España rebajó al máximo el tono crítico de su discurso contra Maduro, señalado por crímenes de lesa humanidad por la Misión de Verificación de Hechos de la propia ONU.
El sustituto de Silva no es oficial, pero en círculos diplomáticos se da por hecho que el elegido es Juan Fernández Trigo, quien cumple sólo dos años como embajador español en La Habana. Tras su experiencia con la autoridades de la revolución cubana en una "nueva etapa" de relaciones, este diplomático aparece como encaje ideal ante el Palacio de Miraflores tras el giro de su gobierno.
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