Los "ciberdisidentes", última frontera en la defensa de la libertad de expresión
Con sus sitios en Internet, los bloggers desafían la censura de los gobiernos
"Nunca dije esto en voz alta. Debería borrarlo", pensó Yan Sham-Shackleton frente a su computadora. Tenía miedo. Pero de todos modos apretó el botón que lanzaría al mundo la siguiente frase: "Los habitantes de Hong Kong merecemos democracia, ¿o no?"
Esta joven treintañera sabía que esa reflexión, que emitió por Internet en julio de 2003, podría llevarla a la cárcel de por vida: al mismo tiempo el gobierno de Hong Kong impulsaba una ley que contemplaba castigar a quienes difundieran "contenidos subversivos" en la Web. "Ser china es algo más grande que yo misma -explicó Yan a LA NACION-. Debo luchar por la libertad de mi pueblo."
Por motivos similares hay en este momento 53 personas presas en cinco países, donde Internet se convirtió en una poderosa arma para desafiar a los gobiernos que buscan limitar la libertad de prensa. Así lo asegura Reporteros sin Fronteras (RSF), una organización internacional que considera que los blogs -sitios de Internet en los que uno o varios usuarios pueden publicar información de todo tipo en forma periódica- son "tremendas herramientas de la libertad de expresión".
A tal punto que publicó en septiembre último un amplio "Manual para bloggers y ciberdisidentes", donde entre otras cosas se enseña a los responsables de los blogs a permanecer anónimos y a evitar la censura. La idea fue un éxito: ya se "bajaron" de Internet unas 70.000 copias, disponibles en forma gratuita en la página de RSF ( www.rsf.org ).
"Los bloggers suelen ser los únicos periodistas reales en países donde los principales medios son censurados o presionados", observa Julien Pain, responsable del área de libertad en Internet de RSF, quien confesó a LA NACION su disgusto por la palabra "ciberdisidente". "Yo prefiero hablar de «escritores de Internet»", dijo desde París, tras admitir que "no hay una diferencia clara entre bloggers y ciberdisidentes." Este último término, explicó, es usado por RSF para referirse a aquellos bloggers que se encuentran en prisión. "Eso no implica -aclaró- que todos sean disidentes políticos." De hecho, en la lista de ciberdisidentes de RSF -China (47 prisioneros), Irán (2), Vietnam (2), Siria (1) y Túnez (1)- hay varios periodistas, escritores y estudiantes.
Arash Sigarchi, una de las dos personas que están presas en Irán por los contenidos que difundieron en Internet, es periodista. Formó parte de la prensa reformista desde que Mohammed Khatami llegó al poder, en 1997, hasta que el medio para el cual trabajaba cerró, en 2000. Después se volcó a la Web, y en 2002 inauguró su propio blog: lo llamó Panjereh Eltehab ("la ventana de la esperanza", www.sigarchi.com ). Hoy tiene 28 años, y bajo el régimen islámico está condenado a pasar los próximos 14 en prisión por haber denunciado el arresto de otros periodistas, en un país que el año pasado envió tras las rejas a 20 bloggers en menos de 10 meses.
"El periodismo en internet -dice Sigarchi -podría hacer avanzar la libertad de expresión y ampliar las perspectivas. A pesar de haber sido condenado por las cortes iraníes, no perdí la esperanza y estoy seguro de que en los próximos años los líderes de mi país tendrán que respetar el libre flujo de información y la libertad de expresión."
Yan Sham-Shackleton no está presa, y tampoco es una disidente política. Es una artista y escritora de 32 años, que usa su blog Glutter ( www.glutter.org ) para expresar sus ideas sobre distintos temas -como la libertad de expresión, la democracia y el arte- y compartir sus experiencias personales.
De todos modos, tanto ella como Glutter son considerados peligrosos en China, donde los buscadores bloquean desde abril de 2004 cualquier camino que lleve a ellos por la Red. Esa medida llevó a Yan a teñir su página de negro, como una protesta simbólica contra la censura. La respuesta fue sorprendente: 48 horas más tarde, más de 100 páginas web de 17 países se habían sumado a la protesta, que duró 40 días y se hizo mundialmente famosa con el nombre de Black Out ("apagón"). "Se trataba de decirle al mundo que había ocurrido algo importante", dijo Yan a LA NACION desde Hong Kong, la ex colonia británica que pasó a China en 1997.
El "apagón" no sólo llamó la atención de medios internacionales, sino también de RSF, que el año pasado nominó a Yan y a Glutter para un premio sobre libertad de prensa. Entre 60 bloggers, ella fue la única representante de China.
"La nominación fue muy importante para mí", confesó Yan, quien no la consideró una competencia. "Nosotros [los bloggers] trabajamos juntos por una causa -explicó-. Fue bueno encontrarme con gente de todo el mundo que defiende lo mismo que yo: la posibilidad de decir lo que uno piensa sin ser perseguido."
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