¿Qué es la décima espinela? De Sabina y Drexler a los payadores, la forma poética con una vigencia de 400 años que fascina a los músicos
Casi como una resistencia frente al pop mundial de cuatro versos, los decimistas se hacen oir. Aguafuertes decimales, el álbum que se presentará en vivo el próximo viernes, es un claro ejemplo del interés por esta especie de hip hop del barroco
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En su charla TED realizada en 2017, el cantautor Jorge Drexler dedicó su exposición a la identidad y para esto tomó como punto de partida a la décima espinela. Contó que una noche de 2002 se encontraba con su “maestro y amigo” Joaquín Sabina, quien le dijo que tenía algo para darle. “Jorge, tengo unos versos con los que tienes que escribir una canción. Anota: ‘Yo soy un moro judío que vive con los cristianos. No sé que dios es el mío, ni cuales son mis hermanos”. Los versos no le pertenecían al vate de Úbeda sino a José Antonio “Chicho” Sánchez Ferlosio. El desafío que le planteó Sabina fue que escribiera esa canción en décimas. Y Drexler, que más de veinte años atrás no tenía mucha idea sobre las décimas, para no pasar vergüenza aceptó el desafío. El cantautor uruguayo no sólo escribió una canción bellísima, también se convirtió en un fanático, como Sabina, de la décima espinela. Don Joaquín lo ha hecho en gestos improvisados o en sus “décimas coyunturales”; Drexler hasta forma parte de grupos de decimistas en WhatsApp.
¿Y qué es la décima? Solo existe en la lengua castellana. Es la forma que eligieron los payadores para su canto repentista, es la estructura octosilábica que recorrió América desde México hasta la Patagonia, con diferentes vestiduras musicales pero una misma morfología, muy compleja. El primer verso rima con el cuarto y el quinto. El segundo, con el tercero. El sexto rima con el séptimo y el décimo y el octavo con el noveno. Tremendo lío. Pero cuando se toma envión, esa complejidad fluye con elegancia. “No es tan complicado como parece -dice Drexler en su ponencia- y es increíble que haya sobrevivido, con esa estructura, cuatro siglos. Tiene una musicalidad increíble”. Es la forma centenaria elegida por los freestylers del folklore, y por tantos compositores de América.
El responsable de todo esto fue un hombre llamado Vicente Espinel, nacido en Ronda, Málaga en diciembre de 1550. A los 41 años se inspiró tanto que moldeó esa estrofa que hasta tiene un momento de fundación. Se dice que la décima ya existía pero fue Espinel que le dio ese formato complejo y elegante, cuando escribió sus Diversas rimas, en 1591. Tan buen resultado tuvo esa forma que hoy se la conoce como décima espinela, en su homenaje.
Por supuesto que cuando cruzó el océano adquirió diversos acompañamientos musicales. Y de allí nacieron vertientes como las de improvisación payadoril o las de pie forzado, que consiste en la gran pericia e inspiración del trovador al pedirle al público un verso octosilábico para crear una décima que culmine con ese mismo verso. En su forma convencional, de este lado del Atlántico, adquirió distintos nombres: se la llama galerón, en México; punto guajiro, en Cuba; torbellino, en Colombia; trova, en Puerto Rico; mejorana, en Panamá, la tonada de socabón, en Perú. En la Argentina y el Uruguay suele ser interpretada por milonga improvisada.
Aguafuertes decimales
El saxofonista Francisco Huici lleva adelante un proyecto musical denominado Aguafuertes y uno de sus abordajes fue la décima espinela en las formas como es desarrollada en algunos países de América Latina. Aguafuertes Decimales-Viajera Continental se llama el álbum y será presentando con un concierto gratuito este viernes, a las 21, en el Centro Cultural Haroldo Conti, Avenida del Libertador 8151
“Uno tiene ese canto en la oreja desde siempre”, dice Francisco, que comenzó su historia en la música por senderos muy diferentes de este, como saxofonista de jazz y en una big band. “Cuando comencé a meterme en el mundo afro lo que más a mano tuve fue lo afroperuano, a través del grupo [residente en Buenos Aires] Los Negros de Miércoles. Toqué muchos años con ellos. Los miércoles, siempre en los sótanos. Allí conocí al tío Mandros, voz profunda del Perú, gran decimista, que falleció hace algunos años. Juan Palomino también declamaba décimas con él. Ahí surgía el universo de la décima latinoamericana y su esencia afrolatina”.
La carrera jazzística de Huisi no le impidió entrar en ese mundo, ni en el de la décima pampeana. “Hay una cordillera conceptual, eso que nos hermana con Perú y con Cuba. Lo que nos hermana es la palabra y esto que viene de la época de la Colonia. Trabajar con este eje, con una estructura rítmica, formidable, simétrica, pero que permite muchos juegos. Y a partir de sus cuatro rimas posibles se abrió un gran abanico”.
Hoy, las Aguafuertes decimales son un álbum y un espectáculo en vivo donde participan las cantantes Sandra Peralta (Perú), Amanda Querales (Venezuela), Eli Monteagudo (Cuba) y Mel Muñiz (Argentina), además del grupo con su sonoridad muy particular, que conduce Huici.
Es posible escribir música por décimas, con palabras actuales sin que suene a obras del siglo XIX. La prueba está en la “Milonga del moro judío”, de Drexler, o la improvisación decimista que se sigue escuchando en payadas y otras músicas repentistas de nuestro continente.
“Creo que hay algo con el consumo musical actual. Fijate que en el género urbano la palabra vuelve a tener mucho peso. A los shows se acerca gente de otros países. Hace poco un chileno me contaba lo que estaba pasando en su país con la movida de la décima. No tanto en el nivel del repentismo y su controversia payadoril sino como forma poética que está viva. Creo que es una forma de subrayar lo que está pasando con los nuevos géneros. Ordenarlos y, también, tomar un poco de tradición, porque está muy dentro de nuestras orejas. Creo que es algo atemporal”.
Huici trabajó con décimas de libro del Quijote, de Espinel, de Sor Juana Inés de la Cruz y de Violeta Parra. “Hay algo interesante en esto, el trabajo por quintillas, que es una manera de romper con la tradición británica de la cuadratura. A la hora de hacer orquestaciones te das cuenta de que es súperorgánico pero hay algo que no te cierra, que te sorprende. Por otro lado, lo llamo el hip hop barroco porque la cadencia de la palabra funciona a la perfección, entra en la milonga o en el son cubano. Es una tradición de muchos siglos, está vigente y tiene mucho para ser descubierto y para reversionar.
Además de la presentación en el Conti, Huici está preparando un espectáculo de Aguafuertes del 25 de Mayo, para el escenario de Hasta Trilce, donde se conjugará un orgánico instrumental jazzístico con las “Diez décimas al Pueblo Argentino”, de Alfredo Zitarrosa, y un final de payada abierta con décimas de payadoras argentinas del siglo XIX.
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