Dahlia Scheindlin: “La relación entre israelíes y palestinos es la peor jamás vivida en la región”
La reconocida analista israelí afirma que el conflicto en Medio Oriente entró en un círculo vicioso de difícil salida
10 minutos de lectura'
Experta en opinión pública, analista política, conferencista y escritora, Dahlia Scheindlin lleva una vida analizando el conflicto entre israelíes y palestinos. Hace tiempo decidió que sus investigaciones y sondeos incluirían a ambas poblaciones, porque considera que son inseparables.
“Compartimos una tierra y nuestros destinos están atados indisolublemente”, dice Scheindlin, de 52 años, durante una entrevista via Zoom desde su oficina en Tel Aviv. En muchas de sus investigaciones, Scheindlin colabora con el politólogo Khalil Shikaki, director del Palestinian Center for Policy and Survey Research, con sede en la ciudad palestina de Ramallah. Desde Tel Aviv y Ramallah ambos comparten las tendencias políticas y sociales que afectan a la región.
Scheindlin, que tiene un doctorado de la Universidad de Tel Aviv, esboza una disculpa por las noticias que va compartir. En el contexto actual, en Medio Oriente hay poco de bueno para comunicar. “La relación entre israelíes y palestinos es la peor jamás vivida en la región”, dice. Aun peor que cuando estallaban omnibuses colmados de pasajeros en las calles de Jerusalén durante la segunda Intifada palestina, en los años 2000. “Hay algo todavía más íntimo y trágico cuando se entra a la vivienda de una familia y se la masacra”, dice Scheindlin, refiriéndose a la matanza perpetrada por Hamas el 7 de octubre.
Scheindlin destaca el desolador paralelismo entre las visiones violentas e intransigentes a un lado y otro del conflicto. Por un lado, las encuestas de su consultora revelan que un 87% de los israelíes apoyan la guerra en Gaza, así como el nivel de fuerza utilizado por el ejército para terminar con Hamas (muchos lo consideran insuficiente). A su vez, exhiben escasa o nula empatía hacia el sufrimiento de la población civil gazatí y una mayoría, aunque leve, se opone incluso a la entrega de ayuda humanitaria.
Por otro lado, los sondeos hechos por Shikaki muestran que más de dos tercios de la población palestina apoya la invasión de Hamas del 7 de octubre en Israel, en la que 1200 civiles fueron masacrados en sus hogares, mujeres y adolescentes fueron violadas y 240 personas tomadas como rehenes, incluyendo un bebé de ocho meses. Las encuestas señalan que el 90% de la población palestina niega que Hamas haya cometido atrocidades contra la población civil, aunque las matanzas quedaron grabadas en las cámaras de los terroristas y resultan accesibles en internet.
“Cuando se trabaja con ambas poblaciones se puede ver que estamos en un círculo vicioso,” dice Scheindlin. “Cada acusación de un lado revela una contra acusación del otro”.
No sorprende que la llamada solución de dos Estados, uno israelí y uno palestino, conviviendo lado a lado, ya no sea opción. Según las encuestas, han perdido el apoyo mayoritario que tenían 15 años atrás y hoy son rechazadas por una amplia mayoría de israelíes y palestinos. Y el problema es que nadie sabe con qué opción reemplazarla. Solo aparecen mecanismos que implican más militarización y ausencia de derechos civiles, dice Scheindlin.
Dentro de Israel, las encuestas reflejan un país muy traumatizado por la violencia del 7 de octubre y con muy baja confianza en los líderes del país. Solo el 30% de la población respalda la gestión del primer ministro Benjamin Netanyahu y apenas el 26 estima que la situación de seguridad tiene perspectivas de mejorar en el futuro cercano.
Scheindlin responsabiliza a Netanyahu por haber desechado una regla de oro en la política israelí: la de mantener una relación equidistante con ambas fuerzas políticas mayoritarias en los Estados Unidos, el principal y vital aliado de Israel. Netanyahu priorizó siempre su relación con los republicanos y con el ex presidente Donald Trump, dice.
Si bien Scheindlin no duda en culpabilizar a Hamas por la situación actual, señala que Trump y Netanyahu son “criminalmente responsables” por haber cerrado durante años todas las puertas a una solución negociada entre israelíes y palestinos. Y por haber hecho creer al país que podía vivir indefinidamente sin abordar los conflictos irresueltos de la ocupación de Cisjordania.
– Sin embargo, la mayoría de los israelíes, contrariamente a los judíos norteamericanos, apoyan a Trump.
– Así es. Pese a todas las evidencias, consideran que Trump es bueno y los otros no lo son. Pese al apoyo de Biden, al envío de armas y al respaldo diplomático. Pero acá la gente está influenciada por las cosas que escucha, como que los demócratas son tolerantes al antisemitismo en los campus universitarios. Tienen imágenes de las que infieren que Estados Unidos está invadido por el antisemitismo y que los estudiantes judíos no pueden salir de sus dormitorios, lo cual es falso. Y los israelíes tienden a asociar esas imágenes con el Partido Demócrata.
– Cómo se siente con la nominación de Kamala Harris?
– La orientación de Kamala Harris es muy superior a la de Trump, que sería terrible para Israel, si resulta elegido nuevamente. Los demócratas al menos intentan proponer soluciones. Entienden la necesidad de una resolución política, de activar la diplomacia y la necesidad urgente de un cese el fuego. Kamala Harris plantea un modelo de fuerte apoyo a Israel, como lo ha tenido Biden, sin por eso desestimar las necesidades de los palestinos. Trump en cambio hizo todo lo posible por convencer a Israel de que podía seguir para siempre sin interesarse por la población palestina. Por eso digo que es criminalmente responsable junto a Netanyahu por las condiciones que hicieron posible el 7 de octubre. El único culpable del 7 de octubre es Hamas, pero todos los que ayudaron a hacerle creer a Israel que por ser el más poderoso militarmente podía mantener una ocupación con violencia tienen responsabilidad.
– Hubieron voces que alertaron contra esa situación?
– Cada vez que hubo una escalada de violencia, los sectores más pragmáticos decíamos que era el resultado de estas políticas. Y cuando no había escalada de violencia nosotros decíamos que inevitablemente iba a ocurrir una escalada y cada vez tuvimos razón. Para mí es difícil entender por qué los lideres israelíes no comprendieron eso.
– Qué imagina de un gobierno de Kamala Harris?
– Con Kamala Harris, Estados Unidos va a continuar con su política histórica de apoyo a Israel, pero también enviará el mensaje de que se necesita negociar y acordar con los palestinos. No estoy en absoluto preocupada que haya una merma en el apoyo norteamericano a Israel.
– ¿Cree que la preocupación israelí tenga que ver con la posición que Kamala Harris esbozó en la convención demócrata, en el sentido de que los palestinos tengan autodeterminación?
– El 60% de los judíos israelíes están en contra de una solución de dos Estados, así que obviamente ese comentario no les gusta. Pero lo cierto es que Israel tiene que someterse a la ley internacional, que por otra parte proviene del mismo sistema internacional que reconoció el derecho a la existencia de Israel en su momento.
– Es común escuchar entre la población en Israel que Netanyahu maneja bien las relaciones internacionales. ¿Qué opina usted?
– Netanyahu rompió la relación equidistante con los partidos dominantes de los Estados Unidos. Cada día que estuvo en el poder llevó adelante una campaña fraudulenta contra Obama y se encargó de decir que era malo para Israel, pese a que Obama vino de visita a Israel, siempre manifestó su apoyo y firmó una ayuda militar sin precedentes de 38.000 millones de dólares. Lamentablemente, muchos en la sociedad israelí siguen aquí a la voz más dominante, que es la del primer ministro.
– ¿Cree que la situación de tanta intolerancia actual puede revertirse?
– Cada vez que hemos tenido una escalada en Gaza, y hemos tenido cuatro guerras en los últimos 15 años, las posiciones se volvieron más duras e intransigentes. Del lado palestino se reflejaron en más apoyo para Hamas, y del lado israelí, en más apoyo para opciones militaristas y menos apoyo para la solución de dos Estados. Las guerras también han producido una derechización de la sociedad israelí. Actualmente, el 60% de los israelíes se identifica con la derecha y esos cambios no se dieron de forma casual. Lo bueno es que si cambiaron en una dirección, también pueden cambiar en otra. Pero para eso se necesita un liderazgo claro que hoy no aparece.
– ¿Ve la posibilidad de un nuevo liderazgo en Israel?
– Mire, Israel tiene una sociedad civil fuerte y movilizada. Pero la vasta mayoría de los israelíes está consumido por la ansiedad que produce este conflicto. Existe la amenaza de una escalada regional muy seria. Para que se produzca un cambio va a tener que venir desde arriba y lo veo como un camino largo. Netanyahu muestra un leve aumento de su popularidad, lo cuál sucede cuando la guerra escala y la oposición está fragmentada. Personalmente, creo que en el futuro tendremos un gobierno de centroderecha más pragmático y abierto al dialogo con nuestros aliados, pero aún no hay manera de predecirlo.
LA FORTALEZA DE UNA MADRE QUE PERDIÓ A SU HIJO
Por Daniel Helft
En la edición de este suplemento del 6 de julio, se publicó una larga entrevista con Rachel Goldberg-Polin, la mamá de Hersh, que el 7 de octubre último fue secuestrado por terroristas de Hamás y llevado a Gaza como rehén. Minutos antes de su captura, la explosión de una granada le había amputado el brazo derecho a la altura del codo.
Hersh se encontraba con amigos en el festival musical Nova, en el desierto israelí, bailando bajo las estrellas. Dos días antes había cumplido 23 años.
Desde ese momento Rachel consagró su vida a luchar por la liberación de su único hijo varón. Cruzó varias veces los océanos para encontrarse con los principales líderes del mundo. Se abrazó con el papa Francisco, con el presidente de los Estados Unidos, dio infinidad de entrevistas y llevó la voz desesperada de todos los rehenes secuestrados en Gaza.
Rachel fue ovacionada por una multitud en la reciente convención del Partido Demócrata en los Estados Unidos. Fue reconocida como una de las 100 personalidades más influyentes de 2023 por la revista Time.
Esta mujer menuda, de voz suave y mirada compasiva, se transformó en un símbolo de todas las madres que luchan por volver a ver a sus hijos con vida. Con dignidad y determinación, Rachel mostró su dolor ante el mundo.
Esta semana, el ejército israelí encontró el cuerpo de Hersh en los túneles de Gaza junto a cinco rehenes, todos jóvenes, todos asesinados por Hamas con disparos en la cabeza.
La noticia desató manifestaciones en Israel y Estados Unidos, donde se reclamó por la liberación de las decenas de rehenes que aún permanecen con vida. Líderes mundiales extendieron sus condolencias.
Cada día que Hersh estuvo cautivo, 331 en total, Rachel rezó para que se mantuviese fuerte, para que sobreviva. En el entierro, frente a miles de personas, tuvo un último pedido para Hersh. “Esta vez soy yo la que te pido: ayúdanos a mantenernos fuertes, ayúdanos a sobrevivir”.
Últimas Noticias
Ahora para comentar debés tener Acceso Digital.
Iniciar sesión o suscribite