Reseña: La otra hija, de Santiago La Rosa
Versiones sobre un padre ausente y con pasado confuso
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Santiago La Rosa (Buenos Aires, 1987) explora en La otra hija el gran tema del padre. El protagonista, un psicólogo joven, acaba de ser papá de una niña: Luna. Su propio padre, un gurú de la macrobiótica, tiene un pasado confuso: muchos años atrás perdió a una hija y a una mujer en circunstancias dudosas. ¿Qué pasó, en realidad? ¿Quién era esta hija cuya tragedia parece sobreimprimirse al nacimiento de Luna? Pero sobre todo, ¿quién es este padre y por qué, antes de desaparecer, lo llama para contarle la carta astrológica desfavorable de su nieta recién nacida? En su búsqueda, el protagonista encontrará diferentes versiones: en alguna su padre es un violento; en otra, un farsante; en otra, una víctima. Cualquiera sea la versión que elija, un interrogante persiste: ¿qué tipo de padre quiere –puede– ser él?
La otra hija retrata momentos emblemáticos de la clase argentina acomodada: los veranos en Punta de Este, la fascinación por lo importado. Es realista, pero el realismo aparece erosionado aquí y allá por la amenaza de lo otro. A través de un personaje que quiere armar el rompecabezas familiar, La Rosa explora el revés de la pareja, de la paternidad, ese lado B que se materializa en la irracionalidad de ciertas decisiones. Narrada de manera sutil, la novela plantea la imposibilidad de conocer al otro, por muy cercano que sea. No importa con cuánta vehemencia se construya un hogar seguro, la amenaza estará siempre, como la serpiente que asusta a la hija y que espera, acechante y enroscada sobre sí misma, el momento de morder.
La otra hija
Por Santiago La Rosa
Sigilo
251 páginas, $ 1100