El juicio a Charles Taylor
La fiscalía del Tribunal Especial para Sierra Leona acaba de iniciar, en La Haya, en las oficinas de la Corte Penal Internacional, pero con un procedimiento especial, el esperado juicio contra el ex presidente de Liberia Charles Taylor, acusado de haber cometido crímenes de guerra y lesa humanidad entre 1991 y 2003, durante el conflicto armado interno que por entonces devastó a Sierra Leona y provocó la muerte de 300.000 habitantes, mientras, al mismo tiempo, el país era saqueado por sus milicianos, que se apoderaron de sus recursos naturales, incluidos brillantes y maderas de gran valor.
Taylor, considerado uno de los "señores de la guerra" más temidos del Continente Negro, fue presidente de Liberia entre 1997 y 2003. En su contra se acumulan hoy cargos de indudable gravedad, como el hecho de mandar asesinar impunemente a personas inocentes, mutilar a cientos de civiles, utilizar a niños y niñas como soldados y esclavos sexuales, y obligar a muchos liberianos a participar en el conflicto armado contra su voluntad.
El asesinato de civiles inocentes es un crimen de lesa humanidad, que está expresamente prohibido por las distintas convenciones de Ginebra desde 1949. Sin embargo, en distintos países, incluido el nuestro, algunos individuos han eludido inexplicablemente la pena que ciertamente les cabe por sus conductas criminales respecto de las que no han asumido la responsabilidad que tienen.
La protección legal a los civiles inocentes, recordemos, se extiende tanto a los conflictos considerados internacionales como a los de política interna, es decir, a aquellos que enfrentan a las autoridades gubernamentales de cualquier país con grupos, dentro del mismo país, que se oponen a ellas por la fuerza de las armas.
Es hora de que, en todo el mundo, no sólo se haga justicia respecto de las víctimas, porque se trata también de que se evite la repetición de actos y episodios que, por su alevosa cobardía, deberían avergonzarnos a todos. Por eso, es de esperar que el juicio a Charles Taylor sea ejemplificador en todo sentido y tenga la difusión que la gravedad del caso amerita.
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