Inversión bruta interna fija y su relación con el PIB del país
La inversión bruta interna fija en valores nominales corrientes, que es lo que hay que usar para estas largas series, llegó al 36 % del PIB en promedio desde 1855, año aproximado de la promulgación de la Constitución Nacional hasta la crisis de 1930, en tanto que desde 1930 hasta ahora fue exactamente la mitad, o sea de 18 % de inversiones sobre el PIB.

En esa etapa inicial de los ultimos 165 años de nuestra vida nacional hubo grandes inversiones en infraestructura y vivienda y se consiguió cobijar a más de 1.000.000 de inmigrantes y su correspondiente demanda de artefactos para el hogar, especialmente desde 1880 a 1914, año del inicio la Primera Guerra Mundial. La Argentina sufrió bastante en esta crisis de la primera guerra, pero después se recompuso y los números se recuperaron en cuanto a la inversión bruta interna fija respecto del PIB, hasta que llegó al 37 % de la actividad económica en 1928.
La crisis de 1929/30 fue notable y significó la salida de muchos capitales del país, tal es así que en esos años se inició la Oficina del Control de Cambios que autorizaba el envío de dinero al exterior pues la demanda superaba a la oferta de divisas.
¿Qué significó esto para las inversiones? Que se redujeran en forma importante. Con la Segunda Guerra Mundial se recompusieron las reservas internacionales de oro, principalmente, y también algo de divisas, pero en ese momento se decidió estatizar las empresas de servicios, como por ejemplo los ferrocariles, los que pasaron a ser del Estado, junto a otras empresas del sector privado que se nacionalizaron también, con un incremento del gasto público, que significó la reducción rápida de dichas reservas. Pensemos que estas eran inversiones que ya estaban hechas en el pais, por lo tanto se usó mal el ahorro de los argentinos, al transferir dinero al exterior por bienes ya realizados aquí, aunque a eso se lo quiera justificar como "nacionalizaciónes".
¿En qué nivel se estabilizaron las inversiones a partir de 1930? En lugar de recibirlas en forma continua, fue disminuyendo el flujo de dichas inversiones aproximandamante a la mitad, es decir, al 18 % del PIB, en lugar del doble (36 %) en el ejercicio anterior, desde 1855 hasta 1930. Con este nivel de inversiones, que es muy pequeño, y que incluso fue menor en los años de crisis, no se puede crecer mayormente, dado que la inversión neta es muy baja en relación al tamaño de la economía, dado que la amortización se ubica alrededor del 15 % del PIB.
Se incrementó en diferentes oleadas el nivel del gasto público nacional, provincial y municipal y los correspondientes impuestos, y ahora dicho gasto público es muy alto en relación al PIB. Con esto, en la época de los buenos precios agrícolas de la década del 2000 y 2010, se incrementó aún más el número de empleados públicos y de jubilaciones, el cual casi se duplicó, en la práctica, entre 2003 y 2019. El porcentaje de empleados públicos y jubilados en relación a la población económicamante activa se incrementó también significativamente.
¿Qué solución tenemos que aplicar? Tenemos que recuperar inversiones de alrededor del 30 % del PIB, como ya hay más de 30 países que lo estaban haciendo antes de la crisis del coronavirus. Esto significará mucho para generar mas riqueza, disminuir la pobreza y mejorar las perspectivas del país. Esperemos que lo podamos hacer, aún con las dificultades que muestra el esquema de globalización, donde hay muchos otros países con dificultades de inversión. El caso de China, con inversiones que llegaron hasta el 50 % del PIB, es un ejemplo que debemos seguir, aunque ahora dicha inversión se ha disminuido en forma importante en el país asiatico, aunque sigue siendo muy alta en relación a nuestra tasa de inversión sobre el PIB.
Esperemos que después de la cuarentena impuesta por el coronavirus, seamos capaces de encontrar un camino de desarrollo permanente, esto es fundamental y se tiene que basar en la inversión, para ser duradero.