Sexalescencia
El término ya tiene unos cuantos años, pero últimamente se ha puesto de moda de nuevo: “sexalescencia”. Pretende desterrar a una palabra con pésima prensa: “sexagenarios”.
El antipático rótulo de sexagenario deprime un poco: la vitalidad no es la misma que la de antes, la jubilación se asoma con sus mustios haberes y el tiempo ocioso llega en cantidad hasta volverse aburrimiento y hastío. “Tercera edad” es otro sello confirmatorio de tan triste panorama y, ni digamos, el uso indiscriminado de una palabra tan tierna como “abuelo”.
Pero el panorama cambia completamente si el mismo período pasa a llamarse “sexalescencia”. Bajo su órbita militan individuos maduros que están lejos de tirar la toalla, tienen proyectos por delante, se mantienen al día en materia tecnológica y hasta se sienten atractivos.
Es el caso de la abogada y periodista Alejandra Rodríguez, elegida para representar a la provincia de Buenos Aires en el concurso Miss Universo, que hace unos meses derogó el límite de edad en 28 años que les imponía a las participantes. Alejandra cuenta con sesenta años, aunque nadie le daría esa edad. El sábado de la semana próxima se sabrá si supera una nueva instancia hacia el trofeo mayor.