Baldosa tras baldosa: qué es la Ruta Verde, la ambiciosa iniciativa de la Red Solidaria para mejorar el ambiente
Mediante plantaciones en pequeños mojones, van formando biocorredores que son aprovechados por la fauna y la flora para desarrollarse; el rol de una reserva entrerriana
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Un río verde que, como los cauces del agua, cambia, transforma, desborda a su paso. Un río que nació con un artista pionero, Nicolás García Uriburu, y continúa con su hija Azul, en la Reserva El Potrero.
En la década de 1980, García Uriburu, uno de los primeros artistas en interesarse en defender la regeneración ecológica, ayudó a transformar la Avenida 9 de Julio con la plantación de 50.000 árboles autóctonos, conectando el norte y el sur de la ciudad. Un “río verde”, como lo llamó el artista, simbolizando la unión entre arte y ecología. En un trabajo conjunto con la entonces municipalidad, invitaba a cada vecino a llevar un árbol nativo. “Yo lo acompañaba, y también figuras como Marta Minujín y Graciela Borges”, recuerda su hija Azul. Nicolás cuestionó el antagonismo entre naturaleza y civilización a través de sus intervenciones artísticas.
Siguiendo las huellas de su padre, Azul lidera un proyecto de reforestación en la Reserva El Potrero, la mayor área protegida de la provincia de Entre Ríos, con 18.000 hectáreas de ecosistemas diversos, un mundo de montes, ríos, colinas, pastizales, bosques en galería, médanos. Invita a diferentes grupos, paisajistas y voluntarios a plantar, con el objetivo de restaurar áreas que fueron previamente utilizadas para la producción forestal, y devolver así a la naturaleza su equilibrio original. “Desde 2007 trabajamos restaurando las áreas degradadas”, dice Azul. El Potrero además recibe animales autóctonos, los recupera y los reinserta, como parte de las múltiples iniciativas que ejecuta para la comunidad.
Azul y su equipo desarrollaron un vivero de especies autóctonas para la reserva, con el objetivo de producir y plantar 20.000 árboles nativos entre 2023 y 2024.
El 26 de octubre pasado, como parte de este proyecto “Río Verde”, fue invitado Juan Carr, con un nuevo proyecto de la Red Solidaria llamado “Ruta Verde”. “Plantamos 710 árboles nativos y enredaderas. Y quedó inaugurada la baldosa Reserva El Potrero en Gualeguaychú, sumándose a la nueva ruta verde”, explica Martín Giovio, director de Red Solidaria.
“Trabajamos uniendo baldosas verdes en muchos puntos del país y Latinoamérica. Una baldosa es un cantero, una maceta, un rincón. Al unirse las baldosas, forman biocorredores que son aprovechados por la fauna y la flora para desarrollarse. Queremos que vuelvan las luciérnagas, las mariposas, las abejas, aves que ya no están y muchas otras especies beneficiadas por esta acción. Con 2,2 metros, alcanza para que una mariposa elija tu baldosa para cumplir parte de su ciclo. Ya tenemos 150 baldosas en la Argentina y en 12 países, además de una en ¡Alaska!”, detalla Martín.
“Red Solidaria es un movimiento, no somos una institución clásica”, recuerda Juan Carr, su creador. “Si alguien tiene frío, la Red trata de abrigarlo; si alguien está solo, lo acompañamos. Estamos buscando una chica en Santa Cruz, y hay 200 personas esperando un trasplante. Y así, además de ayudar, hemos ido incorporando conceptos... ‘Es bueno donar sangre’, ‘Podemos salvar vidas donando nuestros órganos’”, describe.
“Yo no tenía que ver con el tema de la ecología. Soy veterinario y me encantan los animales, pero no sabía nada del concepto de una ‘ruta verde’. La idea nació cuando nos dijeron los científicos que la mejor respuesta de la comunidad al calentamiento global era plantar especies nativas y sostener la biodiversidad en cada ‘baldosa verde’ para que vuelvan las aves, las mariposas y las luciérnagas. La ruta va desde Tierra del Fuego hasta Alaska; en Alaska plantamos un árbol y ahora vamos a plantar en Tierra del Fuego. Y todo se está empezando a multiplicar, es increíble. ¡En el último zoom éramos 14 países!”, celebra Juan.
”Veintidós árboles aportan el oxígeno que una persona va a necesitar a lo largo de su vida. Si plantamos árboles nativos, evitamos 10 centímetros del crecimiento del agua de los mares. Es crear biocorredores y es nuestra respuesta al cambio climático. Cada vez se suma más gente”, dice, entusiasmado. “Los chinos hicieron la muralla en 200 años. Nosotros vamos a hacer la ruta verde en 200 años”, apuesta.
“En esta jornada en El Potrero con Azul, que es una ambientalista de sangre, plantamos 710 árboles del vivero de nativas de la reserva. Es un lugar único y no debe haber un trabajo igual. Armamos un grupo increíble. Entre baldosa y baldosa tiene que haber 900 metros: esto permite que las mariposas, las libélulas y las aves puedan pasar de una a otra baldosa. Estamos arrancando una ruta real. Ya quedó inaugurada la Baldosa Reserva El Potrero en Gualeguaychú, que se sumó a la Ruta Verde. Y El Potrero, a la vez, plantará 20.000 árboles en total”, concluye Carr.
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