Chicos en internet: “acompañarlos” más que “controlarlos”
![“No tenemos que tener miedo, sino cuidado”, señaló el especialista Leonardo Yaconis en una charla organizada por la Fundación OSDE](https://www.lanacion.com.ar/resizer/v2/v-LQAVHN2QPFH2JPTERZAL7THSM4.jpg?auth=b81cbb8562914f09556efb08abf1e447226765eb728ce9a10d1838a1e5924de0&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
"Grooming", "sexting", "sharenting", "desafíos virales", "fake news": son palabras que hasta hace poco ni siquiera conocíamos y que hoy surgen en boca de todos y también en las noticias, teñidas casi siempre de miedos y de cierta sensación de impotencia, como si se tratara de una serie de fenómenos incontrolables frente a los que nada queda por hacer.
![Leandro Yaconis habla sobre la importancia de hacer un uso responsable de Internet](https://cdn.jwplayer.com/v2/media/ErcqNMNf/poster.jpg?width=720)
Fue esa idea de indefensión la que Leandro Yaconis, vocero de la ONG argentina Cibersegura, se dedicó a combatir durante una charla organizada por la Fundación OSDE. "La información es la herramienta más importante que tenemos ante los peligros del mundo digital. Hay que saber, hay que charlar y sobre todo hay que acompañar a los chicos -enfatizó-, ir dándoles las herramientas para que aprendan por ellos mismos a cuidarse".
"Los adultos -señaló-deben tener en claro que cuando los chicos están en internet, interactúan con otras personas y no solo 'juegan en la compu'". No se trata tampoco de demonizar a la red de redes. "Internet está buenísimo, pero tenemos que estar atentos porque los riesgos, al igual que en el mundo físico, existen. Y primero hay que conocerlos. No tenemos que tener miedo, sino informarnos".
Una de las claves es la llamada "identidad digital", que más allá de que borremos los contenidos siempre deja huellas, y que puede gestionarse mediante distintos niveles de privacidad. "En el mundo digital la privacidad es el control que un usuario ejerce sobre su información, en otras palabras: elegir quién puede ver qué cosa", definió y destacó que los chicos suelen mostrar diferentes expectativas de privacidad que los adultos. Y una vez más, apuntó a la necesidad de acompañarlos en el proceso: "¿Cómo tenés configuradas tus redes sociales?", "¿Quién puede ver esto?" "¿Así que querés ser Youtuber? ¿Y de qué te gustaría hablar? ¿A quién?", pueden funcionar como preguntas disparadoras de diálogo. "El problema -advirtió Yaconis- se genera cuando terminan compartiendo con todo el mundo algo que ellos mismos consideraban privado".
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Un poco de coherencia
Pero más allá de lo que los chicos compartan, los adultos también deberían ser coherentes a la hora de dar a conocer contenidos sobre sus hijos. Es lo que se llama "sharenting" -un anglicismo que viene de "share" (compartir) y "parenting" (paternidad)- y tiene que ver con la publicación, muchas veces desmesurada, de fotos de los hijos. ¿Por qué genera debate? Porque los menores no tienen control sobre esas imágenes, y porque en el futuro podrían incluso causarles problemas o simplemente avergonzarlos.
Yaconis se dedicó también a desmenuzar la peligrosa viralización, capaz de lograr que en pocos minutos un contenido privado aparezca en manos de miles de personas. "No voy a discutir si el sexting, el hecho de compartir contenido erótico, está bien o mal. Pero sí tenemos que saber que no es seguro. Siempre que compartimos algo por cualquier medio digital perdemos el control sobre esa pieza de información. Y los chicos tienen que tener eso clarísimo. Incluso si se trata de personas de su máxima confianza, deben ser conscientes de que están cediendo ese control", precisó. "No solamente se trata de no publicar, sino de no reenviar ni comentar contenido inapropiado, e incluso denunciarlo".
Tanto en estos casos como en los "retos virales" (acciones que por imitación se proponen ser llevadas a cabo por todo el mundo), el especialista sostiene que la mejor forma de enfrentarlos sigue siendo el diálogo, "hacerles entender a los chicos que no tienen que incitar a nadie a hacer nada, y que ellos tampoco tienen por qué sentirse presionados. Enseñémosles a decir que no".
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Acerca del "grooming"
La ONG Argentina Cibersegura se dedica a concientizar sobre el uso seguro de medios digitales y define al grooming como la acción que un adulto emprende deliberadamente con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional que le permita disminuir sus inhibiciones y abusar sexualmente de él.
"El grooming de por sí es un delito -explicó Yaconis-, por más que el adulto nunca llegue a ver al menor y no le toque ni un pelo. Mientras exista la intención de intercambiar contenido erótico es un delito y se puede denunciar, tanto en cualquier comisaría como en la Fiscalía de Delitos Informáticos".
De acuerdo al especialista esta práctica presenta tres problemas: uno, que la subestimamos pensando que es algo aislado cuando en realidad es bastante frecuente; dos, pensar que no se puede denunciar; tres, intervenir como adultos chateando con el groomer o borrando el contenido, lo que puede alterar las pruebas y hasta jugar en contra a la hora de hacer la denuncia.
"Como forma de prevención hay que ayudar a los chicos a detectar las señales que nos pueden indicar que un perfil es falso o que la persona que está ahí no es quien dice ser. El groomer suele aparecer como alguien demasiado perfecto que empatiza con ellos y les da siempre la razón", precisó. La propia web de Argentina Cibersegura cuenta con abundante información, infografías y contenido dividido por edad.
"Lo mejor que nos puede pasar como padres -concluyó Yaconis- es lograr la confianza para que nuestros hijos nos cuenten lo que les pasa, que sientan que pueden venir a hablar con nosotros. Por eso no se trata tanto de controlar como de acompañar, dialogar y sobre todo: aprender".