SANTA FE.- Cerca de la medianoche del domingo, Villa Guillermina se despertó abruptamente. Comenzaban a llegar las primeras noticias sobre un tremendo accidente que tenía como protagonistas a vecinos de la ciudad.
"No sé cómo, pero todos nos enteramos. Muchos viajaron hasta Villa Ocampo con la esperanza de que sus familiares no estuviesen involucrados. A la madrugada, casi todas las luces de las viviendas estaban encendidas. Sin darnos cuenta, comenzábamos a hacer nuestro duelo." Este, de Ricardo, es hoy un testimonio repetido entre los habitantes de un pueblo cansino, que luchó y lucha por sobrevivir en un norte santafecino con cada vez menos posibilidades.
Cristina vive en una modesta vivienda en las inmediaciones del hospital. "La mayoría de las familias fallecidas residen en esta zona y en un barrio cercano. No podíamos creer lo que nos estábamos enterando. No sé cómo nos recuperaremos de esto. Es un golpe fuerte para un pueblo chico como el nuestro, donde todos nos conocemos", amplió.
El presidente comunal, Eduardo Scarpín, del Frente Progresista, no halla consuelo. "Acá no hay miradas; hay rostros de dolor."
Villa Guillermina no sólo es recordada por aquel inolvidable chamamé que compusieron Gregorio Molina y Ricardo Visconti Vallejo: "Cómo olvidarte, Villa Guillermina, si entre tus calles soñé por vez primera. En tus veredas, aroma de azahares que perfumaron mi loca juventud".
Fue base operativa de La Forestal, empresa de capitales extranjeros que manejó buena parte de la actividad política y económica de un sector del norte argentino a fines del siglo XIX y principios del XX.
Su nombre ha sido asociado con la destrucción de una parte importante de los recursos naturales, la explotación de sus trabajadores y los oscuros contactos con el poder de turno. Esa empresa, de origen inglés y con capitales franceses y alemanes, se inició en 1872 con un empréstito perjudicial que la Argentina obtuvo con la empresa Murrieta, de Londres.
La Forestal llevó a la desastrosa explotación de 1.500.000 hectáreas de quebrachales en el Chaco austral (norte de Santa Fe, sur de Chaco y nordeste de Santiago del Estero). Según algunas versiones, la explotación llegó hasta la zona de El Impenetrable chaqueño. La empresa exportaba postes y durmientes para el ferrocarril, rollizos y, esencialmente, tanino.
Villa Guillermina fue también escenario de la película Quebracho , dirigida por Ricardo Wulicher, en 1972, que interpretaron Lautaro Murúa, Héctor Alterio y Cipe Lincovsky y que fue estrenada en la Capital el 16 de mayo de 1974.
