Un té para defender a la Richmond
Representantes de ONG que defienden el patrimonio arquitectónico, vecinos, funcionarios comunales y la legisladora kirchnerista María José Lubertino se movilizaron ayer frente a la confitería Richmond, cerrada desde hace un año, en reclamo de que el gobierno porteño no autorice en su interior el desarrollo de una actividad diferente de la gastronómica.
Integrantes de Basta de Demoler, SOS Caballito, Proteger Barracas, Salvar a Floresta, Taller de Investigación y Acción Urbana (TIAU), la junta y el consejo consultivo comunales N° 6 (Caballito) y la comisión de Patrimonio de la comuna N° 7 (Flores y Parque Chacabuco) se dieron cita en la puerta de Florida 466, a tomar un té simbólico para recordar la larga tradición del lugar, que fue declarado bar notable y sitio histórico, por lo que cuenta con protección cultural y estructural.
Como se recordará, los actuales dueños del fondo de comercio intentaron alquilarlo para la venta de zapatillas de una prestigiosa marca, lo que motivó que Lubertino presentara un recurso de amparo de defensa de este ícono de la peatonal Florida, inaugurado en 1917 que fue refugio de poetas y escritores.
La Justicia determinó que no se podrá tomar ninguna medida de enajenación del edificio sin la autorización del Ministerio de Cultura porteño. "Yo conozco inversores que están dispuestos a mantener el uso de confitería, pero tememos que el gobierno de Mauricio Macri se incline por defender los negocios y no el patrimonio", dijo ayer la legisladora, rodeada de los vecinos defensores del patrimonio.
"Cuando los dueños presenten una propuesta, deberemos ver si se trata de un uso sustentable compatible con el patrimonio tangible e intangible protegido. El Estado no tiene potestad para obligar a un privado a venderle a otro privado", respondió el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.
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