Henry Cancelado: “En Ecuador, la dolarización importa porque los grupos narcoterroristas están buscando capital para aumentar su capacidad y armamento”
Del Ecuador dolarizado a la guerra contra el narco terrorismo. ¿Cómo se llegó a este extremo? ¿Puede pasar en la Argentina? El especialista colombiano hace su análisis
“En Ecuador, estamos viendo el descenso económico de la sociedad ecuatoriana con el ascenso económico del negocio del narco”, dice. “Aparecieron muchos grupos porque las mafias se convierten en una opción económica válida”, analiza. “Hay dieciocho grupos narco y se van a eliminar entre ellos. por eso aumenta la tasa de homicidios”, plantea. “Se empezó a dar una lucha entre bandas narco”, sigue. “En Ecuador, hay una guerra entre grupos de mafias, no solo contra el Estado”, explica. “En la costa del Pacífico, aumentó la presencia de narcotraficantes mexicanos que traen el dinero, el negocio y la violencia”, desarrolla. “Soy muy escéptico respecto de que el narco necesite corromper a la cabeza política. Alcanza con que corrompa a las estructuras medias y a las burocracias profesionales de cualquier gobierno”, sostiene. “El narcotráfico se está expandiendo sobre las Américas”, advierte. “Podría darse una inyección muy fuerte de capitales al conflicto en Oriente Medio salida del narcotráfico de la triple frontera”, alerta. “Ecuador está en un punto en el que una política de estilo Bukele puede funcionar”, plantea. “Para controlar la seguridad, no se trata sólo de grandes cárceles: también de voluntad política”, advierte. “En sociedades del nivel desarrollo de la Argentina es más difícil que el narco pegue rápidamente”, aclara. “Lo que se va a dar rápidamente en la Argentina son los casos de lavado de activos”, precisa. “Hay esquemas informales y migratorios que hacen que los grupos ilegales puedan encontrar nichos importantes para meter dinero”, describe.
El especialista colombiano en relaciones internacionales, defensa y seguridad en la cuenca del Caribe y Centroamérica, Henry Cancelado, estuvo en La Repregunta. Cancelado es politólogo por la Universidad Nacional de Colombia. Es investigador de Strategos, el Observatorio de la Seguridad Global de la Universidad de los Andes en ese país.
Del Ecuador dolarizado a la guerra contra el narco terrorismo. ¿Cómo se llegó a este extremo? Rafael Correa, ¿entre el narco y la política? ¿Servirá una solución a la Bukele? ¿Puede pasar en la Argentina? Cancelado hizo su análisis.
Aquí, la entrevista completa.
Del Ecuador dolarizado a la guerra contra el narcoterrorismo. ¿Qué pasa en Ecuador?
-Desde la Argentina, desde la impunidad que da la distancia, se vienen elaborando múltiples hipótesis explicativas en torno a la escalada de violencia del crimen organizado y la violencia narco que invadió la vida cotidiana del Ecuador la semana pasada. Con su mirada más cercana a los hechos, por estar situado en Colombia, y por su experiencia en el tema de la seguridad en la región, ¿cuál es su perspectiva? ¿Cuáles son las principales hipótesis explicativas de lo que está sucediendo?
-En primer lugar, lo sucedió tiene que ver con un comportamiento particular de las mafias, el término coloquial para denominar a estos grupos. Lo hemos visto en Colombia después de la caída de los grandes carteles de Medellín y Cali: hay una diáspora que responde a los negocios. Vemos esta gran cantidad de grupos también en México. Siempre hay un grupo que se impone sobre los demás. Incluso se esperaba que ocurriera en la Argentina porque, en algún momento, la zona norte de la Argentina experimentó un aumento de esta actividad delictiva. Había rutas en Misiones, el Río Paraná. Tocaría analizar qué pasa en la Argentina que no se da como en otros lados. Recuerdo una frase controversial del Papa Francisco, que dijo ojalá que Rosario no sea la próxima Medellín o la próxima Ciudad Juárez. Es un fenómeno normal que adquiere distintas características. En Ecuador, no había pasado nunca nada de este tipo de cosas. En primer lugar, se debe a una diáspora natural de las mafias que ocurre en dos momentos, cuando el negocio va en ascenso o cuando el negocio va en descenso. En ascenso, es el caso de Ecuador. En descenso, lo estamos viendo en Colombia. Es un funcionamiento natural de diáspora criminal. Segundo, un elemento de ascenso en el negocio en Ecuador. Y tercero, un gobierno que viene con fuerza y que quiere golpear a estos grupos, que están midiendo la capacidad de respuesta del gobierno.
También está el tema de la posición geográfica. Ecuador es un país que da hacia la costa del Pacífico. Hay rutas narco que ya venían de México que daban sobre el Pacífico colombiano en la frontera con Ecuador, el departamento del Nariño, que da al Pacífico. Sobre todo hay una pequeña ciudad, Tumaco, que también tiene un problema de violencia bastante grande en torno al narcotráfico. Está el tema económico, con la dolarización, que es un aspecto importante sobre todo porque estos son grupos en ascenso que están buscando capital para consolidarse en su violencia: aumentar la cantidad de gente involucrada y aumentar el armamento, que se compra con dólares en los mercados negros internacionales. Como lo vimos en las imágenes de la toma del noticiero, por ahora hay un armamento no muy elaborado: machetes, algunas escopetas. Muy diferente de lo que se ve en México, en el cartel de Jalisco Nueva Generación, que es casi un ejército muy organizado. O muy distinto al armamento que en algún momento se usaba en Colombia. Son grupos que están buscando captar capital para aumentar su capacidad y poder enfrentarse entre ellos: lo que le espera a Ecuador es una guerra entre esos grupos, también, y no sólo una guerra contra el Estado. Un grupo como estos tiene dos grandes enemigos, sus contendientes y el Estado.
-En agosto del año pasado, cuando sucedió el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato a presidente asesinado en plena campaña presidencial, Daniel Noboa que todavía no era presidente y asumiría más tarde, en noviembre, analizó qué es lo que estaba pasando en Ecuador. Planteó que no hay control fronterizo real ni tampoco portuario, es decir, una imposibilidad de controlar el tráfico de drogas. De acuerdo con Noboa, en Ecuador está el tercer puerto más importante de América Latina, el puerto de Guayaquil. También señalaba a la dolarización, en los términos que usted lo describe, como otro factor. ¿Hay otra hipótesis vinculada con la debilidad fronteriza, que es una inmigración que fluye demasiado fácilmente por ese mapa de la región?
-Sí, ciertamente porque en el narcotráfico, las mafias son globales. Se mueven respondiendo a una globalización como se mueven todos los flujos económicos, incluso los flujos legales. Hacen alianzas, llegan a otros territorios, abren mercados, se consolidan. ¿Quién abrió todo el Pacífico al narcotráfico? Se abre desde México. Acapulco da al Pacífico entonces todo el Estado de Guerrero y todas las bandas de Baja California, toman las rutas del Pacífico. Ahorita tenemos nuevas drogas que llegan desde Asia como el fentanilo, por ejemplo. En Ecuador, menos, pero en el caso colombiano, el control sobre el Pacífico es muy difícil porque es una selva tropical. ¿Quién puede controlar eso? Estoy de acuerdo con lo que dice el presidente Noboa: controlar las fronteras en América Latina es muy difícil por dos cosas. Primero, por su topografía y geografía. Y segundo, por el tamaño de los países: los países latinoamericanos son países muy grandes. No son los países europeos que son pequeños, con capacidad para proteger sus fronteras. De todas formas, puertos como el de Amsterdam son parte también de este fenómeno de entrada de las drogas a Europa. Pero está claro que tienen mayor capacidad.
"En la costa del Pacífico, aumentó la presencia de narcotraficantes mexicanos que traen el dinero, el negocio y la violencia"
Ecuador y la crisis económica. ¿Una chispa para la consolidación del narco? De la policía a la política, ¿todos comprados? El caso Correa
-¿Cuánto pesa la crisis económica? Hay quienes cuestionan considerar a la dolarización como un factor central de la escalada de criminalidad organizada en Ecuador porque Ecuador está dolarizado desde 2000 y esta escalada se da recién ahora, y no en los veinte años transcurridos desde la dolarización. ¿Cuánto pesa la crisis económica, los salarios de los policías y de las Fuerzas Armadas para que terminen sin incentivos para combatir al narcotráfico o cooptados por el narcotráfico? ¿Es otra variable a tener en cuenta?
-Sí. Y pesa mucho. Las mafias de cualquier país se consolidan en dos momentos, en los ascensos económicos de sus sociedades o en los descensos económicos de las mismas. En Ecuador, estamos viendo el descenso económico de la sociedad ecuatoriana con el ascenso económico del negocio. Por eso, de repente aparecieron muchos grupos: porque las mafias se convierten en una opción económica válida. Esto es importante: la mafia es de las actividades ilegales que atraviesa todos los espectros sociales, desde las personas más pobres a las personas más ricas. En los grupos mafiosos, está el sicario, el pistoletero de calle hasta el gran capo, que puede venir de la alta sociedad. Pero la economía tampoco es la única explicación.
-A partir de lo sucedido la semana pasada, en los sectores que ven el panorama ecuatoriano desde lo ideológico, se ve una reivindicación de la figura de Rafael Correa porque, por ejemplo, la tasa de homicidios de Ecuador en los años de Correa fue mucho más baja. Este funcionamiento del crimen organizado en Ecuador, con esta transversalidad que usted señala, ¿cuán presente está en la política? Fernando Villavicencio, por ejemplo, que fue asesinado, era un periodista de investigación enfocado en hechos de corrupción e hizo investigaciones muy clave que terminaron en denuncias judiciales y sentencias en contra de Rafael Correa. ¿Cómo juega el narcotráfico y la política en esta escalada y esta historia del narcotráfico en Ecuador?
-El narcotráfico corrompe diferentes niveles. Los primeros niveles son las autoridades, los uniformados porque son los que primero enfrentan este fenómeno: policías, guardias, carceleros. Un segundo nivel es el nivel judicial porque el narcotráfico necesita sobrevivir en términos judiciales y que no lo golpeen en los tribunales. Y tercero, el nivel político, que le permite mantener este manto de legalidad. Se va generando todo un sistema de ilegalidad dentro de los gobiernos. En Colombia, lo podemos hablar abiertamente porque hay muchos políticos condenados por cohabitación con estos grupos: tenemos el fenómeno bastante bien identificado. En el nivel de calle, los uniformados que están luchando contra este fenómeno y que de repente se ven desbordados, tienen tres opciones: dejar el cuerpo, asimilarse a la delincuencia o, simplemente, morir en la lucha. En Ecuador, no ha llegado todavía a ese nivel en el que también se empieza a golpear a la rama judicial. Pero ya hay secuestros de policías. Las fugas de los jefes de las mafias de las cárceles siempre se da con personal cómplice de las autoridades carcelarias.
-La semana pasada, uno de los hechos fue la fuga del líder de Los Choneros, la principal banda ecuatoriana.
-Claro. Y una de las últimas grandes etapas es el narcotráfico corrompiendo todo el sistema político.
-¿Cómo se vincula con el correísmo? La investigación de Villavicencio señalaba ese vínculo entre el gobierno de Correa y el narcotráfico. ¿Cuánta realidad hay en esa correlación como para explicar lo que está sucediendo hoy?
-Es complicado determinar el nivel de correlación y el nivel en el cual el narcotráfico ingresó en el poder. Un gobierno es una estructura muy grande y el narco no necesariamente debe corromper a las cabezas: con que corrompa a las estructuras medias de cualquier gobierno, a las burocracias profesionales, ya es suficiente. Comandantes de policía, comandantes de fuerzas militares, jueces, congresistas. O se conforman con eso ministros que les permiten moverse libremente a nivel de transporte, por ejemplo. Ahora bien, el problema grande en América Latina es que siempre que empezamos a hablar de narcotráfico, empiezan a aparecer esas complicidades con los gobiernos. Se habla entonces de Venezuela, del cartel de Los Soles, Los Generales, Maduro, Alex Saab. También sucedió en Colombia: tuvimos un presidente muy cuestionado, Ernesto Samper, que dicen que fue alcanzado por el narcotráfico. Pero soy muy escéptico de que el narcotráfico necesite corromper a la cabeza. Primero, es un desgaste político muy grande.
"Soy muy escéptico respecto de que el narco necesite corromper a la cabeza política. Alcanza con que corrompa a las estructuras medias y a las burocracias profesionales de cualquier gobierno"
-Tiene más costos que beneficios: el propio narcotráfico queda muy expuesto.
-Por supuesto. En cambio, romper las estructuras de gobierno es mucho más sencillo y más rentable. Es más barato, también y les genera mucho más beneficios en términos prácticos.
¿Por qué la tasa de homicidio bajó con Correa y subió ahora? Guerra narco
-Hay toda una discusión en América Latina sobre la tasa de homicidio. En la semana, cuando sucedieron los hechos tan críticos del martes, Rafael Correa tuiteó, para reivindicar su gestión, y citó un estudio del BID de 2015 titulado “Ecuador redujo su tasa de homicidio 64 por ciento en tres años”. También dijo en X: “Hoy somos el quinto país más violento del mundo. Y tenemos a líderes del crimen organizado que han declarado una guerra al Estado. Esto era inimaginable en 2017″, el año en que Correa dejó el poder. Efectivamente, la tasa de homicidio de 2017 era de 5,81 cada 100 mil habitantes y pasó a 44 en 2023. ¿Cuál es su mirada acerca de ese comportamiento de la curva de homicidios? ¿Por qué estaba tan baja y por qué repuntó luego?
-Dos puntos claros. Primero, esto es parte de esa guerra interna entre bandas, como señalaba antes: se empezó a dar una lucha entre ellos. En algún tiempo, nos daremos cuenta de que en esta guerra que empieza en Ecuador, va a aparecer una gran banda, un cartel que los va a organizar a todos o porque los cooptó o porque los eliminó. Esta lucha va a empezar a fortalecerse. Hoy ya hay dieciocho grupos señalados por el gobierno. Se van a ir eliminando entre ellos y va a terminar en una gran banda. Esa lucha ya se está dando, por eso la tasa de homicidios aumenta. Y segundo, la tasa aumenta porque en los últimos años, la presencia de narcotráfico mexicano en toda la costa del Pacífico de América Latina ha aumentado. Y ellos traen el dinero, traen el negocio y traen la violencia. El fenómeno del narco no se puede analizar localmente. Tenemos que analizarlo como una gran cadena de valor de la ilegalidad.
De Bukele a Noboa. De las mafias al terrorismo. ¿Puede servir la solución Bukele?
-Hay otra cuestión muy relevante en las decisiones de política que tomó Noboa en su anuncio del estado de excepción. Considera a las organizaciones del crimen organizado narco como grupos terroristas y califica a sus acciones como “acciones de terror”. En otra oportunidad, hemos conversado sobre Bukele y cómo, según usted explicó, logró mayor legitimidad en su lucha contra la inseguridad porque fue capaz de presentar a las maras como organizaciones terroristas ante el escenario global. ¿Es la misma lógica la que está aplicando Noboa para tener legitimidad para atacar fuertemente?
-Sí, estoy de acuerdo con ese postulado. Lo más fácil es lo más directo y expedito para lograr legitimidad. Ha tenido el apoyo de todo el mundo en esto. Eso también le permite utilizar la fuerza muy específica. Contrario a lo que se pensaba hace unos diez o quince años atrás, que Ecuador se iba a incendiar por el conflicto colombiano, pues no fue tal. Lo que pasa es que el narcotráfico se está expandiendo sobre las Américas. Está golpeando a diferentes países con diferentes características. Rafael Correa decía que Ecuador limita con las FARC, no con Colombia: se pensaba que iba a haber una expansión de la guerra colombiana y no fue tal lo que le pasó a Ecuador. Al contrario, fue una violencia muy local estimulada por factores externos, que es lo que qué es lo que vemos ahorita. Pero para cualquier gobierno, lo más conveniente es utilizar el arma del terrorismo. Eso trae una normativa específica, una legitimidad, unos permisos para el Estado. Es importante que la opinión pública tenga en cuenta esto: las mafias son un poder gigantesco; pueden corromper y golpear una sociedad y por eso los Estados se blindan rápidamente.
-Antes de que se desatara toda la violencia del martes pasado, el tema del crimen organizado en Ecuador ya había escalado. El presidente Noboa había anunciado la construcción de cárceles a la Bukele, esas grandes prisiones destinadas a encerrar a todos los narcotraficantes. El mismo martes, en X, Bukele escribió: “No es soplar y hacer botellas”. Nada más que ese refrán. La interpretación es que se estaba refiriendo a lo difícil que es controlar a las organizaciones criminales organizadas. ¿Puede funcionar en Ecuador una política de control de la seguridad a la Bukele?
-Cada país es muy particular. Pero Ecuador está en un punto en el que una política de ese estilo puede funcionar. ¿Qué necesita? El Salvador también venía de años de violencia. Había un desgaste de la política y por eso fue mucho más fácil mover a todo el espectro político en torno a estas posiciones. En Ecuador ése es el reto: es un país inestable en término se político. Hubo una época en la que cambiaban de presidente a cada momento. Tenemos diferentes actores sociales, como un movimiento indígena bastante puerto organizado. Hay que ver los actores sociales y los actores políticos cómo se van a comportar. Bukele se refirió a eso: no se trata sólo del edificio de las cárceles; eso va acompañado de una gran cantidad de medidas y de voluntad política, eso es lo primero que debe mostrar el presidente Noboa. Él ya dijo: vamos a luchar contra eso. Hay que ver cómo va a responder a esa guerra el resto de la sociedad.
-En el caso de Bukele, es muy cuestionado por la violación de derechos humanos que representa esa guerra.
-Lo más curioso es que es más cuestionado afuera que adentro de El Salvador. Bukele lo ha dicho abiertamente: si quieren llevarse a los delincuentes porque les duele que estén en nuestra prisión, se los doy, llévenselos. Recordemos que Bukele primero tuvo que militarizar el Congreso: con eso mandó un mensaje. ¿Ecuador soportará ese nivel de escalada de la autoridad que necesita el presidente? No lo sé.
Ecuador y la crisis del narcoterrorismo. ¿Puede pasar en la Argentina?
-Y finalmente, quiero trasladarlo a la Argentina. Usted se refirió a la Argentina y a Rosario. En las últimas semanas, el nuevo gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, recibió amenazas directas a su vida por parte de organizaciones vinculadas con el narcotráfico e inclusive contra su familia, que tuvo que mudarse y recibir protección policial. La Argentina es un país distinto, un territorio más vasto, un sistema institucional que parece más consolidado que en algunos otros países de América Latina, con un sistema de partidos más sólido. ¿Cuánto puede llegar a pesar el narcotráfico como para tener que plantearse estos dilemas que enfrenta El Salvador, y que le dio respuesta a la demanda de la población aunque de forma cuestionable, y que ahora está empezando a enfrentar Ecuador?
-En el caso argentino, hay algo importante, más allá de cualquier consideración de política interna argentina, la Argentina es uno de los países importantes en la región. Es una economía que va y viene pero que siempre está entre las primeras economías de América Latina. Entonces, cuando una sociedad tiene estos niveles de desarrollo como los que tiene la Argentina, es mucho más difícil que el narco llegue a golpear rápidamente: esto es como empezar a llenar un vaso de agua, que se va llenando y la economía legal va conteniendo. Rápidamente, lo que se va a encontrar en la Argentina son casos de lavado de activos porque allí se puede montar una empresa. La gente puede tener grandes carros en Buenos Aires: pasa sin mucho cuestionamiento. ¿Quiénes son estos? Cualquier riquillo o empresa que llegó a la Argentina a invertir. Es diferente en otros países. Voy a poner ejemplo muy colombiano. En los años 90, había un solo Lamborghini en la ciudad de Cali. Ya sabemos de quién era: de los Rodríguez, del cartel de Cali; era muy simple. Pero en ciudades más grandes, en economías más robustas pasa inadvertido. Pablo Escobar no tenía estos niveles de lujo hacia afuera. Pero sí el cartel de Cali. Todo el mundo sabía quién era el dueño del auto. Pero ver esto en Buenos Aires no hace cuestionar a nadie.
"Hay esquemas informales y migratorios que hacen que los grupos ilegales puedan encontrar nichos importantes para meter dinero"
-Ese punto me parece súper interesante: Una economía desarrollada tiene menos espacio para esa proliferación del narco. Ahora, si esa economía tiene problemas, como es el caso de la economía argentina, si van creciendo los niveles de informalidad y pobreza, ese mercado informal puede ser más fácilmente cooptado por el narco al estilo de las maras en El Salvador o al estilo del Ecuador. Estoy siguiendo su razonamiento: esa escalada también podría darse en la Argentina.
-Eso es. Cuando me refería a que se demoraría un poco más, me refería a la violencia derivada del narco. El narco afecta a la sociedad por lavado de activos, por reclutamiento y por la violencia directa. En la Argentina, se va demorar muchísimo el fenómeno de las bandas luchando contra el Estado. Pero sí vamos a ver un fenómeno veloz: el ingreso de dinero a la economía argentina. Eso puede pasar y precisamente por lo que estás señalando: si bien la economía puede ser importante, hay una industrialización, la Argentina tiene su base económica, también hay esquemas informales y migratorios que hacen que los grupos ilegales puedan empezar a encontrar nichos importantes en la Argentina.
-En la presidencia de Javier Milei se instala la dolarización como una posibilidad para solucionar los problemas macroeconómicos de la Argentina. Esta dolarización que en Ecuador no es un factor central pero que aporta a la consolidación del narcotráfico, ¿podría ser otro de los factores que abran un poquito más esa posibilidad en la Argentina?
-Sí, es posible. Y combinado con otros factores que son importantes. Si yo soy un narcotraficante en América Latina, ¿dónde me escondo, en Guayaquil o en Buenos Aires? ¿Dónde pasó más desapercibido? ¿Dónde puedo llegar con dólares y no tener tanto rollo? ¿En Lima o en Bogotá o en Buenos Aires? Los narco se mueven mucho. Brasil vive con las alertas arriba en cuanto a lavado de activos porque San Pablo o Río son ciudades con una economía muy poderosa. Si soy narco, ¿dónde muevo la plata, dónde levanto negocios para lavar activos? Pues en Buenos Aires, en Suipacha, en Santa Fe, en la Boca.
-Usted ha explicado el fenómenos de las maras en El Salvador como organizaciones que nacen en los Estados Unidos, en la costa del Pacífico, y cuando el negocio del narco empieza a proliferar en la región, en Colombia, en El Salvador, hay nuevas oportunidades ahí, entonces se mueven hacia El Salvador. ¿Algo de eso podría pasar si el narcotráfico en Rosario y en la frontera norte argentina no pudiera ser contenido y proliferara como una oportunidad para la llegada de nuevas bandas organizadas porque el negocio en esta zona se vuelve más rentable?
-Totalmente. Además, sumaría un tema que la Argentina ya conoce porque lo ha enfrentado: la presencia de grupo pro terrorismo islámico en Iguazú. Imagínate lo que pueden hacer todos los que vendían cigarrillos y ahora llega la droga. Más en este momento tan complicado al otro lado del mundo. Podría darse una inyección de capitales en el conflicto en Oriente Medio muy fuerte saliendo de la triple frontera. Esa triple frontera es muy complicada. Cuanto más complicada es una frontera, ese movimiento criminal es mucho más fácil.