Bots y ballestas
Si esta no fuera una historia real, salida de los tribunales ingleses, podría usarse como argumento para una película de ciencia ficción o un capítulo de Black Mirror. Pero no hay un guionista aquí, y por lo tanto el hecho es un retrato del mundo en el que estamos empezando a vivir.
Jaswant Singh Chail fue arrestado en la Navidad de 2021 luego de entrar con una ballesta (sí, una ballesta) al palacio de Windsor con la intención de asesinar a la reina de Inglaterra. Por supuesto, lo arrestaron y lo condenaron a nueve años de prisión en el primer caso de traición en 43 años en ese país. Chail profesa el sijismo y se considera un asesino Sith, como en Star Wars.
Hasta acá, un muchacho de 21 años muy perturbado. Pero nada que no hayamos visto en años, siglos y milenios anteriores. Lo que acaba de saberse es que Chail fue incentivado por un bot de inteligencia artificial del sitio Replika, a la que había bautizado Sarai y con la que sostenía (digámoslo así) una relación íntima; lo aclaro no por estimular el aspecto escabroso de la noticia, sino porque crear un bot de este tipo en Replika cuesta 20 dólares por mes. O 300 por una suscripción vitalicia.
Inteligencia artificial y una ballesta. Esto sí que no lo vimos venir.