Fórmula 1: sin rivales a la vista, Red Bull Racing autorizó el “fuego amigo” entre Verstappen y Checo Pérez
El neerlandés aventaja por seis puntos al mexicano en el campeonato y desde la escudería de Milton Keyne señalaron que no ofrecerán órdenes de equipo a sus pilotos; mensajes y estrategias para tomar ventaja
Libre competencia. Ese fue el mensaje que bajó Red Bull Racing para los pilotos Max Verstappen y Sergio Checo Pérez en el Mundial de Pilotos. El pleno de victorias de la escudería de Milton Keynes en la temporada ofrece una amplia ventaja de puntos sobre los rivales y la brecha alimenta a una pulseada entre los compañeros de garaje.
El doble éxito del mexicano en el reciente Gran Premio de Azerbaiyán expuso la paridad, con dos triunfos por cabeza, aunque ninguno pretende bajarse de la contienda por la corona: el neerlandés, porque arrastra un bicampeonato y es el apellido que lideró a la escuadra para romper con la hegemonía de Mercedes; el tapatío, por su parte, entiende que es el momento de dar un golpe, luego de ser un fiel escudero en las conquistas de MadMax. “Son libres de competir hasta que los intereses del equipo sean mayores”, comentó Christian Horner, que abrió las puertas para el fuego amigo, aunque el discurso puntualiza que la marca estará por encima de las individualidades.
La última experiencia caótica dentro de un garaje la protagonizó Mercedes, cuando Nico Rosberg y Lewis Hamilton desanduvieron una feroz competencia en 2016. Aquella pulseada casi se descontrola y promovió la intervención de Niki Lauda –asesor en la escudería de Brackley-, aunque las batallas internas no son novedad en la F.1. Lo sufrió hace cuatro décadas Carlos Reutemann con Alan Jones en Williams, escudería que siempre priorizó al equipo por sobre los pilotos. McLaren protagonizó dos episodios rupturistas: primero fue el duelo entre Alain Prost y Ayrton Senna, y más tarde los actores resultaron Hamilton y Fernando Alonso.
La desesperación de Max Verstappen en Bakú, el desconcierto de no poder alcanzar a su compañero Checo Pérez 🔊
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En Red Bull Racing se produjeron chispazos, aunque no alcanzó para encender el fuego. En el circuito urbano de Jeddah, en el Gran Premio de Arabia Saudita 2023, Verstappen señaló el récord de vuelta en el último giro y Checo Pérez tomó la acción como una alerta y agitó la tensión con un ríspido diálogo. La tirantez no era nueva. En el Gran Premio de San Pablo, en la definición del calendario 2022, el neerlandés –que ya ostentaba la corona de bicampeón- no cedió la posición, cuando el mexicano pugnaba por el subcampeonato con Charles Leclerc, posición que finalmente ganó el monegasco de Ferrari.
En Bakú, el ingreso del Auto de Seguridad torció el rumbo de la carrera, beneficiando a Pérez y quitándole la posibilidad de victoria a Verstappen. “Que estuvieran pelando entre ambos elevaba la tensión, pero es parte del deporte. No les dimos órdenes de equipo. Pérez preguntó cinco vueltas antes del final de la carrera si el ritmo podía ser reducido, pero simplemente dejamos que los dos pilotos corrieran: sin riesgo no hay diversión”, comentó Helmut Marko, acerca de cómo se desarrollarán los próximos capítulos entre los compañeros de equipo.
Gestionar la batalla es una situación delicada puertas adentro, pero también emitir órdenes en el comienzo del calendario hace decaer la imagen frente al público, que sin equivalencias con el resto de las escuderías pretenden acción entre quienes comparten garaje.
“Como Max, tengo las oportunidades para ir por el campeonato. Sin todos los problemas que tuvimos en la clasificación en Melbourne, deberíamos estar liderando el Mundial. Queda un largo camino por delante, así que necesito mantener la cabeza agachada y seguir trabajando. Creo que teniendo tres hijos en casa no estaría viajando por el mundo si no creyera que puedo ser campeón del mundo”, apuntó Checo Pérez, que pretende descubrir apoyo dentro de la estructura para dejar de ser el ladero de MadMax, aunque difícilmente Red Bull Racing se incline por el mexicano si existe paridad en la pulseada por la corona. Marko fue contundente en este sentido antes de que el Gran Circo visite Bakú: “Es un poco prematuro, pero mi próximo objetivo es el tercer título mundial con Verstappen. Es mi motivación”, declaró el austríaco, de 80 años, y fijó posición en una disputa que marcha a fuego lento.
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