Julia Ballario, la sorpresa del Top Race: "Los que saben de automovilismo saben lo que he conseguido"

Julia Ballario dejó más que su perfume en el podio luego de ganar la semana pasada en el autódromo Santiago "Yaco" Guarnieri de Chaco. Su imagen de mujer se hizo fuerte, trascendió las fronteras de la categoría en la que venció, el Top Race Series, produjo admiración y fue el comentario inevitable en los días siguientes, no sólo en talleres y pistas.

No pudo verse su ductilidad y tensión dentro de su Mercedes en un día desapacible, pero sí fue fácil de percibir la seguridad que transmitió a su máquina en los últimos kilómetros de la prueba, con una pista mojada e incómoda. Con mano maestra mantuvo a raya la voracidad de sus rivales e inscribió otra página en el automovilismo argentino.

"Era algo que venía buscando desde hace mucho tiempo. No fue un acierto de un fin de semana. Había acumulado mucho trabajo y no sólo de parte mía. Había sumado mucha experiencia durante años y en distintas categorías", dice Julia.

Oriunda de Marcos Juárez, de 24 años, hija de Gustavo y de Susana, hermana del medio de Agustín, el más chiquito y de Lucía, la más grande, lleva recorridas muchas pistas en karting, Fórmula Renault, Turismo Pista y TC 2000, además de una experiencia de un par de años en Estados Unidos, en la categoría Star-Mazda.

Asume con absoluta convicción que su profesionalismo que va más allá de la rutina del entrenamiento y de la competencia en carrera. De a poco irá brindando datos que revelan su inclinación hacia los autos.

"En karting empecé a los siete años. Corrí en tierra y pavimento. Andando despacio vas a 80 kilómetros, cuando empezás, y podés llegar a 150. Eso viví de chica. Y desde esa edad supe que correr en autos era lo que más me gustaba".

-¿Pero era edad de muñecas, también?

-Pero no tengo ninguna foto con muñecas. Mi papá y mi tío corrieron en autos, pero no influyeron en mí. Esa pasión la tuve yo y no fue por influencia de ellos. Aunque toda mi familia es muy apasionada al automovilismo.

-¿O sea que desde niña lo tomaste muy en serio?

-Siempre. Actualmente entreno físicamente dos veces por día durante toda la semana. Al automovilismo lo tomo como una profesión. Hasta ahora no he podido ganar dinero, pero me gustaría vivir de lo que estoy haciendo. Esta victoria quizá sea un punto de partida.

-¿Tu pasión por los autos te ocupó todo el tiempo?

-No. Por supuesto que también hice otras cosas. Estudié. Soy diseñadora gráfica. Hice algunos trabajos.

-¿Además de entrenarte, tenés alguna otra manera de descargar la tensión que te generan las carreras?

-Si, hago manualidades. Me gusta bordar. Bordo en mi casa. Qué se yo…almohadones. Es una manera de relajarme.

Después de su victoria, Julia inició un raid de entrevistas y de visitas a los medios, además de haber sido invadida por amigos y familiares en Marcos Juárez cuando llegó a su casa. Se la vio muy contenta, trasuntando felicidad por su inédita conquista. Habló de todo, entre lo que siempre se destacó su presencia en un ámbito de hombres.

"Al principio me miraban con cara rara. Sí, es un ambiente en el que la gran mayoría son hombres. Pero después se fueron acostumbrando. Te van aceptando de a poco, a medida que vas demostrando que sabés manejar y que podés estar a la altura de ellos.

-¿Qué sucedió para que eso ocurriera?

-Es cuestión de hacerse un lugar. A lo mejor pensaron que no estaba capacitada para correr a la par, pero pienso que después se fueron dando cuenta. Por eso el triunfo del domingo me sirve muchísimo. Saben que soy una más y que soy capaz de ganar una carrera.

-¿Qué expresiones notaste en los hombres tras la carrera que ganaste?

-Recibí muchísimas felicitaciones. Eso me produjo una gran alegría. Y no sólo de los integrantes de mi equipo, de mi familia o de amigos, sino de gente de otros equipos, de pilotos, de ingenieros…de personas que saben mucho de automovilismo y que valoran lo que he conseguido. Esto sirve porque quizá algunos todavía nos ven como amas de casa o haciendo cosas no muy vinculadas a este tipo de actividad. Pero estamos avanzando.