Los nuevos guantes de la Fórmula 1 que pueden salvar de una desgracia

Fue el accidente más impactante en la historia moderna de la Fórmula 1: quedó en las retinas la imagen de Romain Grosjean envuelto en llamas después de despistarse en la largada del Gran Premio de Bahrein 2020, para terminar ileso de manera milagrosa. Durante más de un minuto, pilotos y televidentes se quedaron petrificados y temieron consecuencias gravísimas. Sin embargo, les volvió el alma al cuerpo cuando lo vieron salir por sus propios medios entre esas lenguas de fuego y de esa montaña de fierros en la que se había convertido su auto. En medio de la llamarada surgió la silueta del suizo, en una escena espeluznante y, por fortuna, con final feliz.

Sin embargo, aun hoy el expiloto de la escudería Haas padece las secuelas por las quemaduras en sus manos: ya en enero de este año, había posteado unas fotos con los tejidos de su mano izquierda profundamente dañados. Pero el accidente de Grosjean no se redujo a un traumático episodio, sino que llevó a la Federación Internacional de Automovilismo a reforzar varias cuestiones en materia de seguridad. En este sentido, Michael Masi, titular de la FIA, buscó atender específicamente sobre el tipo de accidentes en los que hubiera fuego de por medio. La iniciativa consistió en una serie de pruebas que se realizaron en el circuito Istambul Park, antes del Gran Premio de Turquía, con un piloto de cada una de las marcas de guantes que forman parte del campeonato de Fórmula 1. Los voluntarios de aquel viernes de ensayos libres fueron Lewis Hamilton y Carlos Sainz (Puma), Daniel Ricciardo (Sparco), Sebastian Vettel (Alpinestars) y George Russell (OMP).

“Como resultado del incidente de Romain, fue un área en la que comenzamos a trabajar de inmediato. Identificamos muy rápidamente que era un aspecto que podría mejorarse junto con los fabricantes de guantes”, comentó Masi a los medios internacionales. Y amplió: “La respuesta inicial de los pilotos es buena. Hay unos pequeños elementos de ajuste con un par de marcas, pero nada insuperable desde ese punto. Así que estamos muy agradecidos con los pilotos y los equipos involucrados por ejecutarlos; se demuestra que estamos tratando de aumentar esos niveles de protección tanto como sea posible”.

Numerosas pruebas y diversas experiencias sobre la pista certificaron que los buzos antiflama de los pilotos aguantan bien las altas temperaturas durante varios segundos, pero se detectó un déficit en la resistencia de los guantes contra el fuego. Es por eso que los cuatro fabricantes suministraron a aquel quinteto de pilotos pares de guantes no homologados con el fin de investigar el asunto. Y se llegó a una conclusión: según Masi, los nuevos guantes aguantan un segundo y medio más el calor que los anteriores. La diferencia parece escasa, pero evalúan que en ese margen de tiempo se puede pasar de sufrir de una quemadura leve a otra más grave. También, analizan el equilibrio entre la resistencia a las altas temperaturas y la comodidad de los guantes, para que el piloto pueda conducir y accionar los pequeños botones del volante sin problemas.

“Suena mínimo, pero como hemos visto en ese tipo de escenarios, cada décima de segundo o milisegundo cuentan. Tenemos que cumplir nuestros objetivos de seguridad, pero, obviamente, igual de importante es la sensación del conductor. Así que no podemos cambiar por completo ese aspecto, porque tienen que tener ese nivel de sensación, sobre todo en algo tan importante como los guantes, por todo lo que deben operar los pilotos con las manos”, subrayó el mandamás del Gran Circo.

Daniel Ricciardo (McLaren) dio el primer aprobado a la experiencia; reveló que no había sentido diferencia entre los guantes no homologados y los que utiliza habitualmente. “Si agregan seguridad, son bienvenidos”, comentó el australiano. Un paso más que está dando la Fórmula 1, en tren de atenuar daños colaterales.

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