Argentina-España. Entre cábalas y mate: cómo vivió la final la familia de Facundo Campazzo
CORDOBA.- María Elena y Marcelo, mamá y hermano de Facundo Campazzo, miraron la final del Mundial de básquet por separado. Es la cábala para los partidos importantes y decidieron no romperla. No tiene que ser, necesariamente, el mismo lugar, pero sí que no haya nadie más. No alcanzó contra España, pero hay felicidad igual.
"Camino, grito, tomo mate, de todo", dice eufórica María Elena. Fue ella quien a los 13 años le pidió a Facundo que se decidiera por el fútbol o el básquet, porque "dos deportes a la vez no podés hacer". Desde los cuatro le tiraba al aro ("lo llevé porque era muy inquieto"), pero fue Marcelo quien lo entusiasmó con el fútbol. Así nació uno de los cracks de la selección.
"Pero es bueno en el fútbol", apunta. Marcelo dejó el deporte por una lesión. A Mary –como le dicen a la mamá- le lleva un par de horas "bajar a tierra" después de la adrenalina de cada partido; cuando va a visitarlo a Madrid sí va a la cancha. "Sufro mucho también", ríe.
Ante los múltiples pedidos de medios para ver el partido con ella, tanto Facundo como Marcelo la urgieron a "no romper la cábala". Cuando están juntos, le cocina; las empanadas árabes son su comida preferida.
El sábado por la tarde le mandó el acostumbrado mensaje por whatsapp: "Lo mejor para mañana, mi corazón está con vos, te quiero".
Mary admite que entre el partido contra Francia y la final con España, "la procesión me fue por dentro. No daba más". Está emocionada y feliz. "El secreto es que son amigos, que se quieren, se llevan bien", dice en referencia a la selección, y reconoce que le gustaría que Facundo llegue a la NBA. "Será algún día; no nos quita el sueño. Está en un muy buen equipo".