A los 40 años, Narváez disfrutó su regreso al ring con un triunfo

El chubutense Omar Narváez (52,100 kilos) puso otra vez en funcionamiento su máquina de boxeador profesional. Lo hizo con convicción y entusiasmo, valores que constituyeron los matices más interesantes que arrojó su victoria por puntos en diez rounds sobre el dominicano Diego Pichardo (52,150), en un combate efectuado anoche en el Cedem 2, de Caseros.

A los 40 años, el ex bicampeón mundial se reencontró con un boxeo lucido; eficaz, con el control del tiempo y la distancia sobre un oponente que resultó más tibio de lo esperado.

Narváez, dueño de un récord de 44 victorias, 2 empates y 2 derrotas, disfrutó de su vuelta al cuadrilátero y en ello radica lo más saliente de su reaparición, que forcejeaba con todos los fantasmas ocasionados por el rotundo traspié por KO que Naoya Inoue le propinó el 30 de diciembre pasado, dejándolo sin su corona supermosca.

"Hay Narváez para rato". Con esta frase contundente, el pugilista patagónico cerró todas las dudas que se manejaban sobre su futuro. Mientras en Japón preparan el anuncio de la primera defensa de Inoue , descartando a Narváez, con toda lógica, como su próximo adversario, el nombre del puertorriqueño McJoe Arroyo, campeón mundial FIB, aparece como una atractiva opción para el calendario 2016.

Narváez vuelve a ser noticia. De comentarios y proyectos, en tiempos en que parecía agotado y postergado por la espectacularidad de las competencias que afrontaron sus colegas, más allá de los malos resultados. "El Huracán" comenzó a soplar otra vez. Se verá, a esta altura, hasta dónde llegan sus fuerzas.

gs