Tyson-Jones: el show, las advertencias y la historia

Nadie puede imaginar, todavía, cuál será su sensación esta noche al volver a ver entrando a un ring a Mike Tyson, con 54 años y barba blanca, sin público y con nada del tufillo habitual que lo convirtió en el peleador más excitante y consumido por las masas desde el retiro de Muhammad Alí.

Más allá de su exhibición contra el ex cuádruple campeón mundial de boxeo Roy Jones, en Staples Center de Los Ángeles, su contacto con cualquier tipo de "misión" en el cuadrilátero constituye un verdadero misterio en donde todo puede pasar. Desde la ovación y el reconocimiento hasta el desorden y la iracundia absoluta que un atleta de sus características -físicas y mentales- podría causar en cualquier instante sin importarle absolutamente nada.

Esa bomba de tiempo representa –aún- este "viejo" Tyson, que afrontará un espectáculo a 8 rounds de dos minutos cada uno, con guantes grandes de 12 onzas, con compromisos firmados de boxear a "media máquina" sin posibilidad de K.O, con detención automática ante cualquier tipo de cortes, sin ningún tipo de fallo y sin ganador alguno. Esto fue certificado por Andy Foster, director de la Comisión Atlética de California y máxima autoridad del evento.

Contrariando todo esto, Ryan Kavanaugh, director de la App Triller, aplicación que difundirá este evento en PPV en Estados Unidos (abono pago en los hogares por 50 dólares) –en la Argentina se verá en forma gratuita por ESPN a partir de las 23 horas- afirmó: "Habrá KO válido y apuestas en Las Vegas –Tyson favorito 2-1- y validaremos el cinturón y los "jueces" del Consejo Mundial de Boxeo.

Mauricio Sulaimán, en una de sus peores medidas como presidente del CMB, pondrá en juego un cinturón de honor y nombró una terna de jurados a distancia, compuestos por los excampeones: Cristy Martin, Chad Dawson y Vinny Pazienza, que emitirán un veredicto –a través de redes sociales- sin reconocimiento oficial. Esto constituye un estimulante para aumentar la intensidad combativa de ésta demostración académica. Las restantes organizaciones oficiales (FIB-AMB-OMB) no contemplan a este espectáculo como un match de boxeo legítimo y se pronunciaron distantes a la decepcionante intervención del CMB.

Despertar fantasmas y repasar la historia

Quizás importe muy poco recordar que Tyson, perdió sus últimos dos combates en modo categórico ante Danny Williams y Kevin McBride, en 2004 y 2005. Es decir hace 15 años.

Seguramente, sus botas negras cortas y una toalla chica lindera a su cuello inmenso, provocarán un efecto de nostalgia y grandeza a la vez. Como si el mundo se detuviese en 1986 cuando se convertía en el campeón más joven de todos los tiempos con 20 años, con aquél KO rápido sobre Trevor Berbick, en el Hotel Hilton de Las Vegas. Esquivando por entonces a Don King y todo lo que venía detrás suyo. Su manera perfecta, de combinar con técnica y precisión en sus golpes de ataque lo llevaron a producir aquellos KO inolvidables en 91 y 93 segundos sobre Michael Spinks y Carl Willimas, en 1988. Se adueñaba de Atlantic City, ahora con King a su lado y con un socio que sería , con el correr del tiempo, el presidente de su patria: Donald Trump.

Llegaron sus amores conflictivos con Robin Givens, que lo llevarían a caer con James "Buster" Douglas, en 1990 en Japón y en una crisis personal que casi acaba con su vida.

Después vino todo lo demás. Lo que su infancia miserable en Brooklyn parecía depararle por origen y naturaleza. Otra vez, la cárcel en 1992, la reconquista del mundial ante Frank Bruno en 1996 y los derrumbes ante Evander Holyfield, en 1996 y 1997. Por desventaja formativa y por mordiscos de oreja. Después, fue sólo subsistir como se pudo. Con algunos KO y otros escándalos. Ahora, dice estar en paz y en el mejor momento de su existencia.

Este sábado, de alguna manera u otra, volverá al cuadrilátero ante el gran Roy Jones, de 51 años, que se convierte un mero actor de reparto en esta ocasión.

Los fantasmas de Tyson estarán siempre junto a él. Y como en las jornadas de antaño nosotros, los críticos, lidiando con ciertas dudas seguiremos preguntándonos: ¿Qué pasará esta vez?