Cómo fue y qué pasó la única vez que Juan Martín Del Potro jugó por los cuartos de final en Wimbledon

Juan Martín del Potro tenía 17 años cuando, en aquel 2006, jugó su primer Roland Garros . Era el 140° del mundo y fue eliminado en la primera rueda por el español Juan Carlos Ferrero en cuatro sets. De París se fue a la República Checa, para participar en el challenger de Prostejov. Otra derrota en el debut, frente al local Thomas Berdych. Y de ahí, a descansar. Nada de césped en su camino.

La historia del tandilense en Wimbledon tendría su piedra basal en 2007, ya como 56° del mundo y con 18 años. Presentación y victoria sobre el italiano Davide Sanguinetti. Y despedida en la segunda rueda ante el maestro del All England: Roger Federer . En las dos temporadas siguientes, Del Potro tampoco conseguiría superar el segundo partido en el pasto británico: en 2008 cayó frente al suizo Stan Wawrinka y en 2009 con el australiano Lleyton Hewitt . Fue pocos meses antes de ganar el US Open.

La primera operación, de la muñeca derecha, lo sacó de Wimbledon 2010. Volvió en 2011 y por primera vez se metió en octavos de final. Le tocó su rival de este miércoles: Rafael Nadal. Fueron cuatro sets muy disputados, con dos de ellos resueltos en tie-break para el español, que por entonces, como ahora, era el N° 1 del mundo.

En el 2012 pasó dos veces por el All England: primero por Wimbledon y más tarde por los Juegos Olímpicos de Londres. En el certamen volvió a caer en octavos, frente a David Ferrer. En los Juegos, se enamoró definitivamente del césped. Perdió una semifinal memorable con Federer y le ganó la medalla de bronce, en otro inolvidable partido, al serbio Novak Djokovic. Antesala de lo que sería su mejor actuación en el Grand Slam londinense.

Ese partido con Ferrer que no olvidará

Solo una vez en ocho participaciones, Del Potro disputó un partido por los cuartos de final de Wimbledon. Fue el 3 de julio de 2013. Estaba lesionado en la rodilla izquierda. Entró en la cancha central con un amplio vendaje. Daba miedo verlo. A los pocos games, el español lo movió por el fondo y mientras corría hacia su izquierda para defender un punto, el argentino se patinó y se cayó mal. Se pensó lo peor por el movimiento de la pierna dañada. Fue asistido por los trainers. Siguió en acción, a veces gesticulando por los dolores. Alentado desde el box por su entonces coach, Franco Davin; su preparador físico, Martiniano Orazi, y por sus invitados polistas, entre ellos, Facundo Pieres y su padre Gonzalo. También el exfutbolista Pablo Carlos Erbín.

Del Potro triunfó en un partido de alto voltaje. El punto final fue una joya: un drive a la carrera por afuera de la red que se incrustó en el ángulo de su paralela. Fue victoria ante Ferrer por 6-2, 6-4 y 7-6 (7-5). Se desplomó y celebró casi exhausto, mirando al box de su equipo. Por primera vez (y la única hasta aquí), había accedido a las semifinales de Wimbledon, y sin ceder sets en el camino. Barrera que luego no pudo sortear en otra memorable batalla: Djokovic lo superó por 6-3 en el quinto set.

Ausente en 2014 y 2015, producto de las siguientes intervenciones quirúrgicas, ahora en la muñeca izquierda, Del Potro regresó al All England en 2016. Fue eliminado en la tercera rueda por el francés Lucas Pouille . Y en 2017 se fue en segunda, superado por el letón Ernests Gulbis .

Llegó a su novena actuación en Wimbledon con una marca de 17 victorias y 8 derrotas. Hoy ya tiene un registro de 21-8, con un porcentaje de eficacia del 72%, luego de vencer al francés Gilles Simon en cuatro sets. Este miércoles, alrededor del mediodía de nuestro país (ESPN por TV), sostendrá por segunda vez en su carrera, ya con casi 30 años, un cuarto de final en la central del All England. Nuevamente frente a un español, con el que está 10-5 en desventaja en el historial y 2-0 también abajo en los duelos sobre césped. Que además es el 1 y busca su tercer título en este legendario Grand Slam. El mismo Nadal con el que se cruzó hace poco más de un mes en la semifinal de Roland Garros. El césped le cambia la ecuación a Del Potro respecto de lo de París, aunque la misión suena igual de compleja.