El golfista norteamericano que hizo un hoyo en uno en el Abierto y le regaló una camioneta a su caddie argentino

El 113° VISA Open de la Argentinadejó el triunfo de Isidro Benítez, que quebró dos marcas: con 19 años se convirtió en el campeón más joven del Abierto y, a la vez, resultó el primer mexicano en levantar el trofeo de este torneo en su centenaria historia. En Pilará Golf Club, el oriundo de Puebla mostró un ritmo imperturbable, con apenas tres bogeys en 72 hoyos, y se llevó el título con tres golpes de ventaja, dejando con las manos vacías a los argentinos.

Sin embargo, el golf también construye historias paralelas, y más en este certamen con tanta tradición. Sucedió que en la segunda vuelta, el estadounidense Evan Harmeling logró un hoyo en uno en el par 3 del 11, en donde estaba en juego un Ford Kuga como premio extra. Lo hizo con su hierro 7 desde 158 yardas, con viento en contra; la bola picó en el green 20 centímetros antes del hoyo y se metió. Una vez que vio a su pelota desaparecer en el horizonte, el golfista de barba roja sintió que era el momento de cumplir su promesa y le regaló la camioneta a su caddie, el argentino Roberto Gándara. Claro: también se fundieron en un fuerte abrazo.

"Siempre creí en lo que me había prometido Evan durante el Pro-Am del miércoles", arrancó el relato Gándara, que se inició llevando palos en el Hindú Club a los 13 años y dejó de estudiar a esa edad para dedicarse a este oficio. El caddie siguió: "Durante el Pro-Am, justo cuando estábamos en la salida del hoyo 11, vi la camioneta y dije 'Qué linda'. Ahí fue cuando Evan me respondió: '¿Te gusta? Si hago un hoyo en uno, te la regalo'. Entonces le contesté 'lo vas a hacer'. Y por suerte se dio el viernes, durante la segunda vuelta".

Los caminos del golf llevaron a que Gándara conociera a Harmeling en Punta del Este y se hicieran muy amigos. Cuando el golfista nacido en Boston tuvo en su agenda la participación en el Abierto en Pilará, "Beto" se contactó con él, le escribió y se ofreció a llevarle los palos. Así fue como trabajaron en una alianza de fuego durante la semana del penúltimo torneo del PGA Tour Latinoamérica y se adjudicaron un vehículo cuyo valor ronda los 45.000 dólares. Pero no solo se ganaron aquel flamante SUV, que respondía a la automotriz oficial del campeonato: también obtuvieron un valioso cuarto puesto, con una vuelta final de 69 golpes.

La actitud de Harmeling puede sorprender, pero no es la primera vez que tiene gestos de estas características. En 2013 ganó el Massachusetts Open, su primera victoria como profesional, y no dudó en donar el premio de 15.000 dólares a One Fund Boston, que se estableció para beneficiar a las víctimas y a las familias afectadas por los atentados del maratón de Boston, que dejó tres muertos y 282 heridos, luego de la explosión de dos artefactos de fabricación casera. En aquel momento, una de sus hermanas vivía en la zona del crimen, en Back Bay, y otra de ellas observó aquella prueba atlética cerca de donde explotaron las bombas.

"Pegué con confianza en aquel hoyo 11; lo nuestro con Beto fue un trabajo en equipo", señaló Harmeling, que no dejó de ser protagonista en el transcurso del Abierto y se quedó con la satisfacción de haber consumado un buen gesto. Uno más durante su trayectoria como golfista.