El que sabe de memoria jugar finales frente al más talentoso

MINNEAPOLIS, Estados Unidos.– Es difícil hablar de favoritismos en el Super Bowl LII. Considerando que estamos en la era de la agencia libre, en la que el tope salarial obliga a los equipos a mudar de piel constantemente y provoca discontinuidad, New England Patriots puede ser considerado el equipo más exitoso en la historia de la NFL. Del otro lado, Philadelphia Eagles tiene mejores armas.

Gracias a cinco títulos y dos subcampeonatos en 17 años con el tándem Bill Belichick-Tom Brady (entrenador y quarterback), New England ha establecido una dinastía en la NFL. Corre con la ventaja de que cada partido que juega es como un Super Bowl para el rival, que siempre debe esforzarse al máximo. Patriots sabe de memoria lo que es jugar este tipo de partidos.

Además, Brady ha demostrado ser uno los mejores quarterbacks de todos los tiempos. Los números lo respaldan (cinco coronas, otras dos finales, 11 remontadas en playoffs; todos récords), pero además New England está armado como para que nadie despunte, y ante cada situación ha sabido adaptarse y mejorar su rendimiento. Y tiene una rudeza mental tremenda, como se vio en el último Super Bowl, cuando dio vuelta un encuentro que perdía por 25 puntos contra Atlanta Falcons. Juega con esa urgencia constantemente y siempre intenta superarse.

En cambio, Philadelphia sigue siendo tomado a la ligera. Aunque apenas seis de sus jugadores atesoran experiencia en un Super Bowl, tiene más talento en su plantel. Jugó cada partido de los playoffs llevando las de perder y terminó ganando. Su quarterback Nick Foles, que asumió la titularidad por la lesión de Carson Wentz a tres encuentros del final de la etapa regular, ha ido ganando confianza en cada partido.

Típicamente, las entregas de balón son el rubro estadístico que define partidos más que ningún otro. Después, las conversiones en tercer down y la eficacia en la zona roja. New England ha sido extraordinariamente letal en estos campos. La pregunta es si la gran defensa de Philadelphia va a permitirle tantas libertades. La clave estará en quién ejecutará mejor las situaciones especiales. Anticipo un desenlace cerrado.

Alvaro Martín