Boca: el tridente colombiano que pone en juego su futuro en las finales de la recta final de 2021

Falta bastante para que la temporada de Boca finalice, aunque menos de dos meses suene a poco. Siete fechas del Torneo 2021, que pondrá en marcha desde este sábado ante Gimnasia (a las 20.15), pueden significarle una alegría en caso de clasificar a la Copa Libertadores 2022 a través de la tabla anual. Aunque, para eso, lo seguro: la Copa Argentina, con el encuentro bisagra del miércoles próximo con Argentinos, por una de las semifinales. En caso de superarlo, serán nueve finales para lograr el objetivo de una u otra forma. Un trayecto decisivo en el que los colombianos se juegan algo más que un importante boleto.

En el pasado era una costumbre que los compatriotas colombianos fueran cobijados en las tribunas Xeneizes, marcando una tendencia en el club sobre todo a partir de la huella que dejaron Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Serna, pero los actuales generan –incluso- el rechazo. Cada uno tiene un tramo final de año en el que pueden desechar la desconfianza general mediante la aparición de desempeños personales altos, rebeldía y objetivos cumplidos a nivel grupal. Los resultados no son un detalle menor.

Sebastián Battaglia empieza a tener en cuenta a Sebastián Villa luego de 52 días a disposición tras los 40 en los que el delantero se ausentó para presionar por su venta a Bélgica. Una vez integrado, dependía de si el entrenador quería o no tenerlo en cuenta. No fue ni al banco de suplentes desde entonces, pero...

El triángulo de la conveniencia parece estar en Boca. No bien el miércoles ofreció disculpas públicas “a hinchas, compañeros y dirigencia”, Villa fue confirmado para jugar en Reserva en el encuentro de este viernes ante el Lobo: jugó 82 minutos, marcando el único gol azul y oro. Aunque la cuestión va más allá de lo sucedido en Ezeiza ante los juveniles del Lobo.

El gol de Villa a Gimnasia en la reserva

Consejo de Fútbol-Villa-Battaglia. Al equipo de trabajo de Juan Román Riquelme no le sirve tener al colombiano cobrando un salario sin ser considerado: para venderlo tiene que jugar. Entonces, regresó al primer equipo. Al punta tampoco le sirve estar inactivo hasta que finalice su vínculo con la institución: si así fuera, debería estar casi tres años sin fútbol. Entonces, es mejor sincerarse con sus disculpas para aflojar las tensiones.

Mientras que el técnico lo tiene en cuenta en un contexto llamativo: a cinco días del partido por eliminación directa con el Bicho. Después del traspié con River y el cachetazo de Vélez del último fin de semana, las urgencias de lo que se juega en su cargo parecen disputar su propio partido. Así, se vislumbra la reaparición y no sorprendería que, al menos, el colombiano sea suplente en Mendoza. Cuando se produzca, deberá ganarse la confianza de todos con buen fútbol.

Edwin Cardona es un caso similar. También tomó una decisión drástica: romper la burbuja sanitaria de la Copa América y así perderse el duelo con Atlético Mineiro, rival que lo eliminó de la Libertadores. Los hinchas quieren compromiso, lo que genera que pidan al chico Molinas en su puesto.

Encima, viene de dos desgarros casi consecutivos: el de agosto en el recto anterior y el de comienzos del presente mes en el bíceps femoral. No tuvo demasiadas oportunidades para revertir su imagen: cuando la tuvo en el superclásico, la temprana expulsión de Rojo lo sacó del Monumental a los 20 minutos. En préstamo hasta fin de año, ahora tiene la definitiva. Parece tarde, pero la posible titularidad de esta noche y una presencia casi segura con Argentinos pueden hacerlo reaccionar y forjar una continuidad que –hasta aquí- resulta impensada. La compra por 5.000.000 de dólares parece descartada, pero quizás (si hace méritos en la recta final) se termine negociando una renovación del préstamo.

El último caso es el de Frank Fabra. Ese lateral izquierdo que generó reproches constantes hasta de compañeros por distracciones y desganos. Hace poco decidió blanquear su verdad: el fallecimiento de su padre lo afectó mentalmente y admitió que los cinco años y medio en Brandsen 805 generan un desgaste. Desde esas palabras se liberó y Battaglia le dio la titularidad en los últimos ocho encuentros: mantiene una correcta actualidad, poniéndole el pecho a los pedidos exteriores de que pusieran en su lugar a los juveniles Sandez o Barco.

Sin embargo, así como él a veces se relaja, el hincha tampoco se distiende con sus buenos desempeños. Está la chance servida para ratificar lo que viene haciendo: hasta volvió a convertir un gol después de casi dos años, ante Godoy Cruz. También se trata de resultados generales: si las cosas no van bien, aun cuando él lo haga perfecto, saldrá afectado. Su lustro en el club tuvo muchos golpes siendo partícipe principal, como lo es ahora.

Los colombianos de Boca, por una cosa o por otra, se pusieron solos en la mira y ahora tienen por delante el último viaje en busca de recuperar la aprobación general.

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