Cambiar DT encuentra efecto y resultados

Cuando asomaba 2015, una de las virtudes que podía presentar el torneo largo era que los dirigentes iban a tener más paciencia, que los directores técnicos podrían disponer de más tiempo para desarrollar sus ideas, que la lucha podría ofrecer una grieta mayor entre los poderosos y los humildes, pero que la histeria bajaría en gran escala teniendo en cuenta que, de 30 equipos, sólo descenderán dos. Sin embargo, disputadas dos terceras partes de la competencia, la estadística confirma que los resultados siguen dominando la escena y que no hay proyecto que resista una mala racha. Los dirigentes siguen cambiando y la realidad es que la mayoría de los clubes encontró respuestas en los golpes de timón. Algunos más, otros menos, algunos en forma tardía. El disparador lo generó el último cambio en Huracán, donde el equipo había perdido el rumbo con Néstor Apuzzo, con quien había ganado la Copa Argentina y la Supercopa Argentina. Pero el Globo sorprendió en su segundo partido, por Sudamericana, al anotar cinco goles de la mano de Eduardo Domínguez y ante un equipo de Gustavo Alfaro...

De todos los clubes que planearon modificaciones, el único que no encontró muchas respuestas es Colón. Arrancó con Reinaldo Merlo, que por diferencias por el plantel se fue tras la primera fecha, luego de perder con San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro. Tomó las riendas Javier López, pero no lo pudo levantar. Y la tercera modificación llegó con Darío Franco, en el mismo certamen en que fue despedido de Defensa y Justicia, aunque con él como técnico (disputados 7 partidos), recién pudo ganar en la última fecha: había sumado tres empates y tres derrotas.

El caso inverso de un equipo que probó con tres DT en el año y ahora goza de los elogios es Defensa y Justicia. Tras los ciclos inconclusos del mencionado Franco y el Turu Flores (estuvo 4 encuentros, con tres derrotas y un empate), asumió Ariel Holan, que sorprendió gratamente, aunque ya había trabajado con Jorge Burruchaga y Matías Almeyda. Con Holan, ganó 3 de 6 partidos y sólo registró 2 caídas, una ante Independiente, que pudo ser empate si sobre el final se cobraba el penal de Cuesta sobre Rodríguez. Encima, eliminó a Temperley en la Copa Argentina y ahora será rival de Boca. Holan encontró una rápida aceptación en el grupo y los convenció con el trabajo táctico de la semana, con un plan directo y claro.

Los que todavía no cambiaron fueron Aldosivi (Quiroz), Argentinos (Gorosito), Belgrano (Zielinski), Boca (Arruabarrena), Gimnasia (Troglio), Lanús (Barros Schelotto), Racing (Cocca), Central (Coudet), San Lorenzo (Bauza), San Martín (Mayor), Sarmiento (Lippi), Temperley (Rezza), Tigre (Alfaro), Unión (Madelón) y Vélez (Russo).

Es raro lo que sucede en Estudiantes. Con Gabriel Milito, el equipo ganó 6 de 14 partidos y sólo perdió en 2, y sigue adelante en la Copa Argentina. Pero hay una resistencia de los hinchas por algunos estilos que pregona, como la salida desde el fondo. Sin dudas, será uno de los casos en que más tiempo le llevará entrar en el corazón de los simpatizantes.

Otro caso raro se dio en Olimpo. Walter Perazzo tiene un estilo de juego más pragmático y defensivo. Se fue en la 9a fecha y en la 11a arrancó la era de Osella, que está del mismo lado en el árbol genealógico de Perazzo, más propenso al orden y el juego en bloque, con poco riesgo y más seguridad defensiva. Lo raro fue que, en el medio, en el interinato que tuvo Alejandro Giuntini de una fecha, ante San Martín de San Juan, el DT intentó cambiar casi todo, desde el mensaje hasta los intérpretes. Tal fue así que tras el partido, que finalizó en derrota del conjunto de Bahía Blanca, Giuntini dijo: "Me voy con amargura por el resultado, pero me siento satisfecho y completo por una respuesta intensa del grupo. Ellos aceptaron y llevaron a la práctica nuestro mensaje. Los jugadores tuvieron valentía para cambiar la idea de juego. Olimpo jugó distinto. Este plantel venía muy limitado a una función y yo estoy confiado en que hay jugadores capaces de hacer otra cosa. Fue una apuesta nueva y se adaptaron bien". Con Osella (y una idea bastante parecida a la de Perazzo), Olimpo despegó, ganando 4 partidos, empatando 4 y perdiendo apenas 3.

Además de Holan, otros que encontraron envión en forma inmediata fueron Facundo Sava en Quilmes y Mauricio Pellegrino en Independiente: ambos cosecharon cinco triunfos seguidos. Lo positivo en Quilmes fue que el DT entrante elogió al saliente ( Falcioni), diciendo que el repunte del equipo fue gracias al trabajo físico que hizo el cuerpo técnico anterior. Desde las filosofías, está claro, son polos opuestos. Falcioni le da prioridad al orden, mientras que Sava apuesta por el riesgo y la búsqueda ofensiva. Pellegrino además sumó otro éxito seguido por la Copa Argentina aunque luego perdió el invicto en la misma competencia y fue eliminado.

En los vaivenes emocionales, no hay que dejar de mencionar a Ricardo Caruso Lombardi, que, enojado por los fallos arbitrales, renunció luego de que Arsenal le ganara a Tigre 2-0. Al otro día ya se había arrepentido. No fuera cosa que otro cambio de entrenador le dé mejores resultados a Arsenal.