Champions League: Inter rescató un empate en Portugal y volvió a los cuartos de final después de 12 años

En uno de los duelos más parejos y atractivos de los octavos de final de la Champions League, Inter se adueñó de la serie frente a Porto. El empate sin goles en el Estádio do Dragão le dio la clasificación al conjunto de Milán, que había ganado 1-0 el duelo de ida con gol de Romelu Lukaku. No se movió la chapa del resultado en la revancha, a pesar de que Porto hizo enormes méritos para llegar al menos al alargue, y así Inter vuelve a pisar los cuartos de final de la Champions después de 12 años. En el equipo de Simone Inzaghi fue titular Lautaro Martínez, al que le tocó una noche de trabajo intenso para recuperar y marcar, y apenas tuvo un par de ocasiones para anotar.

No la pasó bien el equipo italiano en el arranque, porque cuando apenas iban dos minutos, el colombiano Mateus Uribe sacó un derechazo al ángulo izquierdo que salió por nada, manotazo de Onana incluido. Intentó presionar alto el conjunto luso, y de un error en la salida italiana llegó el remate de Eustáquio que buscaba el primer palo, y otra vez encontró buena respuesta del arquero visitante. La respuesta fue de contraataque, con un zurdazo de Dzeko que sacó Diogo Costa.

Poco fue lo que se vio de Lautaro en la primera parte, encerrado entre los centrales portugueses y sin recibir juego, con un equipo italiano con poca posesión, dispuesto para jugar más de contraataque. Recién en tiempo de descuento tuvo su primera intervención el argentino, en una pelota que recuperó él mismo sobre el rincón derecho, y al no tener pase, eligió el remate al primer palo que contuvo el arquero. Enseguida, el canadiense Eustaquio, que no pudo empujar un centro de Pepé, volvió a encender la alarma en el arco italiano.

Lo mejor del partido

La necesidad de Porto por ganar abrió un poco más el desarrollo en la segunda parte. Volvió a intentar Uribe con una volea de media distancia; insistió Inter a través de Barella, que intentó desde lejos y casi acierta. De a poco, Inter se refugió en su campo, y con más espacios por el adelantamiento de Porto, buscó liquidar la serie con alguna contra.

Con buenas actuaciones de Mkhitaryan y Dimarco en el medio, el equipo de Simone Inzaghi intentó mantener a raya a un Porto voluntarioso, pero falto de ideas para encontrar un hueco en la defensa italiana. Incluso Lautaro se sumó a la tarea, como lo hizo cerca del final, al barrer cerca de su área para despejar un peligroso centro de Taremi. Del otro lado, con un despliegue incansable, Marko Grujic sostenía la ilusión lusitana.

Terminó algo desdibujado Inter. El serbio Grujic casi anota para Porto con un derechazo que contuvo Onana con seguridad. Del otro lado, a Martínez, ocupado en una noche de sacrificio y batalla cuerpo a cuerpo, casi le queda un rebote tras un remate del ingresado Lukaku, pero no llegó.

El desenlace se hizo incierto por la cercanía en el resultado. A Inter el área de Porto le quedaba cada vez más lejos. Dueño de la pelota, el conjunto local le inclinó la cancha a puro centro. Ya en tiempo de descuento, con el equipo italiano agotado por el esfuerzo, Porto estuvo más cerca que nunca de ganar y forzar el alargue. Tras una serie de rebotes, Marcano remató y Dumfries la despejó sobre la línea; enseguida, Taremi cabeceó, Onana dio el manotazo y la pelota dio en el palo, y en la misma acción, Grujic metió un cabezazo en el travesaño. Hubo algo de milagro en esas tres salvadas consecutivas.

No hubo más, y respiró Inter. No le sobró ni un céntimo, pero el equipo de Lautaro Martínez está entre los ocho mejores de Europa después de 12 años. Sigue adelante en el único gran objetivo que le queda, porque en la Serie A está 18 puntos abajo del líder Napoli, casi resignado a que el Scudetto viaje al sur italiano; por eso, se juega todas las fichas al máximo torneo de clubes de Europa. En los próximos días, con el sorteo de cuartos, se conocerá quién será su próximo rival. Por ahora, disfruta después de haber logrado una clasificación trabajosa, ante un Porto que lo tuvo contra las cuerdas y lo obligó a dejar la piel sobre el césped del Dragão.