Coronavirus. El futbolista rebelde de España que no quiere volver a entrenarse y está dispuesto a irse a trabajar al bar familiar si hay represalias
Rafael Giménez, Fali, es jugador del Cádiz, actual líder de la Segunda de España. Este miércoles fuen un día importante en la actualidad de su equipo. Los miembros de la primera plantilla fueron citados en las instalaciones de El Rosal y se han sometido a los test PCR y otro de anticuerpos establecidos en el protocolo de vuelta al trabajo de LaLiga, pactado con el Consejo Superior de Deportes. Fali, sin embargo, no ha acudido a realizarse estas pruebas. Ni lo hará. Mantiene que mientras no exista un 100% de seguridad en la vuelta al trabajo de un futbolista no volverá a ejercitar su profesión porque teme contagiarse y afectar a su familia y otra personas. Se trata del primer caso conocido de un jugador de Primera y Segunda División que ha decidido no volver al trabajo. De esta forma, ha puesto en práctica la idea expresada el pasado 21 de abril, cuando afirmó a los micrófonos de la cadena Cope que tenía miedo a infectarse de coronavirus, que el fútbol no era una actividad esencial y que no quería poner en riesgo su salud y la de su familia. "No volveré a jugar si hay un mínimo riesgo y si tengo que dejar el fútbol, lo haré", afirmó entonces el defensa del Cádiz. Quince días después ha sido consecuente con sus declaraciones.
La idea del Cádiz, sin embargo, es la de hablar con el defensa e intentar convencerlo para que pase las pruebas del coronavirus y, así, poder comenzar a entrenar. No obstante, si Fali persiste en su idea de no volver al trabajo esta actitud tendrá consecuencias en su contrato con la entidad andaluza (hasta 2024). "Somos unos privilegiados y podemos estar cuatro o cinco meses sin cobrar hasta que haya seguridad plena. Y si me tengo que retirar, me voy a trabajar al bar de mi familia y se acabó", afirmó Fali. En estos momentos, el fútbol ha pasado a ser algo secundario. "Un año en Primera me soluciona la vida, pero renuncio al dinero. No voy a exponer a la gente", llegó a afirmar. Ahora, Fali no habla de manera pública porque la política de comunicación del club considera que no es apropiado que lo haga. Cuando habló hace dos semanas, lo hizo sin la preceptiva autorización del gabinete de comunicación del Cádiz. El futbolista está molesto por esta circunstancia, ya que le gustaría conceder entrevistas y volver a mostrar su opinión. La actitud conciliadora del Cádiz tiene muy pocos visos de prosperar.
Fali tiene 26 años y nació en Valencia. Jugó en las inferiores del Levante y luego en el Huracán, en Segunda División B, y en el Nàstic en Segunda. Posteriormente fichó por el Barcelona B, donde consiguió en 2017 el ascenso a Segunda. En ese equipo coincidió con jugadores como Aleñá, Kaptoum y Cucurella. A los 23 años entonces, era uno de los veteranos del filial blaugrana. Fali se marchó al Nàstic en el mercado invernal de la temporada 2017-18, jugando en Tarragona un año y medio. Llegó al Cádiz en el verano de 2018 y apenas jugó cuatro partidos. En esta temporada sí se convirtió en un futbolista importante del equipo andaluz, disputando 23 partidos y marcando un gol. Fali, de origen humilde y fuerte personalidad, es muy querido en el vestuario.
"Tiene más peligro ir a la farmacia que entrenar", afirmó el martes Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, en respuesta a un comunicado del plantel del Eibar. Los jugadores del club vasco expresaron su temor a un posible contagio, pero se sometieron a las pruebas a lo largo de la jornada de este miércoles. Fali mantuvo la rebeldía en un Cádiz que es el líder de Segunda División con 56 puntos, uno más que el Zaragoza. A seis se encuentra el tercer clasificado, el Almería, fuera ya de la zona de ascenso de manera directa a Primera.
El País
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