Eduardo Salvio y Boca: el jugador escuchó de Riquelme las palabras que esperaba, pero Battaglia lo saca del equipo

Todos los caminos conducen a un destino que parece tener final feliz: tanto Eduardo Salvio como Boca quieren que el vínculo entre ambos continúe más allá del 30 de junio. Así lo manifiesta el propio futbolista desde hace meses y así se lo hizo saber Juan Román Riquelme, en la esperada reunión cara a cara que tuvieron este miércoles en el Predio de Ezeiza. Allí, la máxima autoridad del Consejo de Fútbol xeneize le dio a entender que la planificación del año boquense lo incluye.

La breve charla terminó con la promesa del vice segundo de que en los próximos días él, y la gente que lo representa, recibirán una propuesta oficial para darle forma al nuevo contrato, para firmarlo lo antes posible.

Si bien es cierto que el nivel actual del futbolista dista de ser el ideal (en los tres partidos oficiales del año salió reemplazado), lo concreto es que en Boca lo consideran un jugador de elite. De esos que estando bien ofrecen ese salto de jerarquía que pretende el club y marcan la diferencia.

A eso hay que sumarle un gesto que cayó muy bien en las oficinas de Ezeiza: el pedido de Toto para ponerse la camiseta con el emblemático número 10 en su dorsal. La que usó hasta hace menos de un año Carlos Tevez. La misma que vistió el propio Riquelme durante 16 temporadas. La que popularizó a nivel mundial Diego Maradona. Ni más, ni menos.

Todos los goles de Salvio en Boca

El presente de Salvio es flojo. Lo saben el Consejo, Sebastián Battaglia y, fundamentalmente, el propio jugador. Así las cosas, mientras las partes se arriman para que la carrera del jugador continúe en Brandsen 805, es casi un hecho que saldrá del equipo. Algo que en otro contexto podría haber sido aceptado a regañadientes, en este caso no lo es. De acuerdo con las prácticas de fútbol que el técnico Sebastián Battaglia viene realizando esta semana, el sábado ante Independiente Toto le dejará su lugar a Aarón Molinas.

De esta manera, por primera vez en el año el entrenador boquense probaría un esquema 4-3-1-2, que por momentos puede ser un 4-2-3-1 en lugar del 4-3-3 con el que jugó todos los partidos de esta temporada.

El objetivo es que el delantero busque recuperar la confianza que parece haber perdido ingresando desde el banco de suplentes. Con eso, buscaría reencontrarse con su mejor versión ante rivales que a esa altura de los encuentros ya estarían más desgastados.

De todas maneras, no sería extraño imaginar un escenario en el que, una vez rubricado el nuevo vínculo, Salvio regrese al muy buen nivel que había exhibido antes de la grave lesión que sufrió hace un año (ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda), y que le demandó 7 meses de inactividad oficial.

Como ya le había sucedido cuando atravesó un proceso de separación de la madre de sus hijos, en el entorno del club creen que al delantero de 31 años puede estar afectándolo emocionalmente la indefinición acerca de su futuro.

El tema le da vueltas en la cabeza desde hace tiempo. De hecho, su incertidumbre la hizo pública en un contexto curioso. En medio de los festejos por la obtención de la Copa Argentina, el 8 de diciembre pasado disparó: “Yo quiero quedarme, todos saben que soy muy bostero. Ese es mi deseo, aunque todavía me quedan seis meses de contrato y todavía no hablamos. Espero que el club tenga el mismo deseo que yo”.

Más allá de que, como anticipó Jorge Bermúdez, “será una negociación difícil”, llamaría la atención que Boca deje ir en condición de libre a un futbolista por el que pagó 7.000.000 de euros en julio de 2019.

Si está enfocado y en buena forma física, Salvio puede aportar jerarquía y experiencia internacional. Esa misma que ofrecen Marcos Rojo, Darío Benedetto y el recientemente incorporado Oscar Romero. En un escenario positivo, a comienzos de julio Boca podría estar jugando los cuartos de final del torneo continental que tanto lo obsesiona.

Si bien el Toto tiene, desde que comenzó 2022, la libertad de negociar con cualquier club del mundo en calidad de agente libre, lo cierto es que esperaba con ansias el cara a cara que tuvo ayer. Que Riquelme le haya dicho: “Queremos que sigas en Boca” era la frase que necesitaba escuchar para alejar los fantasmas de una posible desvinculación, esperar la propuesta económica para renovar su contrato y enfocarse en recuperar su mejor versión futbolística.

De cara al clásico del sábado contra Independiente (desde las 21.30, en Avellaneda), Battaglia realizaría otras dos modificaciones en relación al equipo que derrotó a Rosario Central el fin de semana pasado: Marcos Rojo volvería a la zaga central en lugar de Carlos Zambrano y Juan Ramírez iría desde el inicio en reemplazo de Diego “Pulpo” González.

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