El fútbol sudamericano paseó sus diferencias por Buenos Aires

No es casual. La institución madre del fútbol sudamericano, Conmebol , y la Liga Sudamericana de Clubes eligieron Buenos Aires para reunirse. Y lo hicieron el mismo día, separados por apenas 33 cuadras y en dos hoteles porteños: uno en la zona de Retiro y otro en Congreso. En las palabras, la distancia entre unos y otros es mucho mayor.

Hace unas semanas, Daniel Angelici, presidente de Boca y de la Liga Sudamericana de Clubes, viajó a Asunción para hablar con Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol. Le pidió al dirigente paraguayo que la flamante entidad, en la que participan más de 50 clubes, tuviera acceso a los libros contables de la asociación continental, y que además pudiera acceder al proyecto de reforma del estatuto. La respuesta oficial fue que los clubes debían acercarse a sus asociaciones nacionales para evacuar cualquier duda sobre el nuevo estatuto.

Conforme la fecha del 24 de agosto se acercaba, los llamados de los dirigentes de clubes a integrantes de la Conmebol se sucedieron. Buscaban evitar la simultaneidad de las reuniones en la capital argentina. El acuerdo fue imposible. A primera hora de hoy, desde el búnker de la Conmebol se preguntaban qué clubes habían dado el presente en el hotel de la Liga Sudamericana. Fueron 53, doce de ellos, argentinos. Hubo dos ausencias llamativas: River y San Lorenzo. Tampoco estuvo Independiente Santa Fe (Colombia), pese a que sus directivos estaban en Buenos Aires para el partido revancha de la Recopa Sudamericana, justamente con River en el estadio Monumental.

En el hotel de la Conmebol se preguntaron cómo habían accedido al pedido de amnistía para Boca, el club de Angelici, luego del famoso episodio del gas pimienta. Razonaron que el empresario binguero les había pagado con la peor moneda de todas: ponerse al frente del reclamo de los clubes por más dinero. “Se terminaron los aviones privados y los grandes gastos. Queremos una Conmebol austera”, reclamó Angelici en conferencia de prensa. Y añadió: “Le haremos entender a la Conmebol que no somos enemigos. Somos casi 60 clubes. Y de acá a fin de año seremos más de cien”, prometió.

“Fue una provocación”, razonaron cerca del presidente del fútbol sudamericano luego de escuchar a Angelici. De todas maneras, no hubo ninguna comunicación oficial entre ambos presidentes. La decisión de la Conmebol, por ahora, es no reconocer ni darle entidad a la Liga Sudamericana de Clubes. Tal vez por eso, Angelici se adelantó y confirmó que la Liga tendrá sede permanente en Montevideo, que ya hay un edificio alquilado en la capital uruguaya, y que su personería jurídica está en trámite. Además, comentó que la Asociación Europea de Clubes (ECA, por su sigla en inglés) invitó a la Liga Sudamericana de Clubes a una reunión en Europa, que se realizará el mes próximo. Angelici y el resto de los directivos entienden que “tarde o temprano” la Conmebol no podrá negarse a reconocer a la Liga.

Además de reclamar más premios en efectivo y pedir que el dinero sea girado directamente a los clubes, sin pasar por las asociaciones nacionales, la Liga Sudamericana pretende acceder a los contratos de los auspiciantes y de las transmisiones televisivas. Tal vez adelantándose al requerimiento, Alejandro Domínguez hizo el miércoles una conferencia de prensa con el hashtag #CuentasClaras, en el que expuso al detalle las reformas económicas, políticas y organizativas encaradas durante sus primeros seis meses de gestión. Y adelantó que el 14 de septiembre, en Lima (Perú) se presentarán las cuentas y los presupuestos de la Conmebol.

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