Falleció Francisco Ríos Seoane, el dirigente que llevó una vida desmedida
Excesos, amores y rencores retrataron al ex presidente del club Deportivo Español
"Fui al hotel, con tres dirigentes, para ver a un ex jugador de Español, a quien le informamos que le íbamos a pagar los 30.000 dólares que le adeudaba el club y que además le daríamos 10.000 dólares para que repartiera entre sus compañeros si le ganaban a Huracán, de Corrientes. Para mí este caso no es incentivación", decía Francisco Ríos Seoane a LA NACION en mayo de 1997. Por entonces, era presidente honorario de Deportivo Español, el club que presidió de 1978 a 1996, pero no había bajado el perfil. No estaba en su esencia.
Polémico, pasional y desmedido, el dirigente vivió su vida más allá del límite, siempre. Los excesos convivieron con los amores y rencores que desataban sus dichos y hechos. De llevar a cierta gloria deportiva al club, que llegó a tener 25.000 socios en sus atípicos años en la Primera División, a ser considerado responsable de la quiebra y el declive de la entidad, mientras la Justicia avanzaba en diversas causas en su contra y la AFA lo suspendía por tres años por aquella confesión pública.
Procesos judiciales por calumnias, lesiones, quiebra fraudulenta, estafa, fraude e incluso homicidio acompañaron su tránsito por la Argentina, donde vivió desde 1952, tras marcharse de su España natal luego de cumplir los 18 años.
Ambicioso y excéntrico, de lavacopas en un bar a pasos del Congreso pasó a tener 180 confiterías y, luego, otras compañías, incluidas empresas de construcción. Los ex mandatarios españoles Felipe González y José María Aznar viajaron especialmente para algunas de sus fiestas en 1987 y 1994, respectivamente. Toda una demostración de poder.
La década del 90 lo expuso judicialmente. Se le impusieron prisión preventiva y embargo tras investigar sus empresas y hasta sufrió una cinematográfica detención en el puerto de Tigre. En los últimos tiempos vivía en un geriátrico. Falleció a los 80 años.