Matías Cóccaro, el héroe de Huracán, y su particular explicación por el pedido de disculpas a la gente de Boca

Dio un golpe de los importantes. Rompió una racha de 12 años sin victorias de Huracán en la Bombonera. Llenó de interrogantes a Boca y desnudó algunas imperfecciones del equipo de Sebastián Battaglia. Matías Fernando Cóccaro Ferreira, el delantero uruguayo que tiene el conjunto de Parque Patricios, se quedó con todos los flashes de la noche y llamó la atención su actitud tras convertir, ya que le pidió disculpas a los hinchas xeneizes y él jamás pasó por la institución. Su explicación sobre esa acción fue todavía más curiosa.

Cóccaro, tiene 23 años, usa bigote al estilo del admirado Freddie Mercury y ya se convirtió en héroe en el último clásico ante San Lorenzo. Este delantero que nació en Pirarajá, un pueblito de Uruguay, que pasó por la academia de Cagliari, anduvo por Atlético Tucumán, parece estar diseñado para grandes empresas.

Se presentó por Parque Patricios hace un puñado de meses, firmó un vínculo hasta julio de 2022. “En lo personal, buscaba una liga más competitiva que la uruguaya. Yo quería tener una revancha en la Argentina, creo que esta es mi revancha”, contó hace unos meses.

Y parece que está determinado a no dejar pasar su chance. Pero también está decidido a dejar una marca a cada paso, tanto que llamó la atención que pidiese disculpas tras su gol en la Bombonera: Boca es un club que respeto mucho, en el que jugaba el Manteca (por Sergio Martínez), un jugador que marcó mi infancia. De cierta manera le tengo mucho cariño”.

Y continuó: “Le pedí disculpas a la gente de Boca, porque es un club con el que me siento identificado. Es un club en el que jugaron muchos uruguayos que marcaron mi manera de jugar. El Tanque (por Santiago Silva) y Manteca son ídolos para mí. Y haber pisado acá... Yo tengo respeto hacia ellos y también por cada club en el que ellos jugaron”.

Cuando grita un gol, se cuelga en el alambrado, como los delanteros de antes. “No lo hice ahora porque tenía miedo que me sacaran una tarjeta”, contó tras su gol a Boca. Tiene tantas costumbres de antes que no suele tener representante (“en el fútbol muy poca gente le da valor a la palabra, ese es mi contrato, como un apretón de manos”) y sufre cuando pierde Rampla Juniors, nada de Peñarol ni Nacional. Se convirtió en hincha un día que Rampla... perdió.

Uno de sus cantantes preferidos es Freddie Mercury, se decora el bigote como la voz inmortal de Queen y, también, por su pasión por El Zorro. Ahora, se lo deja como una suerte de cábala, pero lo usa desde los 18 años. “Era raro ver a un tipo tan joven con bigote. Bueno, siempre fui un bicho raro. Ahora es así, la gente me identifica por el bigote”, asume.

Se muestra trasparente, nada de frases arregladas o códigos de silencio futboleros. Por eso se anima a contar lo que le dijo su compañero Patricio Toranzo, en el entretiempo, que fue determinante para que pudiese convertir: “Que le comiera la espalda a Marcos Rojo porque Izquierdoz (Carlos) no estaba cerrando. Y en la pelota parada que estuviera atento a eso también porque así iba a sacar ventaja. Por eso lo señalé a él después de marcar”.

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