Hay tropiezos y hay críticas, pero en Barcelona a nadie se le pasa por la cabeza dejar ir a Mascherano
Marcado en los últimos tiempos por bajos rendimientos en el seleccionado, el argentino, de 32 años, cuenta con pleno respaldo en Barcelona; "tiene una capacidad de autocrítica brutal", remarca Xavi
BARCELONA.- La semana pasada, en el duelo ante el Borussia Mönchengladbach, en medio de las dudas que merodeaban a un Barcelona que acumulaba tres empates en fila, Luis Enrique, siempre pendiente de la tabla de Excel en la que controla los minutos de sus jugadores, mandó a la cancha a un equipo con todos los fichajes de las últimas dos temporadas. El técnico asturiano hizo tres excepciones: el guardián de las esencias, Andrés Iniesta; el dueño de la pelota, Leo Messi, y su ojo derecho en el grupo azulgrana, Javier Mascherano.
Luis Enrique descansa en Mascherano, peso pesado entre los pesos pesados del vestuario, rueda de auxilio en la pizarrón del asturiano (puede jugar de central, de 5 y este año hasta debutó de lateral derecho). "Cuando veía jugar a Masche en el Liverpool o en la selección argentina me daba cuenta de que era un jugador con mucho carácter, pero cuando llegó al Barça me sorprendió no sólo su capacidad de liderazgo, sino también lo que contagia. Es un tío que transmite cosas dentro de un campo de fútbol", explica Xavi Hernández a la nacion desde Qatar. Este verano, Juventus llegó a Barcelona dispuesta a llevarse al Jefecito para Torino y Luis Enrique puso el grito en cielo. "Es un jugador vital para nosotros y se tiene que quedar", sostuvo públicamente el DT.
Agobiado por su situación en los Tribunales -fue condenado a un año de cárcel, no efectivizada, y a pagar una multa de ? 800.000 por simular la cesión de sus derechos de imagen-, Mascherano estaba dispuesto a seguir los pasos de Dani Alves y unirse al club de la familia Agnelli. "Nosotros jamás dudamos de Mascherano, el entrenador quería que se quedara y la directiva también", le asegura a este diario Jordi Mestre, vicepresidente deportivo del Barcelona. El club le "retocó" el sueldo y Luis Enrique, contento. No era la primera vez que el Calcio tentaba al N° 14. En 2014, el Nápoles de Rafa Benítez, que ya había dirigido al volante argentino en el Liverpool, lo buscó. En aquella oportunidad no fue el asturiano el que frenó el traspaso, sino su familia. Su mujer e hijas estaban arraigadas a su vida y su hockey en Casteldefels, localidad a 25 km de Barcelona, donde también viven Messi y Luis Suárez.
En el entorno azulgrana, siempre corrió el rumor de que Mascherano se sostenía en el Barça por su amistad con Leo. "Eso es una tontería, nadie juega de titular en el mejor equipo del mundo por ser amigo de alguien, se llame Messi o Johan Cruyff", subrayan desde el club. "Además, con Leo se respetan y admiran, pero no son íntimos. Son colegas, no amigos", añaden las mismas fuentes. Y en los despachos del Camp Nou ni dudan del ex capitán de la Argentina. "Jugó con Pep Guardiola, con Tito Vilanova, con el Tata Martino y es un indiscutible para Luis Enrique. Si todos los entrenadores confían en él, será por algo", concluye Mestre.
"Es un jugador extraordinario, para un entrenador es un privilegio contar con un futbolista que te da todo lo que tiene", remarca Xavi. A Mascherano lo avalan los técnicos en la cancha y lo bancan sus compañeros en el vestuario. La temporada pasada entró en el cuarteto de capitanes del equipo, junto con Iniesta, Busquets y Messi. Fue por votación del grupo, que optó por el argentino en lugar del carismático, aunque polémico, Gerard Piqué.
"Es increíble la capacidad de anticipación que tiene", suele piropear Busquets al argentino. Los elogios, incluso, llegan desde los ex. "Es muy listo", opina Miguel Ángel Nadal, tío de Rafa y ex central del Dream Team de Cruyff. "Es competitivo y a pesar de no ser muy alto, va bien por arriba. Tiene buena distribución del balón y por haber jugado toda su vida de volante central, sabe que no puede distraerse con la pelota", añade Nadal. Y Xavi remata el análisis: "Para ser central en el Barça tienes que ser muy inteligente. Masche lee el juego a la perfección y comete muy pocos errores". Y enfatiza en otro aspecto: "Es una persona muy autocrítica. Cuando comete un error, por mínimo que sea, lo ves que se pasa toda una semana cabreado. Tiene una capacidad de autocrítica brutal, quizás hasta exagerada. A veces se autoflagela demasiado, inclusive por cosas del equipo en las que él no ha tenido nada que ver. Seguramente fue ese poder de crítica y esas ganas de superarse lo que lo llevaron a rendir tantos años en el máximo nivel".
Mascherano aterrizó en Barcelona en el verano de 2010. Desde entonces, ha jugado 300 partidos con la casaca azulgrana. Es el tercer extranjero con más presencias en el Barça, por detrás de Messi (550) y Dani Alves (391), y en el retrovisor tiene a los holandeses Philip Cocu (292) y Ronald Koeman (264). Ocurre, sin embargo, que en el pasado mercado fichajes el Barcelona compró a Umtiti (23 años) y, por primera vez desde que se marchó Carles Puyol (2014), Mascherano no es una fija para jugar al lado de Piqué. El central oriundo de la localidad santafecina de San Lorenzo quedó en entredicho tras la derrota del Barça en el Camp Nou ante el Alavés (1-2) y se resbaló en el gol del empate de Correa en el duelo contra el Atlético de Madrid (1-1). "Está cada día más acabado", escribió el ex árbitro Urizar Azpitarte en el Diario As, tras el clásico frente al Madrid. Mascherano quedó señalado en el gol de Sergio Ramos y por un penal a Lucas Vázquez en el arranque del partido, que por fortuna para él no fue sancionado por el referí. "¿Hago muchos penales?", se quejó Mascherano. "Según los ?genios' que lo comentan a través de una pantalla, los hago todos yo", enfatizó. Desde que llegó a Barcelona le han cobrado tres infracciones en el área, la última, en 2013, contra el Ajax en la Champions.
"Este club tiene un entorno muy difícil. Dudas en una temporada siempre hay y las hay para todos los jugadores, te llames como te llames", afirma Xavi. Luis Enrique, en cualquier caso, lo mantiene en el once titular en los partidos importantes. Y eso que el asturiano no se casa con nadie. Con excepción del tridente (Messi-Suárez-Neymar), claro. Las estadísticas dicen que los números de Mascherano no mermaron. Tiene una media de 5,2 de pelotas recuperas (robó 4,1 la campaña pasada; 4,9, en el curso 2014-2015, y su récord es de 6,87 de la temporada 2011-2012) y promedia 69,7 pases buenos partidos, su mejor marca desde que llegó al Barcelona. En pelotas perdidas, el argentino acumula su peor racha de los últimos cinco años: 8,91. Su registro más alto data en la temporada 2011-2012, cuando tuvo una media de 9,42 balones perdidos por partido.
"Está acostumbrado a la crítica. Mira lo que le pasa en su selección. Nadie habla de que la Argentina llega a todas las finales y con Mascherano como uno de los símbolos del equipo", lo defiende Xavi. En tanto, Migueli, emblema de Barcelona durante las décadas del 70 y del 80, opina: "A Mascherano no se lo puede discutir. Lo normal es que su rendimiento no sea todos los años el mismo, pero como me dijo Menotti, Masche jugará en el Barça hasta cuando él quiera", cuenta, en una conversación con la nacion, el central que acumuló 549 partidos en la primera del Barcelona.
"No soy perfecto. Cometo errores y los acepto", sale al cruce El Jefecito, concepto acorde con la mirada de autocrítica feroz que le adjudica Xavi Hernández. Mientras digiere a sus detractores, Mascherano, a los 32 años, busca a aferrarse a la camiseta del Barcelona.
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