La ruta de los carnets truchos y la trama de la asociación ilícita

Todo comenzó con la investigación por el asesinato de Enrique Cirino. El juez de instrucción Manuel de Campos buscaba al acusado principal, Maximiliano Mazzaro, uno de los líderes de la barra de Boca. Comenzaron a realizarse escuchas telefónicas, cruces de información, espionaje dentro del club y, con todo esto, se armó una nueva megacausa que derivó en el operativo de anteanoche en la Bombonera. El resultado fue inusual para este tipo de casos, en los que sobrevuela la impunidad habitual en el fútbol argentino y sus causas vinculadas con la violencia: en un marco de clara sospecha de asociación ilícita, se detuvo a 51 barras (de distinta injerencia en el mando de la tribuna) e hinchas y al empleado Gustavo Gómez, mientras que el dirigente Carlos Mechetti, vocal y encargado del departamento de socios, se entregó ayer a las 14 en Tribunales. Es más: anoche, distintas versiones vinculaban a policías de la comisaría 24a con la causa, por entenderse que les habían avisado a varios barras que no fueran a la cancha para no ser detenidos en el operativo.

Acá aparece otro dato por tener en cuenta: anteayer al mediodía se presentaron ante De Campos los barras Cristian Debaux, Carlos Garro, Luis Arrieta (delegado gremial del gremio de camioneros), Carlos Santa Cruz, Hernan Cartón, Carlos Armijo y Jorge "Corbacho" Villagarcía. Informaron sus domicilios reales y se pusieron a derecho, para de esta manera quedar eximidos de prisión en caso de ser investigados.

Esta maniobra confirma la sospecha de que hasta habría policías involucrados en esta red de delitos y encubrimientos. Lo concreto es que el juez De Campos investigaba un crimen y se encontró frente a sí con pruebas suficientes como para encarar una segunda causa. En esta investigación paralela, una pieza clave es Mechetti, que a la par de sus funciones en la entidad tiene un cargo dirigencial en la AFIP, entidad gubernamental que ayer lo "suspendió preventivamente" de sus funciones en la Aduana de Ezeiza. Allí ingresó el 14 de mayo de 1975 y ya había sido suspendido el 11 de marzo de 2010 por presunto contrabando; por entonces, también le habían encontrado en su domicilio 800.000 dólares en cajas de zapatos, cuyo origen no pudo explicar.

Según fuentes judiciales, el operativo sería el siguiente: líderes de la barra recibirían una serie de carnets apócrifos de la oficina que dirige Mechetti. El volumen del tráfico de ese pasaporte de ingreso a la Bombonera rondaría los $ 800 (se llegó a hablar de 1000 pesos), con distintos valores de alquiler por partido, de acuerdo a la importancia del mismo: de 100 a 200 pesos para el público local, y el mismo valor pero en dólares para los turistas. Una vez finalizado el encuentro, los carnets volvían al departamento de socios para repetir el mecanismo al cotejo siguiente. Por supuesto también había tráfico de las clásicas entradas que los violentos manejan no sólo en Boca, sino en la mayoría de los clubes argentinos.

Las escuchas telefónicas complicaron demasiado a Mechetti en su relación con Mazzaro. Incluso surgió otro dato clave que los vincula: en 2008, el barra de Boca puso un negocio de importaciones que fue creciendo. El detalle es que el emprendimiento avanzó aun en tiempos de las trabas del gobierno nacional para las importaciones, y con el vínculo inevitable de Mechetti y su cargo jerárquico aduanero.

En un principio, la detención alcanzaba a 16 personas, pero finalmente fueron arrestadas 53, algunas de los cuales recuperaban la libertad anoche. La investigación comenzó a principios del torneo y existen filmaciones, fotos y grabaciones para probar la maniobra. Para eso, la policía infiltró a dos de sus hombres como espías en el club, y ellos consiguieron determinar la ruta de los carnets. Hasta consiguieron tener los suyos, con numeraciones que superaban el número de 160.000 y 190.000. Ante este dato, hubo un cruce de información con el Departamento de Socios del club y se supo que el último número del carnet dado apenas supera el 106.000. Esto también confirma los carnets apócrifos en circulación.

La pregunta obligada que surge es si el espiral de conexiones se detiene en Mechetti o se puede ir más arriba en la dirigencia xeneize. Por ahora, la Justicia no encontró pruebas vinculantes con otros dirigentes. Sólo hay otro muy sospechado: el prosecretario Marcelo London. Existirían elementos de prueba que confirmarían su relación con la barra brava. Ayer circuló la versión de que existía una orden de detención en su contra, pero fue desmentida.

Y, como era previsible, la causa ya saltó a terrenos políticos. El diputado del Pro, Martín Ocampo, declaró: "Apoyamos cualquier investigación que meta preso a quien haya cometido delitos, sea quien sea. Pero al mismo tiempo no podemos ignorar que hay coincidencias de espacios temporales entre el decreto que protege a los medios de prensa en la Ciudad, la reticencia de Boca a cambiar los horarios del fútbol que pretende manipular el gobierno nacional y esta detención masiva".

La ruta de los carnets truchos, así se llama el nuevo escándalo del fútbol argentino.