Las curiosidades de una fecha final para Las mil y una noches

Las eliminatorias entregaron una historia detrás de otra en todo el mundo. Todas podrían recopilarse en una obra parecida a la de Las mil y una noches, aunque en este caso la firma nunca podría quedar en un autor anónimo. Cada una tuvo un sello de puño y letra que hizo que la jornada fuera inolvidable. Varias fueron muy cercanas a la órbita argentina. Otras, aunque lejanas, dejaron su impacto camino a Rusia 2018. Curiosidades, locuras, aciertos y errores cambiaron el destino deportivo y condimentaron una fecha que despertó la fascinación.

El arquero que no leyó las reglas

El colombiano Ospina ya había fallado demasiado ante Paraguay, por la fecha anterior. Y volvió a pasar lo mismo contra Perú: el arquero no advirtió que el tiro libre sobre la hora de Paolo Guerrero era indirecto. Si no hubiera puesto sus manos tan flojas y si no hubiera tocado la pelota, el gol hubiera sido anulado, hoy Perú no se ilusionaría con el repechaje ante Nueva Zelanda y Chile tendría una última esperanza en el mano a mano con el seleccionado de Oceanía.

El partido entre peruanos y colombianos terminaría 1-1, pero sin advertir todo lo que vendría después de un minucioso análisis televisivo. Ni siquiera después de los dichos de unos y de otros...

El delantero que selló un pacto

Con los resultados en la mente, el colombiano Radamel Falcao , aparentemente, les sugirió a sus colegas peruanos que los más conveniente sería “un pacto de no agresión” para que el partido terminara 1-1. Uno, Colombia, terminó clasificándose directamente al Mundial. Otro, Perú, tendrá la posibilidad de hacerlo ante un rival presuntamente menor. Cualquier semejanza con algún Uruguay-Argentina de otros tiempos será pura imaginación del lector.

“Son situaciones del partido. Nosotros estábamos enterados de lo que estaba pasando en otros partidos, estábamos jugando con los otros resultados y en ese momento busqué hacer saber eso, nada más”, afirmó Falcao en Bogotá, según la agencia DPA. “Estábamos enfocados en el juego y en los últimos cinco minutos los colombianos se nos acercaron a hablar, porque sabían cuál era la situación en los otros campos, así que se manejó el partido como se tuvo que manejar ”, aceptó el peruano Renato Tapia.

El equipo que no adivinó el futuro

El reclamo de Chile ante el TAS terminó convirtiéndose en condena. Si la decisión hubiera favorecido a Bolivia, los trasandinos hubiesen entrado en el repechaje y Perú hubiese quedado eliminado. El máximo tribunal deportivo le dio a Chile por ganado el encuentro ante Bolivia, que en realidad había culminado 0 a 0, por la mala inclusión de Nelson Cabrera. Hubo algo que los chilenos nunca sospecharon: Perú, un enemigo silencioso, que también obtuvo un impensado 3-0 sobre Bolivia, cuando en realidad había perdido 2-0 en La Paz. Para pasar en limpio, sin ese determinación y dados los resultados de la última fecha, Chile hubiera quedado con 24 unidades y Perú con 23.

Un gol hecho con la imaginación

El hexagonal de la Concacaf terminó con una doble sorpresa: Estados Unidos perdió con Trinidad y Tobago por 2-1 y se quedó afuera del Mundial, al que irá por primera vez Panamá , tras imponerse por el mismo marcador al ya clasificado Costa Rica. ¿Qué fue lo extraño? El empate de los panameños nunca existió , ya que pese al desesperado intento de Gabriel Torres, que se tiró de cabeza en un remolino dentro del área, la pelota nunca pasó la línea del arco. A los norteamericanos les alcanzaba con el empate, pero hasta se quedaron afuera del repechaje porque Honduras derrotó por 3-2 al ya también clasificado México.

Estados Unidos protestaría el partido y los más audaces anuncian que el partido de Panamá y Costa Rica podría jugarse de nuevo. Algo dudoso teniendo en cuenta los últimas decisiones de la FIFA.

El admirador de Messi

La Argentina ganó a partir de la magia de Lionel Messi, pero en cada uno de los tres goles frente a Ecuador hubo un mismo protagonista: Darío Aimar, el defensor con el Nº 23 que en cada jugada acompañó al rosarino camino a Rusia 2018. Ni sombra le hizo. En el primer gol lo mira de atrás, casi que lo acompaña y lo suelta con demasiado respeto hasta al conquista; en el segundo, ni siquiera se anima a trabar la pelota con Messi, que enfiló directo para el remate a la red, y, en el tercero, no sabe qué espacio cubrir en la carrera de la Pulga que terminaría con un tiro por encima del arquero. No hubo nada que hacer en una fecha que torció el rumbo de varios.