Marcelo Gallardo y su mensaje a los futuros atletas olímpicos: "Hoy valoro muchísimo aquella medalla plateada de Atlanta 1996"

El recorrido de la llama de los Juegos Olímpicos de la juventud Buenos Aires 2018 pasó el viernes por River . Hubo, además de dirigentes y funcionarios de la Ciudad, unas 2000 personas en el microestadio del club, muchos de ellos niños y jóvenes que guardan la ilusión de competir internacionalmente. Algunos lo concretarán en menos de dos meses. Otros quizá no. También, deportistas olímpicos, como Magdalena Aicega, J ennifer Dahlgren y Andrés Kogovsek, y paralímpicos, como Guillermo Marro, Diana Valentini y Emanuel Llanos.Y allí, en medio de la recepción, hubo un invitado especial que les tenía preparada una sorpresa: Marcelo Gallardo , el director técnico del plantel profesional de la entidad de Núñez.

Hablarles a los chicos no es sencillo, y menos en estos tiempos de bombardeo informático, redes sociales y mensajes confusos. Gallardo lo sabe y en su mensaje apeló a un recuerdo concreto: los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, en los que participó como jugador. Aquel equipo, que venía de conseguir la medalla dorada en los Juegos Panamericanos Mar del Plata 1995, con Daniel Passarella como entrenador, sufrió un golpe durísimo en la final, en la que, por errores propios, terminó perdiendo por 3-2 contra Nigeria. Eran tiempos en los que la Argentina seguía teniendo como cuenta pendiente un título olímpico, estigma que quebraría años más tarde en Atenas 2004 y revalidaría en Pekín 2008.

La imagen de los jugadores en el podio, al recibir la medalla plateada, dejaba expuesta la desazón. El epígrafe de la portada de LA NACION, que cubrió esa competencia con dos enviados especiales (Eduardo Ahmar Dakno y Walter Napoli), decía: " El barón Pierre de Coubertin se horrorizaría con la imagen: a los futbolistas argentinos la plata no les calma el dolor".

Pasado el tiempo, Gallardo encontró muchas respuestas que a los 20, en aquella incursión olímpica, no tenía. Y se las transmitió a estos chicos que viven un momento especial.

"En el fútbol en nuestro país, ser profesional te hace perder de vista el espíritu con el que nosotros empezamos a hacer deporte. Cuando llegás a instancias profesionales, nos quieren hacer creer que lo único que vale es ganar, de la forma que sea. A veces eso nos confunde. Fui parte del equipo olímpico que participó en Atlanta. Perdimos la final, nos tocó quedarnos con la medalla plateada. Nos quedó una tristeza grande y en nuestro país no fue reconocida esa medalla. Y hoy, viendo el esfuerzo que hacen ustedes para llegar a una olimpíada, me dan mucha emoción, porque cuando venía para acá sabía que me iba a encontrar con ésto. Y hoy valoro muchísimo aquella medalla de plata. ¡Y vaya si tiene valor! Como para ustedes competir con el espíritu de la pasión", dijo el Muñeco.

Un gran estímulo para deportistas en formación y con ilusiones. Nada mejor que mirar hacia atrás y no restarle importancia a lo que se ha cosechado por más que el triunfo final haya sido esquivo. Dicho por un profesional como Gallardo que luego hizo su carrera y hoy transita un desafío distinto como entrenador, probablemente ese mensaje llegue de otra manera. Desprovisto de excesos y de presiones. Con el sentido de la valoración.

Aquella final olímpica con Nigeria