Mundial Qatar 2022. Argentina-Australia: en el banderazo la hinchada argentina se volvió una atracción
La cuarta convocatoria en el centro de Doha fue menos numerosa pero con el ánimo por las nubes; hubo más curiosos que hinchas
DOHA.- La convocatoria al banderazo de esta tarde/noche en el mercado Souq Waqif arrancó tímido. Previsto para las 7 de la tarde hora qatarí, volvió a realizarse en el mismo sitio de los últimos dos, en la previa de México y Polonia: frente a la escultura del dedo. Cuestión de cábalas.
Lo de siempre. Hubo aliento a Messi y al resto de sus compañeros. Sonó fuerte “mañana cueste lo que cueste, mañana tenemos que ganar”. Varias veces se escuchó “vamos Argentina, sabés que yo te quiero, hoy hay que ganar y ser primeros”. Y el estribillo “esta hinchada loca deja todo por la copa, la que tiene a Messi y a Maradona”. Banderas, bombos y el ánimo por las nubes 24 horas antes del cruce a todo o nada contra Australia en octavos de final.
Mientras se consume la primera mitad del Mundial y varias selecciones, con sus hinchas incluidos, ya hicieron las valijas, el rito de los argentinos se volvió una atracción para locales y visitantes. Ahmed es egipcio y vive en Qatar. “Me encanta cómo cantan”, le dice a LA NACION mientras pregunta quiénes son don Diego y doña Tota, parte de uno de los clásicos de la tribuna acá en Doha.
Cuatro brasileños, con sus camisetas y en la previa del último partido de la fase de grupos de su selección contra Camerún, levantan sus celulares entre la maraña de aparatos con el “rec” encendido. Son de Río Grande do Sul, una ciudad fronteriza con Misiones. Cuentan que pese a la gran rivalidad con la Argentina, y si bien su deseo es que la Selección se vuelva antes de la final, admiran las canciones de cancha made in Argentina. Enseguida suena el hit de 2014: “Brasil decime qué se siente”.
En las transmisiones deportivas qataríes, que están en vivo las 24 horas por varias señales desde que arrancó la copa del mundo, los cantitos también se cuelan cada vez más seguido. Varios equipos árabes quedaron descalificados y con ellos se fueron algunas de las hinchadas más animadas, como las de Arabia Saudita, Irán y Túnez. La lupa de los medios locales está puesta también en los japoneses que, además de limpiar sus plateas, mantienen el colorido con sus caras pintadas y un aliento prolijo pero intenso.
Casi una hora después, el cuarto banderazo en territorio qatarí se consumió con el himno nacional cantado en versión cancha y el grito de “Argentina, Argentina”. Esta vez hubo más visitantes que hinchas. La confianza está intacta.
De Polonia a Australia
La fase de grupos que cerró el miércoles la Selección estuvo a tono con el subibaja futbolístico del equipo. Golpe, desahogo y celebración. En el choque contra los polacos, los argentinos fueron locales. Casi sin “visitantes”. Una imagen que volverá a repetirse este sábado en el estadio bin Alí, en el municipio de Rayán. Tiene capacidad para 45 mil personas, parecido al aforo del 974 del último partido, pero casi la mitad de los espectadores que ingresan en Lusail, donde la Argentina jugó su primeros dos encuentros de la zona de grupos.
Otra vez la reventa estará funcionando a pleno. Cerca de mil dólares están pidiendo por un ticket para el choque de mañana.
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